Haz click aquí para copiar la URL

Hi Mr. Gehry, I'm Marc from Arenys

Documental Hi Mr. Gehry, I´m Marc from Arenys es el retrato de un empresario atípico que, una vez consolidado su negocio, decide emprender el proyecto más ambicioso de su vida. Marc Roig nació hace 39 años en una de las familias más humildes de Arenys de Munt, un pueblo cercano a Barcelona. A los catorce años decidió dejar la escuela y empezó a trabajar en un taller de marcos en su pueblo. Veinticinco años más tarde posee tres empresas vinculadas ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
13 de mayo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenemos la suerte de que Bausan Films se haya avenido a promover este documental que nos coloca ante el perfil psicológico, propio de un emprendedor audaz. Marc Roig es un empresario catalán “perseverante” y trabajador. No es un empresario común, como se ve en el documental.

Roig, de 39 años es de ascendencia humilde, de familia de trabajadora de Arenys de Munt (Barcelona). Con catorce años, Roig abandonó la escuela y se dedicó a trabajar en un taller de marcos de su pueblo natal. Con el tiempo se emancipó, montó su propio negocio y ha logrado consolidarlo y hacerlo próspero

Pero este documental, además del negocio de Roig o de sus ambiciones económicas, versa de otro emprendimiento ambicioso que decide acometer y que según él sería el proyecto más ambicioso de su vida. En este documento vemos paso a paso, y con el carácter y la solidez de un personaje energético, pertinaz y con los objetivos claros, su pretensión de que uno de los grandes arquitectos actuales, Frank Gehry (“el arquitecto tope de gama”, como lo califica Roig), se encargue de proyectar su espacio de trabajo en plena Rambla de Arenys de Munt.

El documental ha sido por realizado y editado por Román Parrado, con guión y documentación de David Fernández de Castro; ambos conducen con solvencia y dinamismo esta insólita historia cuya voluntad se pone al servicio de centrar sin desenfoque al extraordinario y brioso Marc Roig.

Estamos ante un monólogo, el de Roig, que tal vez por sus emprendimientos en el mundo del marco, sabe muy bien como enmarcarse él mismo, protagonista principalísimo, sin desvariar el enfoque, para hablarnos de su propósito, tal que Frank Gehry le construya el edificio emblemático de su empresa en su pueblo natal. Excelente banda musical al hilo de las emociones de los diferentes episodios, que incluye tonadas operísticas, jazz y variada instrumentación.

Hay escenas a todo gas, a cámara rápida, que califican el ímpetu y el vértigo hacedor de Roig, su vehemente tono y fuerza cuando habla, sus ojos fijos en el objetivo, todo hace que yo que la he visto de principio a fin, haya quedado prendado por el documento y por el personaje. Bonitos y elegantes escenarios de barco y mar versus una pobre casa, la suya de infancia donde relata su historia y de su familia, sus padres y hermanos, y sus avispados ojos que son los que consiguieron salir de la pobreza y danzar con dinamismo hacia sus sueños, lo cual que él mismo admite, “no es fácil”. Por eso, este documental es también una apología del esfuerzo y la creatividad, un vídeo anti-facilitación, la facilitación que tanto se lleva ahora entre la juventud.

Y cómo no: ¡sus devaneos con el cine! El cine, cuando al cine iba todo el pueblo; y cómo el documental ilustra estos episodios con escenas de películas en blanco y negro, de época. Al hilo de estas secuencias hace un cruce y a la vez establece un paralelismo entre un accidente automovilístico filmado en una de esas películas americanas de la época, y otro accidente real en moto sufrido por el personaje Roig poniendo en riesgo su vida. Un accidente que marcó la vida de Roig y tuvo entonces la oportunidad de ver un programa en TV donde se valoraba el trabajo de vendedor, como algo propio para personas que desean escribir su destino en libertad, y que a la vez requiere trabajo y persistencia. De ahí a sus encuentros con gente del comercio, del vendedor puerta a puerta. Y a continuación, Roig diciendo cuánto aprendió en aquellos entonces de casi adolescencia.

Luego Roig nos presenta sus afamados y bellos marcos artesanales, y dentro de ellos sus recuerdos de trabajo y más trabajo por cuenta ajena hasta que ¡remonta el vuelo siempre hacia lo alto y con la inquietud de establecerse por su cuenta!

Roig continúa hablando con su ímpetu y ánimo, mientras primerísimos planos de un grifo, crema de afeitar, una cafetera, etc., nos van dando una idea de su vida cotidiana y de su vida de comercial al salir contento de su casa con el muestrario, su automóvil utilitario, su teléfono móvil, sus sueños, y su vocación.

La búsqueda de un hijo, el final feliz de la progenie y… por fin una nueva etapa: ¡la consolidación de su nueva y propia empresa! Todo de la nada, y a hacer una cartera de clientes, a producir, “muy duro” dice Roig.

