Wolf Creek (Serie de TV)

McLean ha sabido aprovechar el éxito de sus películas "Wolf Creek" y sacarle incluso, con esta serie, mucho mejor partido. En 2005 estrenaba la primera de la trilogía, inspirada levemente en hechos reales. Parece ser, que unos años antes desaparecieron varios turistas y encontraron un sospechoso de todo (Ivan Milat) y en 2001 desapareció un turista británico y hubo un asalto a su novia, también encontraron sospechoso, en este caso Bradley John Murdoch. La película, en resumen, se inspira en estos casos, salvando las distancias.
Tanto las cintas originales como la serie tienen como protagonista a John Jarratt, que hace un trabajo único como especialista en matar turistas o todo lo que se le cruce por el camino de manera que cada víctima sufra de manera increíble hasta su muerte. Es un cazador, juega con sus presas, se ensaña, disfruta haciendo sufrir. Lo mejor de la serie es que nos explica por qué este hombre se ha convertido en un sádico. La verdad es que hace un trabajo tan demencial como bueno y terminas queriendo matarle tú mismo, haciéndole sufrir de igual manera. De los mejores trabajos que he visto de asesino/sádico.
La serie, en seis episodios (primera temporada) de apenas una hora nos cuenta la historia de otra de las mal paradas familias de turistas que se han atrevido a pisar Australia, concretamente el cráter de Wolf Creek (en la realidad llamado Wolfe Creek). Eve (Lucy Fry), quedará como única superviviente de su familia, pero lejos de rendirse, perseguirá, cual cazadora, al brutal asesino de su familia.
La serie tiene un ritmo trepidante (mucho mejor que el de las películas). Un juego psicológico. Gato y ratón que van intercambiando los papeles en cada episodio.
La serie igual es un poco extrema pues no es muy creíble que de la noche a la mañana vayas a aprender a perseguir a un asesino en serie, pero de verdad que pasan los minutos sin que te des cuenta.
Tiene varios pequeños fallos en el guion (hay algunos detalles en los primeros capítulos que pierden el sentido), pero los subsana rápidamente y al final te olvidas de porqué pasó esto o porqué no hizo lo otro.
En resumen, hay que verla. De lo mejorcito en estos últimos meses.
Visualmente es una pasada, y tiene una fotografía y unas localizaciones preciosas y fascinantes de Australia.

El realismo descarnado y la cuidada estética de la película original son probablemente los aspectos más destacables que elevaron a Wolf Creek como uno de los títulos de culto del género a tener más en cuenta. Tras una segunda entrega que, pese a mantener el nivel, no aportaba nada esencialmente nuevo, llega esta miniserie de 6 capítulos destinada a los que ya conocen de antemano las películas en las que se basa.

Si bien la propuesta de Greg McLean se centra más en la forma que en el contenido, la serie ofrece nuevos puntos de vista y cierta complejidad que ayuda a comprender mejor el universo de la obra. El hecho de disponer de más metraje permite profundizar más en los personajes, sobretodo en el caso de la protagonista, la cual experimenta una evolución radical, potenciada por el ambiente hostil que la rodea: el machismo y la pobreza del lugar están recreados de manera muy lograda. Se nos presenta también un backstory del antagonista, que evidencia la trivialidad del mismo pero ayuda, a su vez, a potenciar esa idea del mal innato por la que se caracteriza este personaje aterrador. Respecto a la estructura, es una serie bastante correcta: el comienzo es vertiginoso, la parte central resulta demasiado reiterativa en ocasiones pero se entiende que es necesario dentro del contexto, y los dos últimos capítulos son, sin duda, lo mejor de la serie. La principal novedad en relación a las películas la encontramos a nivel temático: la narración presenta un trasfondo espiritual que se comienza a intuir con la aparición del personaje del “mentor” y se acaba volviendo palpable en el último capítulo, adaptándose a los arquetipos del “viaje del héroe”. La protagonista se sumerge, de este modo, en un terreno desconocido en el que deberá lidiar con personajes faltos de empatía, aprendiendo a distinguir la sutil diferencia entre aquellos que practican el ojo por ojo sin remordimiento alguno de los que se ven inevitablemente arrastrados a hacer uso de él con tal de sobrevivir, enfrentándose a sus miedos y aceptando su nuevo destino.

Lo mejor: La fidelidad a la idea original y como su creador ha sabido sacarle partido. La evolución de la protagonista.

Lo peor: Fuera del contexto de la ficción, tantos asesinatos sin resolver resulta demasiado inverosímil. El final tramposo de uno de los capítulos.

La serie de Wolf Creek me ha resultado una grata sorpresa, y más teniendo en cuenta que no me acabo de convencer su primera entrega y disfrute de la segunda por ser mucho más 'salvaje'. Pues esta serie la veo un punto intermedio en cuanto a su violencia respecto a esas dos entregas, pero para hablar de ella hay que hacerlo diferenciando sus dos temporadas, que veo que ninguna de las otras críticas mencionan la segunda.

Respecto la primera temporada, creo que tiene un primer capítulo genial, pero pierde fuelle a medida que avanza; habría resultado mejor como película que como serie, pues, hay algunas subtramas que no acaban yendo a ningún sitio y que resultan innecesarias, aunque no por ello restan calidad al conjunto. Acaba siendo una 'revenge' movie bastante diferente a lo visto en las dos primeras películas.

