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Magnifica presenza

Drama. Comedia. Fantástico Pietro es un joven siciliano que se va a vivir a Roma persiguiendo un efímero amor y el sueño de ser actor. Por la noche trabaja en una panadería, y durante el día participa en infinitos castings. Así transcurre su vida hasta que alquila el segundo piso de una antigua casa y empieza a ver fantasmas. Se trata de actores, de una compañía teatral de los años 40, muertos en trágicas circunstancias. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
27 de mayo de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director Ferzan Ozpetek ha retomado la temática gay en Italia tras la exitosa Tengo algo que deciros con un personaje muy similar en una situación muy distinta que esta vez incluye misterio y hasta fantasmas.

El protagonista de "Magnifica presenza" es un joven homosexual que decide vivir solo y se encuentra rodeado de persona extrañas en su casa que solo parece ver él mismo. A la vez, él atraviesa una pequeña crisis personal, que queda clara por su afan por aferrarse a un viejo ligue de una noche que para él es mucho más.

Una buena dirección de arte y una fantástica música envuelven un guión algo confuso que se salva por las correctas interpretaciones (a destacar, Palo Minaccioni) y la experimentada dirección de Ozpetek, quien, no obstante, tiene obras bastante mejores. De sus 8 nominaciones a los David di Donatello, no adquirió premio alguno, algo augurado por su omisión en la categoría de mejor película.

Más cine en: laestaciondelfotogramaperdido.blogspot.com
Juan Roures
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30 de septiembre de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como fiel seguidor de los films de Ozpetek, me duele tener que otorgarle una puntuación tan baja, y dando gracias. Poco se atisba de la genialidad fílmica de "La ventana de enfrente" o la comedia amable de "Tengo algo que deciros".

"Magnifica presenza" es un film con un guión paupérrimo. Carente de chispa, la película decae por segundos a saltos vertiginosos hasta estrellarse en los minutos finales. La trama se muestra insufrimeblemente aburrida en la mayoría del metraje. Lo que en buenas manos podría haber sido una historia de peso, porque la historia tiene su aquel, se queda así en algo liviano que deja al espectador indiferente. Vuela hacia la comedia pero no consigue despegar los pies. Bucea por rachas en el drama, y no existe el mínimo atisbo de conmoción.

El director no profundiza ni en su protagonista, y eso es lamentable. Todo lo que se nos plantea son pedazos con los que intentamos construirnos un personaje, y aún con todo el esfuerzo, nos faltan los brazos y las piernas. No hay forma de terminarlos con tan poca información.

Uno se queda frío, como los fantasmas (pocas veces se han visto unos fantasmas más "humanizados" como aquí) e impávido, como las escenas forzadas de humor que más que otorgarle vida al film le hace sonrojarlo más.

El espectro de Ferzan, en algunos planos escuetos y en la música (más sobria que nunca, aún incluyendo un tema de Lucho Gatica), parece que ha sido el que ha dirigido esta película. No el Ozpetek que conocía y disfrutaba.

Prescindible trabajo. Una pena.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
citos
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11 de febrero de 2014
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Varias son las virtudes de "Magnifica presenza". Se trata de una película ágil y entretenida, empapada de la característica estética del último Ozpetek, tan límpida como comercial. Estamos ante una producción amable y algo facilona, con un guion en demasiadas ocasiones inconsistente, un tanto de telefilm de altos vuelos, pero que tiene la no desdeñable capacidad de mantener al espectador, valga la redundancia, expectante.

La trama no está tan exquisitamente plasmada como se pudiera imaginar y es cierto que hay un par de giros de la historia que seguramente se podrían haber exprimido mucho mejor. Pero aun así, se le ha de reconocer no caer en demasiados de los clichés de los que se suele abusar en las películas de “fantasmas”. Y es que Ozpetek ha demostrado en varias ocasiones que sabe muy bien cómo combinar tiempos diferentes en los mismos lugares.

No es, ni mucho menos, la mejor película del italoturco: se encuentra muy lejos de sus primeras películas rompedoras e incluso de la también comercial, pero más compleja, "Mine Vaganti". No obstante, el visionado de “Magnifica presenza” sigue regalando una música deliciosa, así como un espectacular elenco con algunos de los más populares actores y actrices italianas del momento.

Como novedad, la componente gay de la historia es más intrascendental y normalizadora que nunca. Un buen síntoma, esperemos.
Lope De Rueda
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8 de mayo de 2014
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“Commedia a l’italiana”, muy a la italiana, y en particular por las interpretaciones de todos los actores, que actores son en la ficción de la historia, salvo María (Paola Minaccioni), la prima, que sin ser actriz en la ficción hace un magnífico papel secundario y contrapunto a todos los demás. El guión parte de una buena idea, que está muy pensada y posteriormente estructurada, para facilitar al director una buena labor de dirección de actores que durante toda la película, como en un ejercicio de escuela de interpretación, van atrapando al espectador en esta historia de ficción, y necesariamente fantástica, para dar cabida a todas los posibles registros de un actor. La ambientación es muy correcta, en un caserón destartalado pero que conserva el encanto de esos caserones romanos donde se vivió la historia italiana. Y todo va acompañado de una música muy adecuada, que cuando es diegética, es decir, forma parte de la narración, recurre a canciones en español o típicamente italianas que le suenan al espectador, y cuando no es diegética suena con cierta fantasía e intriga, hasta algo de terror, muy apropiada para películas de fantasmas. Al final, mientras pasan los títulos de crédito, hay un primerísimo plano de Elio Germano que dura unos cuatro minutos y en este tiempo, en un alarde de interpretación, vemos mediante las expresiones del actor como si por su mente pasaran todas las escenas de la película que hacen sonreír, reír, entristecer, llorar, asombrar, odiar, querer, y todos los verbos que un actor debe conseguir de un espectador. Yo he pasado un rato muy agradable y se la recomendaría a cualquiera que quiera ser actor.
Del Mar
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