Largo Winch

Entretenida adaptación de cómic que goza de una congruente elección de actores, pero en la que se sigue olfateando de principio a fin, una cierta imperfección en cuanto a la conversión al lenguaje cinematográfico. El ritmo suena acelerado en exceso y los giros del guión son propios e idóneos para la viñeta, mas no cuajan de la misma manera en pantalla. Se echa en falta una mayor meditación y posterior elaboración en el trazado de ruta, para conseguir un crecimiento en profundidad que evitase así sensaciones de excesiva simpleza y superficialidad, como las que me han recorrido en el transcurso del visionado. En todo caso, resulta suficientemente agradable, animada y divertida para pasar un buen rato, aunque eso sí, con la nítida sensación, sin haber leído el cómic, de que éste es claramente superior.

Interesante adaptación de un comic por el cine francés mucho mejor que el caso de “Blueberry” en el que nuestros vecinos, metieron la pata e hicieron un film soporífero. Hablado de esta película es una película sencilla, entretenida y que cubre las expectativas del espectador que quiere entretenerse y ver algo de cine. Podría mejorar la interpretación en algunas escenas, pues quedan un poco vacías y sin profundidad. Aunque es un comic, no esperéis una película de superhéroes, ya que los poderes que ostenta Largo Winch son los que podríamos tener cualquiera de nosotros. Y como es típico en este género ¿quién será el traidor?, pues la mano negra siempre intenta estar más oculta de lo que parece, aunque para que esto funcione, se debe maquillar mejor la trama.

Al parecer estamos ante la adaptación de un reputado comic belga sobre una especie de James Bond yugoslavo que llevaba largo tiempo esperando su versión cinematográfica.

No conozco dicho comic por lo que desconozco su fidelidad al mismo, pero como entretenida y divertida película de acción cumple con creces (al estilo francés, de las pueriles tonterías "Made In Hollywood", las justas).

Tenemos a Tomer Sisley (premio a mejor actor revelación en los galardones concedido por la prensa cinematográfica francesa) dando vida a Largo Winch, un héroe de acción de nuevo cuño al que da gusto ver repartiendo estopa, buenas y bien filmadas escenas de acción (no le habrían venido mal unas pocas más), bellos parajes excelentemente fotografiados (Bosnia-Herzegovina, Hong Kong, Macao, París y Sicilia), guapas mujeres, secundarios de esos con los que simpatizas al momento (entorno de Largo heredado de su difunto padre), malos de manual (una fría y calculadora Kristin Scott Thomas que luce muy guapa con una media melena rubia), una historia de venganzas sobre fondo de luchas corporativas que sin destacar por su intensidad dramática (ni falta que hace) se acopla como un guante a las idas y venidas del, desde ya, nuevo héroe de acción, Largo Winch.

Súmese la siempre agradable presencia del checoslovaco Karel Roden, (desde su papel de ruso Emil en "15 minutos 2001", da brillo y esplendor a cualquier producción por la que asoma) en un breve papel, una dirección (Jérôme Salle, "Anthony Zimmer 2005") y edición que no nos vuelve locos con epilépticos desvaríos tan al uso en este tipo de producciones y una discreta pero acertada banda sonora y tenemos una más que digna película de acción.

Como una aventura de príncipe sin corona, de las que leía o veía en mi niñez...
Está claro, que podrían haberle dado un par de vueltas mas a ciertos giros de la historia, y que alguna escena de acción podría mejorar. Pero en lo esencial, de príncipe rebelde, que busca justicia, y lo resuelve todo el mismo...Me resulta un filme de lo mas ameno, e incluso fresco, cosa que no abunda hoy en día.....Veamos que tal resulta la segunda parte.

Interesante película de acción con buena realización sobre una historia bien elaborada que te mantiene en vilo hasta el final. Escenas dignas del mejor cine de acción y tomas realmente impresionantes. Una entretenida cinta de un drama familiar en busca de herederos y traiciones empresariales. Una pelicula que logra hacernos pasar un buen rato ameno sin llegar a aburrirnos ni un solo segundo.