Código Banshee

Entiendo que 'Antoñito" tenga que pagar facturas y llevar un tren de vida alto, pero macho, ¿Que necesidad hay de meterse en lamentables producciones de éste calibre? Un telefilm de sobremesa para la TV, rancio, soso, y aburrido.
O tiene algún contrato jugoso en la cual firmó packs de películas de medio pelo, o le debe un favor a alguien. Porque ya simplemente con lo que gana con su nombre, imagen, publicidad e inversiones ya le debería llegar para pagarse sus jardines o piscinas de sobra.
Tampoco nos debería sorprender ésta clase de subproductos realizados directamente para video y TV.
Una aburrida cinta en la cual tenemos una sola patética escena de acción de 15 segundos al inicio y no vuelve a disponer de movimiento alguno hasta sus 15 minutos finales. Aún por encima, la acción solo se compone de meros tiros con armas y alguna pelea random, ni explosiones, ni sangre, ni artificios, na nada.
Por lo visto Banderas es el reclamo de la película, pero me atrevería a decir que es el que menos sale en pantalla del principal plantel de actores, algo similar a lo que pasaba con Bruce Willis.
No sirve ni para una tarde que te la metan por la TV mientras planchas.

A ver, no es que sea un spin-off de "John Wick", pero tampoco es para saltar por la ventana o hacerse la circuncisión con un cortauñas oxidado.

"Código Banshee" es una película baratita, con apenas cuatro escenarios (sala de interrogatorios-edificio-taberna-casa de campo), bastante poco talento en la dirección y una nula capacidad en dar realismo a las escenas. Es gracioso como a la protagonista le dan de puñetazos en la cara como para arrancarle los ojos y luego aparece sentada en el sofá sin una magulladura y maquillada y peinada divina de la muerte. Y, por supuesto, con la ropa impecable y planchada. Las peleas en sí no están demasiado mal, hay que reconocer el esfuerzo de la tal Jaime King, que copia el vestuario, corte de pelo y aspecto en general de Ruby Rose en "John Wick 2". Mucha sangre de ordenador. Demasiada.

Antonio Banderas protagoniza por un lado filmes de calidad y por otro, filmes alimenticios bastante mediocres y olvidables. Este es el caso de este filme. Hay que pagar la luz de su teatro del Soho en Málaga. No sé si en consonancia al bajo nivel de la película, Banderas lleva un corte de pelo bastante horroroso, similar a llevar un mapache en la cabeza. Jaime King soporta el protagonismo con cierta entereza al igual que su némesis, Tommy Flanagan, que lo borda de malo repugnante.

En fin, contradiciendo al anterior crítico, se puede ver mientras planchas, si no eres muy exigente.