Bull

Un ejercicio de cine simplista, parece al comenzar, pero enseguida se vuelve rutilante al huir con habilidad de los convencionalismos.

Un revolver con tres balas al inicio de la historia consuma el comienzo de la venganza, y esta justa medida es el perfecto engaño, que nos da a entender que en adelante vamos a asistir a más de lo mismo, en el juego vengativo de no descansaré hasta haberos matado a todos.

Por querer dotar a la historia de un sello personal propio, el director planifica una venganza afilada con una hoja de acero, sin olvidar que al otro lado esta su partener, manifestándose tímidamente y de forma silenciosa, con una recortada. La dureza de las ejecuciones, que no atienden a negociación, marcar en estilo de film.


Acero hueco y afilado se abren camino a la par en un sucesivo reguero de cadáveres que caen a los pies de espectador, sin la necesidad de ser extremadamente explícitos para no sucumbir en los excesos a los que nos tiene acostumbrados la sangre y la venganza. Para eso ya basta sola y por sí misma la huella dactilar que dejan las desmembraciones en el subconsciente óptico del observante.

El simplismo bien tratado y hábilmente llevado carga esta historia de interés al ser envuelta en misterio y que solo consigue desvelar, al final, cual trama es, sin la necesidad de desenterrar el cadáver del vengador.

Sencilla, descarnada y atemorizante es esta buena y vengativa película.


¡!Posdata para envenenadores¡!

Una película no se convierte en mala por el simple hecho de que no guste. Es tu pésimo y exquisito mal gusto que se ve incapaz de reconocer una buena película, más aún si es como esta, simple y sencilla.

Una historia de venganza.

Argumento manido y vetusto, pero que, bien ejecutado, todavía puede conservar la violencia y la crueldad necesarias para mantener la tensión, entregar su "punch" y dejar buen sabor. Los hay que prefieren las historias de venganza "recién hechas": ensaladas de tiros, explosiones en cadena, artes marciales y protagonistas inmaculados. No es el caso.

Bull es la venganza del día anterior. Nada espectacular, y no por ello menos eficaz. Un matón de una mafia local británica es traicionado por sus compañeros y después de 10 años, regresa para vengarse.

El buen gusto de una producción tan poco "cara" está precisamente en lo meritorio del esfuerzo para reunir los ingredientes necesarios y ninguna floritura: Un protagonista muy lejos de ser un "buen hombre", una lista de traidores, pocas armas, retazos de pasado y presente, pocos tiros y abundancia de sangre y de violencia descarnada.

Interpretaciones asimismo eficaces y creíbles de los principales personajes, de los que se desprende una capa de "grasa" de crimen y oscuridad. La frialdad y la amargura de Bull se pueden palpar. No verás (casi) nada impresionante, pero si una tarde te entra gusa y te apetece saciar ese "odio vengador", Bull no te decepcionará.

Desde la primera escena todo es bestial. Bestial en todo sentido. Crueldad fría cotidiana e insana disfrazada de normalidad. Unas interpretaciones nada exageradas que crean un desasosiego mayor precisamente por su cercanía. El único bueno en la película es el que cuida la noria de la feria jajaja. Y lo mejor , el clásico mantra que dice que "si en una película aparece un clavo en la primera escena, ten por seguro que el protagonista morirá ahorcado colgando del mismo...." . Pasadlo mal....disfrutad con mal cuerpo.

Muy buena película, los actores geniales y un giro muy inesperado.

Ritmo trepidante que no te deja despistarte ni un momento, un gusto verla y una demostración de que a pesar de que haya poco presupuesto se pueden hacer cosas buenas.

El actor principal Maskell me ha encantado.

Una película británica que sorprende bastante por el nivel angustioso y desconcertante de una venganza después de diez años de un violento sicario traicionado por sus compinches.

Bull regresa a su ciudad natal después de 10 años desaparecido buscando venganza. Sigue la pista de todos los que le hicieron daño uno por uno, incluyendo a su esposa y Norm, su suegro, que es el jefe mafioso de la banda a la que pertenecía. También tendrá que encontrar a su hijo, del que no sabe nada desde hace tanto tiempo.

El escritor y director Paul Andrew Williams maneja este thriller de manera muy efectiva, sin revelar demasiado al espectador, conteniendo giros importantes, y centrándose en la violenta venganza de Bill, y mediante flashbacks iremos poco a poco sabiendo lo que ocurrió hace una década.

Neil Maskell (Kill List) ofrece una actuación contundente como Bull. Reflejando muy bien una extraña frialdad y rabia interior. El carismático David Hayman (que casi siempre hace de malo) como Norm está también muy creíble. 

La película no se anda con rodeos y va aumentando el nivel de violencia, aunque no se recrea en escenas demasiado fuertes, si se ve con bastante crudeza el rastro de sangre que va dejando. Un film que, a pesar de haberse visto esta historia en numerosas ocasiones, te engancha muy bien hasta el asombroso final.
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