Crimen y castigo

Fyodor Dostoyevsky... Piotr Dumala...

Hace unos años no sabría decir quien eran esos dos señores. El primero me sonaba de algo, quizá de algún libro de historia en el instituto, o de las comparaciones constantes que hacían entre su obra literaria y películas como "Delitos y faltas" o "Match Point". Después de profundizar un poco en su trabajo, si bien no desde la fuente original (literatura) sino desde la adaptación de sus textos al cine, no me cabe la menor duda de que se merece el haber sido reconocido. Capaz de crear personajes atormentados, creíbles y llenos de vida.

Piotr Dumala es mucho menos conocido, claro está. Este animador polaco tiene varios cortometrajes a sus espaldas divididos en dos grupos claramente diferenciados: las paridas sin sentido, que buscan más generar polémica que tener entidad, y las obras puramente artísticas, que no obras de arte, si bien esta "Crimen y castigo" está cerca de serlo. Tomando el texto de Dostoyevsky como base, Dumala crea una ambientación malsana, presenta a cuatro personajes con un juego de espejos que da miedo y formula una narración al estilo clásico, sin efectismos ni excesos. Cada segundo de metraje es puro amor al cine como motor de narración de historias, magia en movimiento presentada con una técnica de animación sencillamente brillante, seca, un poco gris, lo que ayuda a que el relato gane en solidez y, sí, sordidez.

Bella, adulta y trágica, "Crimen y castigo" es una obra mayor, un trabajo memorable realizado por un creador en estado de gracia. Su cumbre, que probablemente nunca superará considerando que a día de hoy imparte clases en una universidad (por tanto, ha dejado el cine de lado) y que su siguiente trabajo, la experimental "Las", también su primera obra en imagen real, es interesante pero está lejos de la densidad y emoción que presenta este trabajo de 2000 que por calidad, por mimo, y por su capacidad de asombrar, no se queda lejos de lo mejor de Aleksandr Petrov o de Yuriy Norshteyn.

Cualquier amante del cine de animación, o del cine en su extensión, debería verla con los ojos bien abiertos, atendiendo a cada detalle y aceptando el juego que establece con el espectador. No sé si es completamente fiel a la novela; no la he leído. Pero tiene suficiente entidad y fuerza como para funcionar por si misma. Fantástica.

Una de las obras cumbres de Fiódor Dostoievski es sin lugar a dudas “Crimen y castigo”, es una novela psicológica que basa su fuerza y encanto en la calidad excelsa de sus diálogos. Es por este motivo que realizar una animación muda basada en esta obra, es un despropósito.

La música generalmente sirve como acompañamiento para cualquier tipo de emprendimiento cinematográfico, pero en esta realización, la música es tan buena que pareciera que la animación es la acompañante de una gran melodía compuesta por un tal Janusz Hajdun.

Si usted nunca ha leído esta joya de la literatura, créame que es muy superior a este trabajo. En media hora de animación y durante el día bostecé en más ocasiones que en dos semanas leyendo el libro durante las noches.
Dr.Juventus

No conocía a Piotr Dumala hasta hace escasos días, cuando me llegó un artículo sobre su trabajo. Para ser sinceros, no lo habría leído si no hubiera visto que hablaba de sus animaciones de Kafka y Dostoievski y es que claro, siendo estos mis dos escritores favoritos, tenía que comprobar si sus cortos hacían justicia a obras de tal magnitud… y menuda sorpresa me he llevado.

Cualquiera que haya leído al gran autor ruso sabe perfectamente que sus libros están repletos de personajes atormentados y con sentimientos oscuros que, normalmente, se encuentran en una lucha interna existencial.


En mi opinión, Dumala conoce estas características y las plasma magistralmente en la escasa media hora de duración del corto. Los dibujos son realistas hasta decir basta: los edificios lúgubres de San Petersburgo – nótense las paredes desconchadas en todos y cada uno de ellos –, las tranquilas aguas del Neva, el tormento que transmiten los ojos de los personajes…
Raskolnikov está todo el rato inmerso en sus pensamientos: debería matar a la vieja usurera? Curiosamente, aparece siempre en un entorno negro y lúgubre hasta que decide perpetrar el crimen, momento en el que se levanta de un salto del sofá y la habitación se ilumina. Sonia, en contraposición, es siempre la luz, el color (lo demuestra su rojo vestido) e incluso parece aliviar el dolor del asesino.


En resumen: brillante juego con el claroscuro el del artista polaco, que acompaña con una banda sonora muy acertada y unos dibujos muy sugerentes, que reflejan fidedignamente a los personajes del libro.

Creo que Dumala ha conseguido el que parece su propósito: rendir un homenaje a una obra central de la Literatura del siglo XIX como es Crimen y Castigo. Y no solo eso sino que además lo ha hecho muy bien, centrándose simplemente en los dos ejes alrededor de los cuales gira la trama, que son el asesinato de la vieja y la relación de Sonia y Raskolnikov.

Para poner el punto y final: ¿quién es ese que aparece en la foto que tiene la usurera sobre la cómoda donde guarda los relojes? ¿No será el escritor ruso…?