La Tira (Serie de TV)

No pasará a la historia como una de las mejores series españolas. Sigue la estela de Camera Café de contar historias siempre en un mismo escenario, pero en este caso son varios escenarios y varios grupos de personas que jamás se interrelacionan.

Insisto en que no es nada del otro mundo, pero se deja ver. Las discusiones de las cajeras (qué guapa me parece la de la izquierda) son entretenidas y los dos porteros de discoteca son los mejores. Más infumables me parecen la de los obreros (Eva González debe alguien decirle que no tiene gracia) y las madres.

En resumen le doy un 5 más que nada por el calificativo de pasable, porque a esas horas o ves un programa de reportajes con recetas de cocina en restaurantes de la geografía española o poco más hay.

Durante el verano pasado me dí cuenta de que cuando un profesor te dice que te va a coser a deberes es sinónimo de que empieces a cagarte en su dinastía. A mi me pasó, me endosaron tal tocho de ejercicios que podía reventar la cabeza a un hombre de estatura media. Sin embargo, en vez de usar la violéncia decidía apechugar con la putada y hacerlos, media hora al día me sentaba en la mesa del comedor y hacía deberes, cada día, sin excepción alguna. Pues claro que más de una vez me puse histérico, lloraba de rabia lo confieso más de una vez, impotente al saber que mi nota de matemáticas dependía de si sabía hacer o no un maldito ejercicio. La cosa es que un día haciendo zapping y tras una tarde deprimente puse una serie de La Sexta, lo cierto es que era una serie mala, muy mala, con un humor simple pero divertido. Una hora más tarde me encontraba en el salón descojonándome sin parar. No es que fuera la serie más divertida de la historia pero cuando uno está triste se mea de risa por cualquier parida, y es exáctamente lo que me pasó. Desde aquella tarde, La Tira se convirtió en un motivo más para sonreír cada día, y no dejarme atrapar por los deberes. Así, y poco a poco acabé los deberes con una sonrisa.

El otro día encontré que habían puesto La Tira en FilmAffinity y estuve pensando que nota ponerle, la verdad es que es una serie muy mala por lo que le tendría que poner un 1 pero me hizo pasarlo tan bien que le subo a 10, hago la media y me da 5,5, redondeo hacia arriba y me da de resultado un 6 por lo que apruebo esta serie no sin tener en cuenta los buenos ratos que pasé, motivo por el que la apruebo.

Humilde serie de humor que muestra los diferentes estereotipos de madres a la salida del colegio, del personal de un supermercado, de un matrimonio con el piso en una obra eterna y dos porteros de una discoteca. Resulta graciosa a ratos, pero al completo algo fallida y no engancha.

Para qué decir más si con eso ya está todo dicho, pero aún así añadiré algo (para decir sólo eso no escribo una crítica).
'La Tira' es una serie muy simple que sigue el mismo formato que al parecer tanto triunfó durante un tiempo en pantalla ('Camera Cafe', por ejemplo). Y quizás por ese mismo motivo nos saturen tanto ahora (al principio estas series eran vistas por todos, pero la gente se cansa). En esta serie en concreto se opta por poner varias situaciones inconexas en lugares distintos, mostrando lo que en estos lugares sucede con humor. Pero este humor es bastante pésimo, más en unas historias que en otras, y las situaciones que narra son un poco tópicas, lo que le quitá todavía más valor a la serie.
Los únicos que me hacen un poco de gracia son los porteros, pero como ya he dicho no me hacen una excesiva gracia. Lo mismo me ocurre con momentos puntuales, que son más bien escasos.

Uno de los fracasos más estrepitosos de LaSexta en esta temporada. Los ejecutivos de LaSexta no se han roto la cabeza.

La Tira, una fotocopia corregida y ampliada de Camera Café y Escenas de Matrimonio en una suerte de cóctel molotov que se desactiva a las primeras de cambio.

Derrocha una comicidad más previsible, de españolada y, juega con la cobardía de un calzonazos acosado por su exigente esposa, con albañiles invasores o con las envidias de un grupo de madres chismosas. Sólo los dos porteros de discoteca elevan un poco el listón con diálogos que, bien explotados, podrían constituir el gran atractivo de la fórmula.

El resultado es una especie de Youtube de vecindario presentado por una pareja con una obra interminable en su casa, madres, astronautas y porteros de discotecas.