Hotel Paraíso

La definición de 'Hotel desastre' que encabeza esta reseña sirve tanto para el argumento de la película como para la película en sí. Esta película de Adrian Edmondson (ni idea de quien es más allá de esta película) se supone que es para hacer reír y hacer pasar un rato entretenido dentro de su corta duración de hora y veinte minutos de metraje. Durante ese metraje me habré reído dos o tres veces contadas.

Y es que el humor de 'Hotel Paraíso' no se trata más que humor vulgar durante casi todo lo que dura el filme. Los dos trabajadores del hotel son dos perdedores que ni siquiera tienen encanto, aunque a lo mejor ese era precisamente su propósito. Tanto Richard (Rik Mayall) como Eddie (Adrian Emondson) atraviesan situaciones variopintas cuyo denominador común es lo desastre que son como personas y lo lamentables que son manejando un hotel al que si acude alguien es por puro desconocimiento.

Se podría haber sacado mucho más con un guion más inteligente donde las situaciones gamberras podrían haber tenido más sustancia e ingenio, pero el libreto de 'caca, culo, pedo, pis' que tiene la lastra bastante y ni siquiera la aparición de ilustres actores como Bill Nighy, Vincent Cassel o un semi-desconocido para la época Simon Pegg pueden levantar el largometraje. El humor gamberro y vulgar no tiene que estar reñido con modos inteligentes de llevarlo a cabo; cuando lo está, salen cosas como esta.

Vómitos como ríos, exhibicionismo, palizas, malos modos...todo eso se ve aquí y con una forma más elegante de llevarlo estaría escribiendo la reseña más satisfecho, pero el resultado es el que es y no hay forma de maquillarlo. Una lástima.