Forja de almas

La vi porque quería ver imágenes de Granada de 1943, y eso ha sido lo más interesante, encima con unas imágenes de primeros planos de la Alhambra, nada más comenzar la película.

Por la misma época, unos años atrás, en EEUU estrenaron una película de temática parecida, la de un sacerdote que se preocupa por los demás.

Pero hay una diferencia, y es que el español, dejaba "un poco" que desear. Por lo visto, escribió un libro en el cual citaba tal cual: "existen dos tipos de escuelas: escuelas de dios y escuelas del diablo". Ahí lo dejo... puede ser un buen resumen de la filosofía de este hombre.

Una cosa a destacar, eso sí, que utilizó la pedagogía para enseñar, algo novedoso en su día y que seguramente fue el éxito que tuvo en su época para extenderse por todo el territorio español.

Aún así, es curioso que esta película se hable de Andrés Manjón y el cartel de la película salga una mujer, curioso...

Lo dicho, lo más interesante es ver a Granada, el resto, pues actuaciones flojas, muy teatrales, y poco creíbles.

Interesante filme de un prolijo director como Eusebio Fernández Ardavín donde podemos ver la Granada de 1943. Al buen hacer fílmico cabe contraponer el farragoso discurso religioso y, lo que es peor, fascista en cuanto a lo que amor a la patria se refiere. Un buen producto para el recién Nuevo Estado como gustaba llamarse al Régimen donde se funden algunos de sus pilares: la caritativa obra religiosa para educar pequeños niños huérfanos, flamenco y espíritu nacional.

Una estupenda película para conocer la obra del padre Manjón en la Granada de principios del siglo XX. Muchas veces desconocemos nuestra propia historia, o alabamos la de otros pueblos (como ocurre con el famoso padre Flanagan de "Forja de hombres"), pero olvidamos que aquí tenemos granees joyas (como esta) y grandes héroes (como este también).

Reconozco que siento debilidad por el cine costumbrista español, así que aquí no he quedado defraudado, puesto que vemos cómo se vivía en la citada ciudad andaluza entre los siglos XIX y XX, así como el cante hondo de las cuevas, la situación de los colegios, de la Iglesia y etcétera.

Tal vez se les vaya la mano mostrando el flamenco, pareciendo más un film propagandístico que un relato histórico, pero es lo que había en el cine de la época y a mí no me molesta del todo.