Complete Strangers

Pau Masó, su director, quien también interpreta a Rob, un gay apesadumbrado que se asemeja bastante a la gata Flora... ya sabéis, cuando se la meten grita, cuando se la sacan llora.

Dentro del género LGTB, existe una gran cantidad de películas de bajo presupuesto, con escasa creatividad. Guiones escuetos que transmiten emociones primarias, incluso artificiales. Ni siquiera pueden calificarse de aburridas, son pobres en interés.

Planos cortos, diálogos elementales, banda sonora sucinta... Una sobriedad simple. La sencillez me gusta, la simpleza no.

Rob siempre está triste, nada parece irle bien, y cuando conoce a un tipo con quien las cosas parecen diferentes, se muestra como un perfecto tontorrón. Refleja muy bien a un tipo de gay que cada día abunda más, y se encuentran más solos.

Actuaciones simples, personajes sin aristas, el conflicto es mínimo y el interés exactamente igual... Carece de itinerario, no se les ve trabajar, ni más ocupación que estar en casa, paseando con amigos, de copas o folleteando.

Su planteamiento inicial fue bastante sobrio, con escaso calado, diálogos carentes de trascendencia, enmarcados por relaciones superficiales que daban una visión muy pobre en conjunto.

A medida que los minutos pasaban y Rob conoce a Hugo, de pronto entablan un vínculo desquiciante por el comportamiento disfuncional del propio Hugo y los miedos de Rob. La película avanza hacia una relación tóxica, donde ninguno de los dos encuentra su centro en el otro.

¿El final? Tendrás que verla, no pondré nada en spoiler.