Una historia japonesa

Guau!!!
Que película chocante, insólita, rara, inesperada...
Que película conmovedora, sobrecogedora, turbadora, apasionante...
Sara (Toni Collette) es la fortuita guía de Hiromitsu, hombre de negocios japonés, por los desiertos de Australia.
Sara e Hiromitsu se parecen como un huevo a una castaña. Les separa su origen, su cultura, su raza... y un muro de acero emocional. Ni por asomo se imaginan lo que se les viene encima. Ni ellos, ni nosotros, los espectadores...
Dadle tiempo a la película, porque hay un punto de inflexión inesperado que os hará alcanzar cotas de emoción impensadas al inicio de la misma.
Una tremenda historia de amor y dolor en Australia.
Un legítimo documental del oeste de Australia.
Un canto al amor, al desconsuelo y al respeto.
Toni Collette nos vuelve a ofrecer un trabajo actoral sensacional.
Cómo guinda del pastel, una fotografía sensacional y una banda sonora prodigiosa.
Por si no os habíais dado cuenta, os la recomiendo al 100%.

No es una historia más de amor, es el amor en estado puro, desprovisto de prejuicios, lugares comunes, cliches y departamentos estancos con los que clasificamos a las personas: es gordo, es bajito, tiene el culo gordo, habla muy alto, es un prepotente...
Recuerda The African Queen (1951), de John Huston: El amor engañosamente imposible entre dos seres completamente distintos, pero cuando se enfrentan a sí mismos sin los condicionantes de los estatus social, sexual, cultural, etc. y lo que está en juego es la supervivencia, se muestran tal y como son: seres vulnerables e indefensos con más que ofrecer que lo que puedan tomar de los demás.

Encontrarse dos seres de culturas tan dispares, lograrán conocerse incluso sin hablar invitados por los aromas y sobrecogedores efectos que produce el paisaje del desierto autraliano. Una bella historia que podría pensarse extendida innecesariamente, pero analizando la totalidad se comprende que las pausas nos inducen a reflexionar. El amor, en definitiva, puede nacer si se tiene ese momento de calma y paz en nuestro interior, tan necesario y escaso en este mundo moderno.
Notable fotografía y actuación de la protagonista.

Historia de amor curiosa y con mucha fuerza dentro de un paisaje impactante y asfixiante. Collette consigue un trabajo de gran calidad y a pesar de que la cinta se ahoga en momentos muy aburridos la actriz con su belleza y poderío facial consigue imprimir la dosis de fuerza que impide abandonar. Sentimental y original, únicamente determinadas escenas hacen que su visión sea muy recomendable. No defrauda pero tampoco es para tanto.

Sencilla y conmovedora historia de amor entre dos personajes de culturas y caracteres distintos. Ella es una geóloga independiente y emprendedora, sin interés en su aspecto y muy impulsiva; él, un japonés elegante, sinuoso, con inquietudes y deberes allá en su país y que busca, en una especie de viaje iniciático personal, a través de los vastos e inacabables paisajes desiertos de humanos en Australia, la inmensidad abrumadora, la fuerza y belleza salvaje de la naturaleza indómita y como el ser humano la transforma y domina.

El filme se divide en tres bloques: cuando se conocen los dos personajes, cuando desarrollan su relación amorosa y la tercera, que no desvelaré. Las tres se interdigitan y coalescen formando una única historia que no se entendería sin las otras dos partes. Como historia de amor, quizás es algo previsible y tópica con un inicio que expone los contrastes de la cultura japonesa - la ceremonia en la entrega de tarjetas frente al consumo de sake y el karaoke - o ese machismo que flota en el ambiente, aunque también nos muestra el tópico rancio y algo racista de la cultura anglosajona con respecto a los japoneses y el menosprecio y ridiculización de las acciones del visitante japonés. Todo eso queda atrás cuando se inicia la relación amorosa, en la que apenas hay grandes diálogos. No es "Los puentes de Madison", sino que nos muestra como dos personas muy distintas se encuentran cómodas compartiendo esos momentos. Hay caricias, miradas cómplices, pero no grandes (y vacíos) discursos. Hay descubrimiento, amor y deseo.

El papel de ambos protagonistas es memorable, mostrando esas diferencias culturales en cada gesto y mirada. Toni Colette está magnífica y en la tercera parte del film sobresale por mostrar la humanidad que cualquier persona mostraría, lejos de escenas postizas o exageradas.

Sin duda, un buen filme, bello y desgarrador, en un entorno tan extraño, duro y cautivador como el desierto australiano.