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El sabor del miedo

Intriga. Terror Penny Appleby, una joven a la que un accidente ha dejado en silla de ruedas, decide irse a vivir con su padre, al que no ve desde hace diez años, y con su nueva esposa, pero a su llegada descubre que su padre no está. Con el paso de los días, Penny está cada vez más convencida de que ha muerto, pero nadie la cree, excepto el chófer, y juntos inician una investigación. (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
3 de mayo de 2011
31 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
El miedo está bueno. Se nota que la receta ha sido elaborada con materias de primera calidad y de manera artesanal, despacio, a fuego lento, que es como salen bien las cosas. Es un plato muy completo, alimenticio, pero, no obstante, ligero.

Ingredientes: una bella joven minusválida, su madrastra, su padre ausente, el chófer enrollado, el médico inquietante, la sustanciosa herencia, la piscina (que, por fuera es como una Toy, pero si te zambulles en ella tiene la misma profundidad que el Océano Índico), velas prendidas que nadie enciende, puertas abiertas que deberían de estar cerradas, un ama de llaves a lo Rebeca, un montón de grillos que sólo hacen ruido la primera noche, un piano que suena solo y, por supuesto, un cadáver. Todo ello cocinado en el puchero de la Hammer.

De rechupete.
VALDEMAR
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27 de marzo de 2014
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras diez años de ausencia, la joven Penny Appleby regresa a su casa atendiendo a una llamada de su padre. Cuando llega al antiguo caserón familiar es recibida por su madrastra, que le informa de la ausencia de su padre por motivo de un viaje de negocios.
Notable película, que se mueve entre el suspense y el terror, coincidente -ésta se realizó un año después- en muchas cosas con "Psicosis" de Alfred Hitchcook. La película de Holt es seca, directa, impactante. A una muy buena ambientación y puesta en escena se le une la excelente fotografía en blanco y negro de Douglas Slocombe. El espectador las pasa canutas con los golpes de efecto y asiste maravillado a toda una excelsa demostración de manejo de cámara por parte de Holt (soberbios primeros planos). El espléndido guión se ve coronado por una asombrosa y admirable penúltima vuelta de tuerca en la historia (y digo penúltima porque la última no me gusta). La dirección de actores es magnífica y el trío protagonista le responde a las mil maravillas. Eso sí, la palma se la lleva la encantadora Susan Strasberg.
el chulucu
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6 de noviembre de 2012
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran película de un director que se prodigó poco en este campo, pero que lo hizo intensa y magistralmente. Casi toda la trama tiene lugar en la mansión donde la hija, con ayuda del chófer inician una investigación para averiguar qué le ocurrió a su padre del que parece que nadie sabe nada o algo quieren ocultar. Tiene momentos espectaculares (que no voy a desvelar). Un terror psicológico mezclado con suspense rodado el mismo año que "Suspense" con Deborah Kerr de características similares. Ambos filmes con unos ingredientes que te mantienen en vilo todo el metraje. Sustos inesperados, finales insospechados y personajes sospechosos hacen de esta película un auténtico clásico del género.
oscar
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9 de junio de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sensacional película de suspense y terror digna de mención y reivindicación. Poco conocida para muchos, la película presenta una trama magnética y plagada de interés, en la que se presenta la historia de Penny Appleby.

Una joven a la que un accidente ha dejado en silla de ruedas, decide irse a vivir con su padre, al que no ve desde hace diez años y que vive con su nueva esposa, pero a su llegada descubre que su padre no está. Con el paso de los días, Penny está cada vez más convencida de que ha muerto, pero nadie la cree, excepto el chófer, y juntos inician una investigación.

La premisa inicial permite al director captar la atención del espectador instantáneamente, introduciéndolo en una trama de suspense, donde nada es lo que parece. Logra jugar con el suspense e incluso hay espacio para instantes de terror muy acertados. Va presentando las claves del relato progresivamente, de una forma inteligente y dinámica, logrando mantener el interés suscitado, inicialmente, a lo largo de toda la duración de la película, hasta alcanzar un desenlace maravilloso, donde todo encaja.

El sabor del miedo está dirigida por Seth Holt, un director que demuestra sus dotes para los relatos de intriga y suspense, manejando los tiempos y las situaciones con astucia y logrando descolocar al propio espectador. El reparto no cuenta con intérpretes muy destacados pero es irrelevante puesto que el peso de la historia de la película hace que los personajes cobren vida propia y se conviertan en pieza clave para resolver todo el misterio. Mención especial merece la participación de un joven y casi irreconocible Christopher Lee.

Una producción de la Hammer que apuesta por el cine de terror y suspense, ofreciendo un trabajo notorio y memorable en una película que merece un puesto especial en los relatos de suspense de la Hammer.

Cuenta con un argumento sólido, unas correctas interpretaciones y un constante movimiento de piezas con giros de guion magníficos que descolocan y sorprenden al espectador. Demostración de que, en ocasiones, las mejores películas se encuentran donde uno menos se las espera. Todo un acierto, altamente recomendable.
Jon
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23 de julio de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Hammer no produjo nunca buenos guiones en color. Sus hombres-lobo, condes Drácula o Frankestein´s suelen moverse en historias sensacionalistas, irracionales y disparatadas. Por el contrario sus películas en blanco y negro, mucho menos conocidas o desconocidas, sí ofrecen sorpresas agradables, como "Nunca aceptes dulces de un extraño", "A merced del odio" o "El abismo del miedo". "El sabor del miedo" pertenece a éstas últimas. Posee un sólido guión, personajes convincentes, a pesar de su crueldad, un suspense bien medido y un par de sorpresas impactantes en el desenlace.
Seth Holt crea una atmósfera convincente, más de misterio que de terror. Y el argumento, una paralítica a la que tratan de volver loca los asesinos de su padre, resulta estimulante. El guión tiene la perfección de un mecanismo de relojería al que se le salta un sólo muelle, que expondré en spoiler. Susan Strasberg encarna perfectamente el desválido personaje amenazado por fuerzas invisibles. Y Ronald Lewis borda su ambigüo papel.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luis
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