Black Mirror: Añicos (TV)

Está bien que no es el mejor capítulo de Black Mirror, y quizás tampoco de esta temporada. Que digamos que cada nueva que sacan parece que decae la calidad. Aunque la primer temporada también tuvo sus capítulos mediocres.

Probablemente mi nota sea demasiado alta para el capítulo y con el tiempo la cambie. A lo que voy, es que me parece que muchos pasaron de largo la idea de la historia. No se trata de una crítica al componente adictivo de las redes sociales, que si se enteran, hay laboratorios psicológicos para hacerlas lo más adictivas posibles. Se trata de una mirada crítica al contenido de las redes.

El mundo seguiría girando así se viniera abajo todo Twitter por ejemplo. Y aún así las personas quedan atadas a la interacción con estas plataformas, como si el contenido de allí fuera relevante. Y el noventa y nueve por ciento del tiempo no lo es. Sólo accedemos a ellas por el uno por ciento, o por la costumbre, o por distracción. Es como los mismos que arman las redes confiesan, un tragamonedas, ganas una vez, perdes mil veces.

Los únicos que salen ganando de esto es como el casino, los dueños. Nosotros no. Podremos haber sacado una o dos cosas muy buenas de estos lugares, pero mientras tanto dilapidamos años de tiempo de vida en otro tanto contenido basura, intrascendente, descartable, y hasta nocivo.

Para empezar, he de decir que comparto la opinión masiva que se ha formado con la nueva temporada de Black Mirror. Digamos que no ha gustado mucho al público y a mí, la verdad es que tampoco.

Este va más encaminado al thriller o a una película de acción que a una especie de crítica por el uso de la tecnología.

(Seguiré en el Spoiler para no desvelar nada):

Junto con el episodio de Miley Cyrus, esta nueva temporada de Black Mirror nos ha dejado los peores episodios de la serie. El bajón de calidad que ha pegado, se podría comparar a la última temporada de Juego de Tronos.

Sin destripar el argumento, y sin contar su final, este episodio se podría resumir rápidamente en un fallido anuncio de "Ponle freno" de Antena 3 para concienciar sobre nuestra conducción.

La gracia de Black Mirror, en parte, era poder sentir empatía con los protagonistas de los episodios, al ver que esas situaciones podríamos vivirlas nosotros en un futuro tecnológico aterrador, y quizá no tan futuro. En este episodio, no nos cuentan nada de eso. Se limitan a contarnos una larga historieta (70 minutos son demasiados para lo que acaba contando) que podría pasar en la actualidad, con un objetivo final que no nos hará entender mejor al protagonista, ya que el mensaje que retransmite ya nos lo hemos tragado por televisión durante 10 años.

Que ojo, es un buen mensaje para concienciar, pero no como para hacer un capítulo de Black Mirror.

Como fanatico de esta serie a pesar de sus altibajos en las ultimas temporadas y sobre todo a pesar de la repetición argumental.
Definitivamente es el fin de una era. Si bien los capítulos malos de esta serie se dejaban ver en temporadas anteriores, esto ya es insostenible.
Le doy tres estrellas: dos por Andrew Scott y una por tratar de un tema sensible y actual.
Pero si buscan el black mirror que buscaba y encontraba ser revolucionario olvidense... Ya no existe.

He leído todas las reseñas negativas y no puedo estar más en desacuerdo. Cada persona tiene, a priori, una expectativa sobre las cosas. En el caso de Black Mirror hay muchísima gente que la tiene catalogada como una serie de ciencia ficción y tecnología, pues me vale. Pero en mi caso la tengo metida en las series que tratan los sentimientos y conductas más complejas del ser humano, esas que necesitan reflexión y, aún con ésta, no llegamos a entender del todo. Nuestra condición genética establece unos patrones de pensamiento y actuación que aún no somos capaces de descifrar. Hay un montón de estos que asumimos como normales y que, seguramente en un futuro no muy lejano, serán objeto de debate por estar codificados en fragmentos de ADN igual que el software va codificado en pequeños archivos que instalamos en nuestro disco duro. El Windows no se plantea muchas cosas que hace, pero igual llegue el día en que sea capaz de ello si se le dota de una capacidad de evolución de su pensamiento basado en su aprendizaje.

"Añicos" está dentro de mis episodios preferidos de "Black Mirror", que son todos menos uno o dos. No voy a explicar de lo que trata porque cada uno saca sus conclusiones. Lo que sé es que durante una hora me he olvidado del teléfono móvil y no podía sacar los ojos del televisor. Me generó una profunda pena y me hizo pensar en el sentido de la responsabilidad. Black Mirror es filosofía enlatada por Netflix, y "Añicos" son trozos de cristal de un parabrisas que ya no se puede arreglar. El cómo acciones ridículas como mirar un móvil durante 5 segundos marcan definitivamente tu vida mientras que las decisiones más sesudas que tomas tras pensar durante horas o días, no significan apenas nada. El cómo perdemos la noción de lo importante, olvidamos lo importante dejándonos absorber por un contexto que nos hace creer que flotamos en una cúpula de inmortalidad. Lo que comes, los gimnasios, los reconocimientos médicos constantes, las wikipedias ¿qué importaba al lado de mirar el móvil en ese momento? Nos vamos a morir, la muerte camina a nuestro lado constantemente y no hay forma de luchar contra ella. No hay victoria, solo esa terrible sombra que acecha en el gesto más ingenuo. ¿se puede hacer algo? No. Ser feliz ya, ahora. Black Mirror es la hostia.