Dr. Jekyll and Mr. Hyde (C)

Probablemente nos encontramos frente a la primera adaptación cinematográfica de la célebre obra de R.L. Stevenson y eso sucedía cuando el nuevo arte era todavía un campo de experimentación en el que quedaba mucho que descubrir.
Por eso no extraña su técnica rudimentaria, su sencillez expositiva y la simplificada versión de la compleja novela del escritor británico.
Lo que, en cambio, sorprende gratamente es su capacidad de fabulación, su fluidez y su habilidad para trasladar a la pantalla la sensación de desasosiego, de tensión y de terror.

Pero resulta imposible no esbozar una sonrisa afectiva ante la candidez del cine de terror a primeros del siglo XX.

En apenas 12 minutos este primerizo corto cinematográfico adapta la conocida historia del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

Es bastante curioso de ver. Tiene ese aire amateur de un cine mudo aún en evolución, de escasos medios pero imaginativo y experimental. Jekyll se nos muestra como un científico aseado de pelo blanco que contrasta con el pelo negro y alborotado de Hyde, al cual además le salen colmillos. Mientras el primero es bueno, elegante y de buen ver, el segundo es malo, feo y encorvado. Hyde, aunque supuestamente encarna el lado malvado del científico, la verdad es que aquí parece más un niño travieso el cual simplemente no controla la gravedad de sus diabluras.

Oficialmente James Cruze interpreta ambos roles, pero extraoficialmente Harry Benham, sin acreditar, interpretó a Hyde en varias escenas (confirmado por él mismo años después). Si tengo que adivinar, diría que es Benham quien lo interpreta en todas, pues parece claro que son actores diferentes.

Esta versión no es la primera adaptación de la novela de Stevenson (había, al menos, una versión de 1908), pero parece que sí es la primera cuyas copias no se perdieron. En el cine mudo la historia se llegó a adaptar en al menos 6 ocasiones, de las cuales podemos encontrar, que yo sepa, 3. La más famosa es la dirigida por John S. Robertson en 1920, año en el cual se estrenó también la que seguramente fuese la más interesante, dirigida por el gran Murnau, pero tristemente, también perdida. La otra es una revisión de 1913 que copia bastante la versión que nos ocupa, pero durando el doble. Cualquiera de las 3 supervivientes lo que en verdad adaptan es la obra teatral basada en la novela, y no directamente la misma.