Un genio en apuros

Lo mejor de la película es el mensaje libertario que transmite, muy válido para cualquier época en que sea vista.
El personaje protagonista interpretado por Eugenio (que muestra muy pocas facetas interpretativas) es un tipo caótico, imprevisible, imaginativo, pero, sobre todo, libre. Le importa un comino lo que la gente opine de él y tiene las ideas claras sobre lo que le gusta hacer y lo que no. Es difícil ver personajes así en el cine español contemporáneo y me gustó mucho este espíritu barojiano del filme.
Por lo demás, destacar el resto del elenco y el personaje desternillante del inspector del barco, digno del mejor humor británico, aunque no puedo olvidarme de la "pareja del whisky", el adivino de las catástrofes o la parodia de las bandas mafiosas.
Si fuera británica o estadounidense, tendría mejor nota, al menos llegaría al 5 de media.

Eugeni Jofra Bafalluy, más conocido por todos como Eugenio, es una leyenda en toda regla para todos los amantes del humor y todos los profesionales de ese bellísimo arte. Pese a que en esta película se nota que no es actor, sólo con su presencia hace aumentar el nivel de la película.

Para mí poder disfrutar de una película en la que sale Eugenio, riéndose de sí mismo, compartiendo elenco con José Luis López Vázquez, Agustín González y Antonio Ozores (¡ni más ni menos!), en un cachondeo total de historia, surrealista, absurda y entrañable es algo que me alegra el alma.

Allá donde estés, gracias Eugenio por tus grandes chistes, tu escenografía tan original y gracias Lluis Josep Comerón por hacerle inmortal en esta película.

P.D.: Saben aquell que diu...?

Comedia inusual en el cine español de la época: mantiene lo entrañable de los actores del cine español de los 60-70 (no hay más que ver la lista de intérpretes) a la vez que resulta una película que aporta cierta frescura (en este sentido parece adaptada a su protagonista Eugenio y lo que el carácter del personaje que se labró conlleva). Creo que debió ser una apuesta en cierta manera arriesgada, a pesar de aprovechar el tirón del humorista por aquel entonces, pero que a día de hoy funciona bien.

A lo largo de la cinta hay un sinfín de pequeños detalles/chistes a descubrir, no hay que perderse detalle. Esto sumado a la presentación del personaje principal al inicio de la película me ha trasladado a lo largo de sus 90 minutos a un humor más británico que de aquí... quizá también por la característica serenidad de Eugenio, semblante más bien serio, sus salidas irónicas... en contraste con los actores cómicos de comedias a las que asociamos ese cine español que decía, lleno de sonoras carcajadas y folclore (sólo es un matiz).

Personalmente, descubrí de casualidad esta película y una vez vista por fin, considero que está injustamente olvidada. Si fuera del otro lado del charco, seguramente la denominarían "de culto". Si la hubiera rodado actualmente seguramente sería una "indie".

Por supuesto no es perfecta y no soy objetiva del todo pero el argumento me ha parecido muy original, además creo que resuelven el final muy bien... ¡han conseguido que no me lo esperara!

Indispensable para todo admirador de Eugenio. Muy recomendable para el que no.

"Un genio en apuros" es una película que no aporta nada. Es, en el plano técnico y de guión, lo que todos conocemos como una mala película, una chorrada, un sinsentido.

Pero para mí tiene un valor en cómo refleja a la perfección lo que eramos en el año de su rodaje, 1983.

En su ambientación, se puede ver aquella Barcelona de principios de los 80, una ciudad bastante humilde económicamente, en una época donde las cosas se construían de una forma un tanto tosca y sencilla, llena de conglomerados contrachapados, hierro cromado forjado y circular y mucha moqueta. Igual que esta película, de presupuesto mínimo y dedicado sobretodo a contratar a multitud de actores amigos del director.

Todo en esta película respira aquel ambiente sencillo, visto hoy desde una sociedad sobresofisticada donde no nos conformamos con menos que con cosas de excelente acabado (Y que a menudo despreciamos). Cuando lo veo, no puedo evitar tener la sensación de que fue una época en que importaba mucho más el fondo que la forma, dando un ambiente resultón, suficiente para pasar un buen rato.

