El día de la novia

Esa es la impresión final que deja. Netflix encarga a Bob Odenkirk, que produzca y protagonice una película romántica para regalársela a sus suscriptores el día de San Valetín. Y el resultado final no podía ser peor. Una película desganada, confusa, atropellada, que condensa en su escasa hora de duración demasiados acontecimientos. Los personajes aparecen de repente sin mayor explicación, ya sea el policía, los delincuentes que trabajan para el dueño de la empresa de tarjetas de felicitación o la chica de la que, sin más, el personaje se enamora.

Conclusión: Apenas existe el guión. Todo lo fía al actor protagonista, pero con ser un buen actor, y lo es mucho y tiene ganado el cielo con ese Saul Goodman que ya es historia de la televisión, aquí es insuficiente para sostener la película. Está bien en su primera media hora, dando vida a un entrañable perdedor, en un personaje que le sienta como un guante. Pero como dije antes, a partir de la media hora la película se acelera de manera inexplicable y se despeña con un descafeinado homenaje al día de los enamorados.

Parece que los de Netflix son auténticos maestros en lo que a la realización de tráilers atractivos se refiere. Ya me sucedió en varias ocasiones que me encuentro con una película o serie con un tráiler magnifico y buena puntuación (de netflix, no se fíen un pelo) y luego resulta un pufo infumable y sin sentido.

En este caso, la película prometía. Obviamente por el actor protagonista, nuestro querido Saul Goodman, y también por la historia, que con algún que otro giro en condiciones, podía llegar a dar bastante juego. La duración también atraía, una hora y diez minutos, perfecto para después de comer o cenar.

Pero el desengaño fue total. La historia no tiene coherencia narrativa ni lógica alguna. Muy simplona, con gags cómicos ya vistos y algún que otro desliz de humor en el que se esboza una mueca de sonrisa como mucho. La historia, si bien con premisa atractiva, resulta forzada y sin sentido. En fin, que si disponen de una hora y diez minutos, mejor se duermen una siesta o se leen parte de un buen libro.

Me parece que Netflix en su afán de colgar todo el tiempo contenidos nuevos está bajando muchísimo la calidad de los mismos. Como si nos quisiera generar esa sensación de no poder abarcar de tanto que hay, para que así sigamos suscritos al servicio. Pero me estoy empezando a dar cuenta que mucho, muchísimo de lo nuevo que cuelga, es regular o directamente malo. No nos engañes, Netflix! Mejor poco y bueno que mucho y malo.

Aquí tenemos al abogado de Heisenberg en una de estas películas novedosas que dan un aire irreal a la trama. Una forma de rodar moderna y diferente en escenarios exteriores pero ausentes de movimiento, sin fauna humana, con un humor irónico y ácido con personajes extraños y controvertidos que se vieron antes por ejemplo en Puro Vicio (2014), que tiene su parte de similitud con esta película, aunque no todos vean la conexión, pero la hay porque aquí también aparecerá una investigación muy enredada, en este caso por un tema banal como es un premio por el texto a la mejor tarjeta de felicitación, con personajes de lo más pintorescos y desconcertantes (recordemos a Josh Brolin y a Benicio del Toro en Puro Vicio).

Quienes aprecien a la gente extraña y controvertida que es la que verdaderamente aporta interés, pues los demás son básicos, les será más fácil encontrar estos puntos de conexión. Así que no puede faltar en este tipo de comedias negras el clásico medio detective chusquero (en Puro Vicio el equivalente sería el personaje interpretado por Josh Brolin), a sueldo del mecenas millonario. Así también le ocurría al Nota (aquí, el millonario en la sombra -el grandísimo Stacy Keach, que no nos habíamos olvidado de él- también envía a dos sicarios a por la víctima, por cierto muy quemados con el tema del odio). El tema, el asunto de las tarjetas de felicitación, es atípico pero vale como cualquier otro para este género, o subgénero, dentro del ámbito de la comedia negra.

Odenkirk, parece especialmente designado para este tipo de papeles y es una pena que no se entienda el valor de esta cinta, bastante entretenida e interesante. De hecho tiene un guion muy trabajado para la tontería del macguffin de las tarjetas de felicitación, y es un placer aprender aquí, de boca del mandamás empresario antes mencionado (Stacy Keach, repito, que me encanta porque no suele caer bien), que es verdad que las grandes celebraciones, esas fechas que en los calendarios son fiestas, provienen de algún episodio histórico sangriento. Hay que saber valorar la creación de este tipo de personajes y los argumentos que pretenden dar un aire nuevo a nuestro alrededor, un viento nuevo y fresco. Claro, que hay gente que no le gusta que le dé el viento en plena cara porque les ciega o porque se les mete cositas en los ojos, pero eso es vida. Pues esa es la característica de estas notables películas, tíos extraños pero con matices riquísimos esbozados en dos líneas. Un rico bagaje de gente corriente no tan corriente o tal vez, muy bien elegida para una película diferente.

Por tanto, muy aceptable distraimiento sobre asuntos que nadie se cree, pero que deleitan al espectador que no quiere vivir exclusivamente de la lógica acompañada de métodos tradicionales. Esta es una buena película que es otra historia, y muy aconsejable para corazones inquietos.

Esta comedia negra, sarcástica por momentos, la familiaridad con el estilo de Bob Odenkirk y respetar la voz de la serie Breaking y Saul es siempre un punto a favor, cuestiones de la vida real cuidando que sea un guión de cine pero al mismo tiempo lograr que el espectador esté cercano al personaje. Odenkirk pareciera que sus papeles los hace porque son su propia realidad (cosa que se sabe no es asi) pero sus papeles son tan bien interpretados que pareciera que el hombre es así y ese es otro punto a favor. La dinámica de la película aprueba. La recomiendo para ver un híbrido de subgéneros y para darse cuenta que a veces se puede ver una película no tan larga y dinámica en estos tiempos de velocidad y ansiedad inexplicable del mundo espectador, es difícil contar historias en este presente y entretener, este film lo logra.