Juicio a un menor (TV)

Cuando se descubrieron los primeros casos de SIDA a principios de los 80`s, estos fueron en pacientes homosexuales y drogadictos, y de inmediato comienzo el estigma de que el virus del VIH era solo cosa de “invertidos” por decirlo suavemente, un estigma mas fuerte incluso que el sufrido por enfermos de sífilis y otras antiguas enfermedades de transmisión sexual. Eso ha desaparecido mayormente en el siglo XXI, pero no del todo, todavía muchos ven el SIDA como un castigo divino para la “depravación” de los homosexuales, como si el sexo gay generara por si mismo el virus, cuando tal cosa no tiene que ver con tu tendencia sexual, sino con la actividad sexual descuidada y promiscua independientemente de su orientación, con el uso de drogas, y un par de décadas atrás, con la simple mala suerte, como ocurrió con muchas personas que se contagiaron por transfusiones de sangre.

Y esta película es la historia de un chico con esa mala suerte, y una historia de prejuicios e ignorancia, de gente -adulta- que no vacila en ofender a un niño de 13 años llamándolo “gay” (¿y eso porque debería ser una ofensa?) e incluso llegando al punto de disparar –si, disparar- contra su casa. La ignorancia –apenas justificada por el poco conocimiento que se tenia en aquel entonces sobre el SIDA y sus medios de transmisión- que hace a los padres y profesores actuar con miedo, hasta el punto de prohibirle la entrada al colegio a un chico que solo tuvo la mala suerte de ser hemofílico.

¿Una historia con final feliz?, no en esa época, no con el SIDA.