En el guión también vemos la época: Un humor extremadamente infantil, que bien podría verlo toda la familia junta pues pasaría perfectamente como película para niños de 10 años.

Un argumento estandar: mafiosos, una pobre niña, enredos con personajes secundarios variopintos y extravagantes y situaciones imposible. Tan imposibles que incluso el personaje de Eugenio traspasa en un momento determinado la cuarta pared para avisar al espectador que si le ha parecido difícil de creer todo lo que ha visto hasta el momento, que espere a la siguiente escena (Donde efectivamente lo que ocurre muestra lo poco en serio que se toma la película a si misma).

Y ahí es donde tenemos el otro encanto de la película: Nuestro querido Eugenio, que tantas veces nos hizo reir, en una película simpática que, si bien no aporta nada, no hace daño y permite pasar un rato viendo cómo eramos y lo mucho que hemos cambiado. Es perfecta para irse a dormir.

Hoy somos mucho más sofisticados y tenemos unos productos materiales de calidades excelentes (al menos en apariencia)... pero por el camino, nos hemos dejado una sociedad menos histérica y exigente que la actual.

¿Una película con Eugenio de protagonista? Bufff, pensará mucha gente sin verla: comedieta de medio pelo con el humorista contando sus chistes de siempre. Bufff, paso .... Pues va a ser que no, nada de "bufff, paso", sino más bien un admirado "arrea, pues no está nada mal". Cosas de atreverse a ver este tipo de películas sin miedo y con la mente abierta: el 90% son de "bufff", en efecto, pero de vez en cuando encuentras un "arrea" y te pones tan contento. Las pequeñas alegrías de los cinéfilos, oiga.

Vaya por delante que Eugenio no cuenta ningún chiste, aunque en una acertada parodia de sí mismo lo intenta varias veces, pero nunca le dejan ni empezarlo. La película es divertida, parodiando las típicas de gangsters, con un argumento lógicamente disparatado, pero sin caer en el ridículo esperpento. Dirigida con acierto por Lluis Comerón, uno de los cientos de directores españoles injustamente olvidados, se sigue con agrado, no abusa demasiado de los gags, lo que les hace ser más efectivos, e incluso se meten tramas románticas y paterno-filiales que mejoran el producto final. Citar también un pequeño guiño a "La Pantera Rosa" (1963 - Blake Edwards) en una escena concreta de persecuciones automovilísticas alrededor de un estupefacto tipo que pasaba por allí.

Respecto a las interpretaciones, sorprendente por muy correcta la del propio Eugenio, que no desentona en absoluto en un papel cómico, sí, pero con más miga de la que parece. Con él unos secundarios de lujo, destacando la excelente Mari Carmen Prendes, que lo borda, así como un José Luis López Vázquez en su mejor versión, lejos de las ridículas sobreactuaciones de otras veces. También destacables la angelical adolescente Nuria Gallardo (15 años por aquel entonces y que ha seguido una buena carrera como actriz en teatro y televisión) y la niña Adriana Grañena, muy desenvuelta y graciosa. Correctos Agustín González y Claudia Gravy, pequeño papel de Antonio Ozores haciendo lo mismo de siempre y cumplen sin alardes los 8 gangsters. Citar también como curiosidad el cameo de Antonio de Senillosa en un par de divertidas escenas. Lo peor a mi juicio, un par de personajes ridículos y que sobraban al no aportar nada a la historia (el loco "cuentamuertos" y el detective del barco), así como una histriónica Ofelia Angélica.

En resumen, comedia modesta pero simpática y muy potable, que da exactamente lo que pretende: diversión sin muchos alardes, con un humor sano, lejos de las chabacanerías, zafiedades y groseras escatologías tan típicas de las más "exitosas" comedias patrias (Torrentes, Airbags, Amantes Pasajeros, Landadas y Esteso-Pajaradas varias).

Recomendable para curiosos incorregibles y descubridores de gratificantes rarezas ocultas. Que somos muchos, por cierto.