Mi amigo Dahmer

“My friend Dahmer” puede generar opiniones dispares. Al tratarse de la adolescencia de Jeff Dahmer, conocido en Estados Unidos años más tarde con el apodo de “El caníbal de Milwaukee”, un personaje que mató a 17 personas y que practicó el canibalismo con algunas de sus víctimas, se puede esperar un retrato cinematográfico morboso y violento. Y nada más lejos de la realidad. La película muestra cómo si se tratara de un documental, el perfil psicológico del personaje protagonista de una forma muy realista, centrándose en el comportamiento de ésta futura bestia en sus años de instituto. Se pone el foco en tres espacios en concreto: su casa (en la que se muestran todos los problemas que tenían sus padres y lo desestructurada que era su familia), el instituto (en el que no sabe relacionarse y descubre que a base de comportarse cómo un bufón consigue una mínima aceptación social) y sus momentos en solitario (en el que recoge animales muertos y espía a un corredor por la calle por el que empieza a sentir un despertar sexual). Es increíble como la película consigue que se sienta lástima al ver el proceso en que un adolescente se transforma en bestia. Arriesgada propuesta que no será del gusto de todos los paladares, pero que si conecta contigo, te atrapará inevitablemente.

Más críticas de cine y series (y algún que otro monigote): https://unhombresinpiedad.com

My Friend Dahmer es una película hipnótica, Marc Meyers y Ross Lynch consiguen que cada escena te atraiga, y de una forma muy peculiar, todo es muy sutil, nada está completamente dicho, y eso es lo que te atrapa del metraje, cuando termina te preguntas acerca de esta historia, y especialmente sobre Dahmer.

Visualmente está muy bien lograda, cada plano nos muestra a Dahmer de una forma muy real, nos muestra sus motivaciones; y es ahi donde llega el mejor aspecto del filme, el guión, y esto se debe a que uno de los guionistas (Derf Backderf) verdaderamente conoció a Dahmer y de hecho esá representado en el filme (por Alex Wolff). Wolff lo hace muy bien, pero este es el show de Lynch, que esta irreconocible, no hay rastro del artista que trabajó en Disney hace algunos años, el es el que lleva la película, y gracias a él entendemos al personaje, y en realidad llegamos a sentir empatía por él, y entendemos su mundo y su mente, y nos dá cierta lástima su situación.

La sutileza con la que Meyers trata la historia es la que hace que este filme sea tan interesante, es una propuesta muy diferente, el montaje hace que todo valla lentamente y maneja la tensión con maestría, durante toda la película pasan cosas pertubadoras, pero Meyers no nos las muestra del todo, simplemente las insinua, no va por el camino del gore fácil, sino que recurre a la delicadeza, y por eso es que este film es recomendable. Esperemos a ver que hacen Meyers y Lynch.

Quise ver esta película con altas expectativas, y eso es lo que realmente me falló, pensaba que me iba a encontrar algo mejor de lo que las sinopsis y opiniones decían, pero no.

He tenido la sensación de ver hora y casi 50 minutos con una trama dónde realmente no pasaba absolutamente nada, al menos para mí, ni inquietante, ni sorprendente, ni parecido... lo de calificar esta película como misterio se descubre, digamos que prácticamente al final, pero la película avanza sin pena ni gloria y sin prácticamente sin nada que contar.

El protagonista adolescente se hace el raro, gesticula y participa en bromas, pero lo de ¿psicópata en potencia? Era algo que podías sospechar por su afición a momificar animales y ver cuerpos muertos, pero su trama es plana, aburrida y realmente lo único que aprecias en toda la película es el comportamiento raro (pero aburrido) de su protagonista pero nada más. Muy sobrevalorada por lo que veo...

My friend Dahmer no es exactamente un biopic sino una adaptación de una novela gráfica de Derf, autor y co-protagonista de esta historia, personaje de su propia creación, y memorias de sus años de instituto como compañero de clase de Jeffrey Dahmer, uno de lo asesinos en serie quizás más tristemente famosos de la historia de Estados Unidos, que ha llegado incluso a convertirse en parte de la cultura popular (como demuestra la épica broma muy negra que protagoniza en el tema "Spooky Mormon Hell dream" del musical The Book of Mormon).
La película de Marc Meyers no es perfecta. De hecho, pese a su ajustada duración, el ritmo es bastante plomizo a ratos, y el conjunto general tampoco hace que la recordemos como una obra maestra ni una película fabulosa. Sin embargo, es correcta, está hecha con gusto, y tiene escenas que rezuman una tensión muy lograda (la visita de Dahmer al médico, el final con Derf, el epílogo cuando recoge al autoestopista, etc), en las que ya vemos los primeros indicios de aquello en lo que se va a convertir Dahmer en el futuro.
Aparte, se beneficia la cinta de una estupenda interpretación de Ross Lynch, cantante y músico en las bandas R5 y The Driver Era, e ídolo adolescente de Disney (Austin & Ally, Teen Beach Movie), que realiza aquí su primera actuación adulta y realmente llena la pantalla cada vez que aparece, que es casi en el 100% de las escenas. No se pasa nada, no exagera, no anticipa lo que va a ocurrir o lo que le va a pasar por la perturbada cabeza al personaje. Se trata de una interpretación valiente y matizada, muy alejada además de todo lo que había hecho hasta la fecha, y que revela a Lynch como un actor dramático a tener en cuenta.

Lo mejor: Ross Lynch, fantástico, y la tensión de algunas escenas.
Lo peor: No es una obra maestra y el ritmo es lento.

Me ha gustado, además después de haber leído el cómic con el mismo título que escribió su amigo del instituto John Backderf. Refleja bien al Jeffrey adolescente, que comienza a saber lo que le gusta, aunque en ciertos momentos se ve algo forzado... Es muy interesante que muestren, cosa que pocas obras hacen, la vida de un asesino antes de serlo realmente, su "iniciación", aunque sólo sea por eso, es algo que merece verse. No muestra nada de crudeza realmente, y a veces se echa de menos. La empatía que puede producir en el espectador, incluso la lástima, es inquietante.