El beso de Judas

¿A cuantos se les ha pasado por la cabeza contar la historia de Jesús desde el punto de vista de Judas? Solo esta ocurrencia ya es motivo de un profundo interés ya que el juego que puede dar es infinito desde un punto de vista cinematográfico.

¿Y quien me iba a decir que disfrutaría de planos dignos de Orson Wells o incluso de Dreyer, con una fotografía espléndida, y un diseño de producción por momentos tan vasto como el de una película péplum de Hollywood, impensable para una producción española de la época?

Judas, como buen ser humano racionalista, como en un principio muestra esta película, no se fía de las habladurías entorno a un supuesto mesías que lleva a cabo milagros en distintos lugares, por lo que decide verlo con sus propios ojos. En una tierra repleta de falsos profetas, donde el pueblo está vacunado contra rumores de hechos divinos, llama la atención que un solo hombre, de un día para otro, acumule adeptos e incluso discípulos hasta el punto de que el escéptico de ayer, es profundo creyente hoy.

El beso de judas es la búsqueda de un hombre de la VERDAD; y, una vez encontrada, ni aun teniéndola en las narices, puede aceptarla por chocar con el raciocinio. El misterio en la búsqueda es constante, donde la regla de 'sugerir pero no mostrar' suma un peso enorme al morbo de que se nos muestre aquello que se nos oculta. Cada plano es espléndido, y cada rostro esconde una historia, algo que incluso a los maestros de nuestros días (Scorsese, Spielberg, etc.) ya se les ha olvidado plasmar. Si en vez de ser Rafael Gil el director hubiese sido un genio contemporáneo de su época italiano o francés, El beso de judas estaría en las videotecas de eruditos y cinéfilos de todos los países.

Una joya a rescatar.

Extraordinaria película, que muestra la aventura de Jesús desde el punto de vista de los personajes secundarios de la historia: Judas, Pilato, Verónica, el Centurión.. y de otros persona jes. El estupor ante la misión del Cristo, desde el punto de vista de cada uno. Magnífica realización e interpretación de actores. Un gran clásico y una gran obra de cine.

Más que decente película sobre Jesús de Nazaret, incluyendo su Pasión y muerte, pero contando la historia con Judas Iscariote como personaje de referencia, y además hecha en España.

Buenos diálogos, impresionantes decorados, ambientación adecuada y respetuosa con los Evangelios aunque se permita algunas licencias. Si me la ponen doblada en inglés y me dicen que es de Hollywood, me lo creo.

Me sorprende no haberla visto nunca en televisión en Semana Santa, curiosamente siempre ponen "Ben-Hur" pero nunca he visto que pongan esta.

Escribo esto treinta años después de haber visto por primera vez esta película. La vuelvo a ver por comprobar si ha aguantado el paso del tiempo. Sigue viva. Sus principales valores:
La originalidad de presentar el punto de vista de Judas.
La dificultad, superada, de idear un guión paralelo a los relatos del Evangelio.
La gran interpretación de Rivelles y de casi todos los demás.
La superproducción con cientos de extrañas, en escenas creíbles y muy bien relatadas, como la resurrección del hijo de la viuda de Naím. O la escena en el Pretoria de Pilatos.
Esos cielos complejos y desde mucho antes augurando la tragedia.
Contar de manera creíble los milagros de Judas en nombre de Cristo.
El que no podamos ver de algo del rostro de Cristo hasta el final de la película.
Veo un defecto: la voz de Cristo es demasiado solemne e impostada.
También podría haberse acentuado más la causa de la traición de Judas: sentirse a su vez traicionado por Jesús porque este no quiso ser un rey político.
Y podrían haberse documentado mejor sobre el modo de celebración de la Pascua judía.
Suscribo lo ya dicho aquí: si esta película no fuera de Rafael Gil y de 1954 estaríamos aún hablando bien de ella.

Aunque una amplia grey de la subculturilla del "grifo" pretendan negarlo, jurando por la cabeza de sus madres, Hubo una época del devenir histórico español, en donde se realizaba una suerte de "cine legendario", pero cuyos restos arquelógicos (léase con jocosidad) demuestran que fue real, y que, como mucho se beneficiaba de cierto patronazgo cultural, pero cuya financiación se realizaba por la vía mecenas, es decir "gran estudio", y en esta línea despuntaron dos en competencia absoluta. Cifesa y Cesáreo González.

Fue precisamente de este capital privado, de donde salieron los excelente intérpretes ( esos que vocalizaban y declamaban) las maravillosas fotografías de virtuoso blanco y negro y un largo etc.. en el que sería demasiado prolijo extenderse. Este cine, no se subvencionaba, se premiaba en festivales y se beneficiaba de un adecuado crédito sindical, que reclamba cierta "adepción", pero no pleitesía servil, de esa de ahora. Al socaire de todo ello, se crearon auténticas joyas. "El beso de Judas" es una de ellas. Hoy día una auténtica película con legítimas pretensiones de "cineclub" tan apasionante, bien filmada y servida por estupendos actores, que dejan en "mantillas" las pesadeces genéricas" de Ray o Stevens.

Este tipo de cine, fué la escuela en la que se curtieron (casi nada ) Francisco Rabal (antes de que fuera reclutado por el comunismo de Buñuel u otros....) Rafael Rivelles, Juan Espantaleón, Aurora Bautista, Fernando Rey (absoluto galán triunfador, a pesar de sus raíces republicanas), Jorge Mistral, Manuel Luna, Fernando Fernán Gómez ( cuando aún era bien hablado..), Conrado San Martín, Eduardo Fajardo, Jesús Tordesillas, Maria
Asquerino, José Bódalo, Alfredo Mayo, Carmen Sevilla, Ana Mariscal, José Nieto, Toni Leblanc, Fernando Sancho,
Sara Montiel, Carlos Larrañaga, María Fernanada Ladrón de Guevara, y casi toda su prole, Amparo Rivelles, Milagros Leal, Rafael Bardem, cuya militancia en estas productoras permitió la existencia artística de una familia de muy distinta "militancia", Pepe Isbert, Isabel de Pomes...

Como botón de muestra (absolutamente ejemplificador de lo expresado....esta película.