Respecto a la segunda temporada, esta sí que la he disfrutado bastante más, esto sí que es más parecido a lo que nos tenía McLean acostumbrados y lo que a muchos les puede gustar más que la primera temporada (aunque entiendo que haya gente que prefiera la primera). Me parece una trama más simple, eso es cierto, pero a cambio nos trae más muertes y una mejor ambientación que la anterior temporada.

Las dos temporadas, aun prefiriendo la segunda, me parecen de entre un seis y un siete, pero debido a ciertos altibajos me decanto más por el seis. Ojalá se hiciera una tercera temporada, pues el final de la segunda da perfectamente pie a que eso ocurra, aunque, lo dudo. Se está, presuntamente, haciendo una tercera entrega (aunque llevamos meses sin noticias) que me gustaría siguiera con las cosas tal como se han dejado en la serie y no se decante por ser otra entrega 'independiente' como las anteriores películas.

A destacar de la serie, creo que visualmente tiene algunos planos bastante bonitos (sobretodo en la primera temporada) y unas actuaciones buenas en su mayoría, de las que destacaría, la de Lucy Fry como Eve durante la primera temporada y, obviamente, la del gran John Jarratt como Mick Taylor que se come la pantalla con todas sus apariciones y que, con esta serie y las películas, a mi parecer, ha logrado situarse como uno de los mejores asesinos de este tipo de producciones. Importante: creo que es muy importante ver la serie en idioma original, el inglés australiano que tiene Mick me parece uno de sus rasgos más distintivos, aunque no lo he visto doblado, pero seguro que no se acerca a la calidad y a esas geniales expresiones tan características que tiene.

Después de ver Wolf Creek me queda clara una cosa, no tengo muchas ganas de pisar el Outback, ya no por temor a encontrarme a un asesino de turistas por ahí, sino porque tiene que ser muy aburrido vivir en uno de esos pueblos que se nos muestran en la primera temporada o acabar en un sitio a 500km de la civilización en medio del desierto como vemos en la segunda.

Allá por el 2005 se estrenaba una pequeña película dirigida por Greg Mclean que, si bien poco podía ofrecer dentro de un género tan trillado como era el survival (recordemos que estábamos en plena eclosión del "Torture porn"), destacaba por encima de la media al ofrecer una turbia atmósfera que persistía después del visionado. ¿El secreto?, tomarse su tiempo en introducir a sus personajes, haciéndonos empatizar con ellos, hasta la bestial interrupción del terror en los inhóspitos parajes de la Australia profunda.

El mismo director repetiría fórmula en su secuela, pulsando el acelerador de la violencia y casquería pero perdiendo por el camino el encanto de su antecesora. El anuncio del próximo estreno de la franquicia en forma de miniserie, hacia pensar en que argucias maquinaría el director para poder aguantar el tipo a lo largo de los consabidos 6 episodios.

Una vez vista, lo primero que nos preguntamos el porqué del estreno en este formato, es decir, ¿porque hacer una serie de capítulos que rondan la hora, cuando perfectamente el argumento expuesto cabría en un perfecta tercera parte? La escueta excusa argumental, centrada en la venganza de una fallida víctima, podría haberse condesado en unos estupendos 90 minutos, ofreciendo lo mejor de la serie, es decir, centrándose en la acción pura y dura y dejando de lado subtramas que no funcionan ni como relleno.

Pero como debemos centrarnos en lo que es y no en lo que debería, a lo largo de sus seis episodios, seguimos las vicisitudes de Lucy Fry que, cual Lara Crofft, deambula por una hostil Australia que funcionaría como revulsivo para cualquier turista que esté planeando una visita al continente. Se extrapola el concepto de "América Profunda", mostrando un territorio sucio y salvaje, repleto de personajes extraños con mucho que esconder, brindando un panorama desesperanzador que no da tregua a nuestra protagonista.

Nuestro psicokiller australiano se mueve como pez en el agua a lo largo y tendido de la función, mostrándose casi como un demiurgo castrador de todo forastero que se atreva a interponerse en su camino. Rozando incluso la autoparodia una vez que se trata de indagar en el personaje, ofrece lo mejor de la cinta cada vez que aflora su peculiar cinismo y mala uva.

De nuevo la fotografía vuelve a ser lo más destacable del conjunto, retratando esos áridos paisajes circuncidados por una naturaleza extrema y un imperante firmamento.

Lo mejor; John Jarrat pasándoselo en grande y los momentos de pura violencia.

Lo peor; La sensación de tedio que abarca toda la serie, estirando las subtramas hasta el hastío sin aportar nada interesante a la principal.

De nuevo una película famosa (famosa en Australia, que a mí no me gustó) se traslada a formato de serie, para tirar de la popularidad de la película. Y de nuevo lo hace con decepcionantes resultados.
Lo mejor los primeros 15 minutos del capítulo piloto donde el asesino se carga a toda la familia y deja a la cría por muerta. Pero no, no está muerta, está solo herida y decidirá vengarse del asesino de su familia cuando la policía la ignora, pese a reconocer a su asesino, en base a la coartada del tipo: "que estaba pescando en su barco" sí, en pleno desierto australiano. Olé por los huevos del guionista. Sólo es Australia podría suceder que la víctima de un asesinato no es tomada en serio al reconocer al asesino.

Lo único bueno es la impactante fotografía del desierto australiano. Insuficiente para que merezca tragarse 8 capítulos tan tramposos y donde van ocurriendo demasiadas pocas cosas para que merezca la pena seguirla.