Roig en la oficina, en el taller, incluso en la discoteca, incansable. Y a continuación: ¡money! A divertirse, a disfrutar… pero eso no tenía sentido para él, no se sentía bien: ¡correcto! ¡Prau! ¡Basta! No más beber o danzar, no más chalet o piscina.

Ahora viene la Rioja, pues sube el posibilismo empresarial cuando el pintoresco personaje Roig se pasea por las bodegas del Marqués de Riscal, donde le alcanzó el flechazo del estilo Gehry, el flechazo Frank Gehry. De ahí a la búsqueda y captura de Frank Gehry: “Dear Mr. Gehry”, le escribe. La ansiedad, la imperiosa necesidad de una respuesta.

El viaje. La experiencia americana, las limusinas, los edificios neoyorquinos, el paisaje urbano desde las terrazas, energía positiva y de nuevo audacia. Gran coche, exultación, nervios, ensayando el inglés por el camino, se atropella, ensaya una y cien veces (Hi Mr. Gehry, i'm Marc from Arenys), llora, baja del auto y se aproxima a las oficinas de Gehry, la música sube el tono de tensión, la secretaria lo conduce por pasillos inopinados y allí está Roig, sentado, esperando entre extraños muebles de diseño, y aparece un hombre mayor informalmente vestido, es por fin ¡el encuentro con Gehry!

En la actualidad Marc Roig sigue manteniendo conversaciones con Mark Gehry para conseguir que Arenys de Munt tenga un edificio proyectado por él.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha encantado cómo está filmado, de ahí mi generosa votación aunque asumo que puedo ser muy subjetiva -cómo si no- y que tiendo a hacerlo sentimentalmente más que objetivamente, yea! Pero este 'morro' de Marc, protagonista absoluto y 'el hombre de los marcos' (era inevitable con ese nombre) bien merece mi alabanza, extensiva a sus directores, y tiempos antes de "Selfie" que además era impostada... Todo este documental me ha parecido simpático y espontáneo o muy bien escenificado más bien, donde se demuestra claramente el tirón que puede tener una experiencia propia, narrada muy de cerca y en primera persona, para que nos resulte cálida e interesante a la vez (claro que Marc es tremendamente carismático también).

Desconozco, al día de hoy, si la gesta de este joven, todo un señor personaje oriundo del Maresme y con el sueño de conectar con Mr. Gehry, aunque sí logró conectar, ha llegado a mejores puertos -el de la travesía no lo explico- pero atreverse es lo que importa y de ello no cabe duda. Es en este sentido dónde radica para mí el corazón del relato, perseguir lo que se quiere cuando el deseo es acuciante -y hay ambición de por medio-, aunque ello implique la bizarría absoluta de abandonar un pupitre con los deberes a medias porque resulta que fuera el mundo te está llamando... Y hay tantos oídos sordos.
Rebeca
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de abril de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pretencioso y aburrido documental que presenta la vida y obra de un atípico empresario empeñado en conseguir ponerse en contacto con uno de los grandes arquitectos del momento, Frank Gehry, para desarrollar un ambicioso proyecto personal.
Posee una imagen cuidada y el tema que trata el documental no está exento de interés: a través de un monologo parsimonioso presenta y desarrolla las etapas de la vida de un hombre de negocios que se ha hecho a sí mismo, apostando por lo que le apasiona.

La forma de presentar y desarrollar las diferentes etapas de la vida del protagonista resultan llamativas y curiosas, con la incursión de imágenes de archivo que ayudan a amenizar el trayecto, aportando ligeros toques de humor. Presenta problemas de ritmo que hacen que el interés del espectador decaiga de una forma notoria, ya que gran parte del relato se presenta con una imagen fijada y centrada en el rostro del protagonista sin dejar espacio para que el espectador salga de ese encuadre monótono.

Ofrece interesantes lecturas de los procesos de la vida del hombre: sus sueños, sus problemas y la forma de ir adaptándose a las circunstancias, luchando por lo que quiere hasta alcanzar sus objetivos. Los responsables del documental tienen claro lo que quieren trasmitir pero se olvidan de un elemento importante, el entretenimiento, convirtiendo el documental en un producto soporífero difícil de digerir por el espectador. Cuenta con una imagen cuidada y una banda sonora agradable, pero las interpretaciones no son nada del otro mundo, convirtiendo gran parte de la labor, en un proyecto pesado y difícil de catalogar positivamente.

Tiene y ofrece numerosos puntos de interés, pero no logra resultar tan atractivo y apasionante como la obra del arquitecto, Frank Gehry, la única presencia que verdaderamente llama la atención en el documental, supongo que todo un logro.
Un viaje por la vida y obra de un apasionado, Frank Gehry, que no logra apasionar ni encantar al espectador, un proyecto que se convierte en un trabajo pretencioso, pesado e interminable. No se lo recomendaría ni a mi peor enemigo.
Jon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow