El aviador

Dos personas que se odian están obligadas a convivir y a trabajar juntos para sobrevivir en una montaña helada llena de lobos. ¿La idea es buena verdad? Sin embargo todo acaba siendo aire. Los mejores momentos de la película son cuando los animales salen en acción (y me refiero a los lobos no a los actores) y eso que apenas salen en toda la película.

A parte de ser un quiero y no puedo, hay poco que destacar de la película. Tal vez la absurda idea de hacernos creer que Rosanna Arquette tenía 16 años en el momento de hacer la película cuando realmente tenía 26. Christopher Reeve por su parte hace el papel de alguien de 31 cuando tiene 33 pero en fin, eso es muchísimo más creíble.

Y nada, acabo diciendo que decepcionará y mucho si esperas una película de aventuras y acción porque en realidad lo que hay es una sentimentaloide película llena de actuaciones penosas y que únicamente puede resultar entretenida y pasable, nada más.

Me pareció una buena película. Bien filmada, locaciones rodadas en la ex Yugoslavia, con el soporte a MGM de la Jadran Films. Lindo colorido, y una historia casi de amor y odio entre un piloto marcado por un accidente previo con una adolescente rebelde y de malas pulgas. Esa época de los albores de la aviación comercial, primero con el correo y luego con pasajeros, me gusta mucho. El otrora Supermán, Christopher Reeve se desempeña bien como el piloto que debe lidiar con esta chica malcriada y los lobos hambrientos.

Fortuita, pasajera e irrelevante producción de altos vuelos que intenta sacar el máximo partido de la presencia de su pareja protagonista, unos decepcionantes: Christopher Reeve y Rosanna Arquette.

Pocas son las cosas que funcionan bien en la comedia de aventuras e inquietudes amorosas que se quiere mostrar, cayendo todo en multitud de situaciones absurdas y ridículas, haciendo que todo quede en algo demasiado irrelevante.

Es posible que la banda sonora, quede bien y ayude a llevar el desarrollo de infortunios, pero poco más se salva de tanta mediocridad.

No hay espacio para grandes momentos, ni grandes sorpresas, haciendo que toco en un vuelo anecdótico e irrelevante.

El aviador, queda como una comedia sin gracia y sin chispa totalmente prescindible.