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Turn Left, Turn Right

Romance John es un violinista con muchísimo talento que busca trabajo. Eve es una traductora de novelas de terror, pero su verdadera pasión es la traducción de poesía. Son almas gemelas, almas solitarias. Sus vidas son líneas que se han ido cruzando a traves del tiempo, sin ellos saberlo. Un día se vuelven a encontrar, pero el destino quizás quiera volver a separarlos, o quizás unirlos eternamente... (FILMAFFINITY)
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
16 de enero de 2020
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¿Es posible saber si la persona que tenemos frente a nosotros es con la que estamos destinados a compartir nuestra vida?
Esa es una pregunta que a más de uno habrá asaltado alguna vez, sobre todo a aquellos que crean en la existencia del alma gemela...

Es muy difícil determinar si ya la hemos conocido, si ha pasado por nuestro lado y no hemos estado preparados para recibirla, o si aún estamos obligados a esperar. ¿Lo sabremos alguna vez? Quizá haya que esperar a nuestra próxima vida para averiguarlo, pero hasta que no la encontremos nuestra existencia nunca estará del todo completa...esta no poco trascendental cuestión es el tema central de la obra que nos ocupa, otra oportunidad de Johnnie To para inmiscuirse en la comedia romántica, género al que acude con asiduidad para tomarse un respiro de sus desenfrenados policíacos y salvajes "thrillers" de acción.
2.003 fue otro año fructífero para él (cuatro películas, nada menos): tras ejercer de productor en "Looking for Mr. Perfect" para Ringo Lam y antes de dirigir la interesante "Running on Karma", el chino, junto a sus inseparables Ka-Fai Wai y Nai-Hoi Yau, decidió adaptar la novela "A Chance of Sunshine" del autor taiwanés Jimmy Liao, eligiendo como lugar exclusivo de rodaje (como no podía ser menos) la ciudad de Taipei, en Taiwán. "Turn Left, Turn Right" (así fue traducido el título de la obra de Liao en China) se inicia de forma curiosa presentándonos en un día de lluvia a los protagonistas, que se distinguen de la multitud por los coloridos paraguas que llevan, en oposición a todos los negros que tienen los demás.

Ella es china, se llama Eve y se dedica a traducir novelas de terror, él es japonés, se llama Liu y toca el violín en espontáneos encargos; ninguno de los dos está a gusto en su trabajo, son vecinos y conviven pared con pared, pero hay algo mucho más interesante: por más que estén a punto de cruzarse nunca lo hacen. Cuales líneas paralelas seguirán su camino en el mismo espacio pero jamás se interpondrá uno en el del otro; de algún modo están destinados a cruzarse, pero el momento aún no ha llegado. Así se nos presenta el clásico de los espíritus afines, espíritus complementarios que proceden del mismo acto de creación, del mismo "parto espiritual", para estar unidos eternamente en el amor...
Pero por desgracia nunca logran encontrarse hasta que el universo permita poner a ambos en el mismo plano de realidad. Esta idea, esencial para sostener la intriga en la trama, debería haberse mantenido hasta el final, sin embargo se irá al traste a poco más de veinte minutos de metraje con el inesperado encuentro de los protagonistas...de hecho To y sus acólitos rizan aún más el rizo proponiendo el destino de éstos desde su adolescencia; es decir, siempre destinados a unirse y a separarse, atrapados en un círculo de tormento infinito por las fuerzas del universo, que siempre conspiran contra ellos.

La estructura argumental y su desenlace son transparentes: sabemos que la chica y el muchacho acabarán juntos (tal como sucede con los demás seres que, interaccionando con cada uno de ellos, terminan unidos) pero el viaje es arduo y está lleno de obstáculos. Precisamente esto llegará pasado un algo largo y tedioso primer acto cuando aparezcan, de la manera más increíble y supuestamente casual (ya que se mantiene la idea de que nada ocurre por casualidad en la vida), una repartidora y un médico que se obsesionan sobremanera por Eve y Liu. La historia, antes situada en un contexto melodramático con ocasionales paradas humorísticas, se inclina hacia una comedia absurda conducida por estos dos nuevos y muy (pero muy, muy) irritantes personajes.
Y como el universo éstos ejercerán su poder de confusión y manipulación sobre los protagonistas, aunque esto no servirá en absoluto para separarles, pues nada puede ir en contra del prefijado destino. Toda esta salsa de coincidencias, juegos maquiavélicos y engaños derivará en un último acto que de nuevo se escora del lado del drama, más aún en esa desgarradora secuencia en la que Eve y Liu se buscan en vano por toda la ciudad, antes de suceder lo que el espectador se temía desde el principio (¿hace falta decirlo?, no, ¿verdad?).

El director vuelve a plantear un previsible y optimista final (característico de sus obras románticas) a pesar de los constantes y vertiginosos giros del argumento, que se nutre (literalmente) del precioso y triste poema "Love at First Sight" de la autora polaca Wislawa Szymborska, y de la repetición y la imagen especular como motor principal de los hechos, lo cual adquiere un importante significado.
Dos figuras hallarán constantemente su proyección en el espacio, ya sean humanas (la pareja de ancianos o la que acaban formando la repartidora y el médico) o inanimadas (las puertas de las viviendas de Liu y Eve, los paraguas, los buzones, cada uno de ellos de color rojo y verde).
Incluso los protagonistas son perfectos reflejos, dos caras de una misma moneda, encarnados por Takeshi Kaneshiro y Gigi Leung, quienes no demuestran gran química en pantalla aunque logren nuestra simpatía y complicidad, todo lo contrario que esos detestables Edmund Chen y Terri Kwan.
El propio Liao realiza un breve y curioso cameo junto a su familia, al igual que Lam Suet, actor fetiche de To. Éste demostrará que lo más destacable de la película, aparte de la fotografía de Cheng Siu-Keung, es su habilidad tras la cámara, sirviéndose de una técnica personal nada usual en la comedia romántica (travellings, barridos, primeros planos y otros espectaculares movimientos), para conseguir encadenar las secuencias con gran fluidez además de un aspecto visual único.

Pero "Turn Left, Turn Right" no deja de ser una tragicomedia bastante empalagosa y muy irregular; sí, posee una idea y un punto de partida realmente jugosos, pero todo queda mal desarrollado, mal expuesto, mal contado fruto de pésimas decisiones en la elaboración del guión (y eso que no había pocas manos metidas en él).
Chris Jiménez
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