Paul Newman, detrás de los ojos azules

Documental biográfico sobre la vida y obra de uno de los grandes de Hollywood. No ahonda en el lado más oscuro del interprete, ni en los problemas familiares que sufrió.
Nos muestra el lado más amable de su vida, su compromiso social, su proyecto con la empresa de salsas y productos alimenticios en los que uso su imagen para crear un proyecto de campamentos infantiles para niños con cáncer. Ayudo a muchas personas a mejorar sus vidas y fue un filántropo que ayudo a crear un mundo mejor utilizando la popularidad que le dio su trabajo.

Este documental repasa también la carrera artística de Newman, su formación en el Actors Studio y sus grandes éxitos. Su manera de trabajar sus papeles, sus incursiones en el mundo de la dirección de varias películas y su participación en obras de teatro en Broadway.

También repasa su matrimonio con Joanne Woodward, una pareja modélica a ojos del gran público, dos grandes de la interpretación, aunque la figura de Paul Newman es mucho más conocida y todo el mundo ha visto alguna de sus películas o si no es así, con toda seguridad ha oído su nombre y sabe quién es él.

Nos cuenta el final de su carrera, sus últimos papeles y su fallecimiento. He cambiado el nombre de la crítica con una referencia a una de sus películas más conocidas y sin duda una de mis preferidas de todos los tiempos. Era incansable, demostraba una y otra vez que era un buen actor. No tuvo el reconocimiento que merecía, quizás por ser demasiado guapo, pero una y otra vez demostró que era mucho más unos bonitos ojos azules.

Un ángel caído del cielo, sin pega ni mácula, impoluto, en estado de revista perfecto, como la patena don limpio, sin una mala paja a cuestas, de santos vidas, ejemplo, dando, babilonio qué mareo, inteligente, maravilloso yerno, amante esposo, querido padre, hijo divino, divertido, generoso, honrado, fiel y políticamente al más alto copete respecto no me amuelo, puntadas sin hilo, no, da, progresista, justiciero, pinturero, concienciado, bueno, adelantado a su tiempo, un héroe, un genio, para presidente del gobierno o galeno eterno, siempre del lado correcto, marcando territorio, misterio.
Sí, justo todo eso de lo que él trató de huir como de la peste, de las simplezas y las tonterías, en su carrera como actor que justamente destacó o destaca desatasca por eso, por su complejidad y riqueza, por su complejidad y doliente vulnerable contradictoria escindida brillante ambigua tan imperfecta humanidad, por su humor e indeterminación y sabia variada enjundia.
El montaje peliculero, los cortes que hacen, las frases que eligen, los diálogos que se escuchan son precisos y certeros, quirúrgico poéticos, está bien hecho, las alabanzas indiscriminadas, fuego de mortero, ráfaga tráfago de balas, a lo que salga a lo grueso, obvias, oportunistas y tontorronas no valen la pena, maleducan, groseras, empate a cero.
Un matrimonio inmortal y un hijo desgraciado, nada más que eso, pobre documento, discreto modesto, previsible, anodino, indiferente, funcionario, diplomático, académico, domado, manso, sin peligro ninguno, apto para todos los públicos, muy especialmente para los más éticos conspicuos no tan concupiscentes pero sí muy inmaculados articulados, la gran mayoría por otro lado con embargo te quiero.
Sí, sus ojos azules lagos, su mala leche displicencia, su soberbia, de ser tan guapo me duele, dolerme, la cara, su profesionalidad irreductible, a las cinco en punto, su carácter, su de miras altura, su filosofía práctica, gracia, todo ello, por supuesto. Retorcido, renartejo, voluntarioso, fibroso, nada solo convencional ni del todo acomodaticio ni mucho menos, listo, bonito, ambicioso. Pero al final llegó el final, la muerte en samarra, a todo el mundo le atrapa la vida la nada, claro, obvio, a la intemperie, al agujero.