Amor, curiosidad, prozak y dudas

Me da miedo hablar bien del cine español en estos tiempos. Hay que renegar porque todo lo que se hace es muy malo “claro, como subvencionan cualquier película”. Es cierto que en los últimos años han llegado a las salas productos infames, del estilo de Borjamari y Pocholo, pero también es cierto que otra facción del cine patrio ha optado por obras de calidad, producciones más costosas y atractivas y en definitiva por abandonar el tono zafio de las comedias y el sentimentaloide de los dramas.

En esta ocasión quiero hablar de una cinta del año 2001 que lleva por título Amor, curiosidad, prozac y dudas y que está basada en la novela homónima de Lucía Etxeberría. Está dirigida por Miguel Santesmases (en una de sus pocas obras cinematográficas) y protagonizada por el trío compuesto por Pilar Punzano, Silvia Marsó y Rosa Mariscal, lo que convierte la película en una de esas llamadas historias de mujeres. Los secundarios, aunque con nombre, Guillermo Toledo, Nancho Novo o Guillaume Depardieu no son más que meros acompañantes en esta introspección en el mundo femenino.

Cristina, Rosa y Ana (Pilar Punzano, Rosa Mariscal y Silvia Marsó) son tres hermanas, cada una con su vida encaminada en mayor o menor medida. Ana es una mujer casada y con un hijo que vive a la sombra profesional de su marido y trabaja como ama de casa. Rosa es una mujer de negocios, soltera, liberal y con dudas. Cristina es la más joven, estudiante de filología de día y trabajadora y vividora de noche. Cada una sabe muy poco de la vida de sus hermanas hasta que sus caminos y sus miedos las vuelvan a juntar. Cada una, tras su apariencia fuerte, esconde un pasado y un presente de frustración y dudas, de vulnerabilidad.

Con todo esto, con un guión potente y unos personajes excelentemente construidos se teje la historia de esta película. Una película que habla de la vida y de la familia, de los refugios que encuentra el ser humano donde evadirse de las penurias cotidianas del vivir, una película que habla de la infancia y de las relaciones interpersonales. Una película, que es más de lo que parece a primera vista y donde el trío protagonista mantiene la historia en un punto álgido constante.

Así pues, se trata de una buena película española, le pese a quien le pese. Quizás podríamos achacar que es un poco lenta, con una cámara que se mueve más bien poco, muy en la línea del cine de Gerardo Herrero, para hacernos una idea, pero el metraje es justo, ni falta ni sobra nada, lo cual, para un largometraje, es siempre un gran halago.

Tras su magnífico debut con "La fuente amarilla", Santesmases adaptó la novela homónima de Etxeberría, aquí coguionista, que cuenta la historia de tres hermanas: una infelizmente casada y con profunda depresión; otra, ejecutiva lesbiana y "stressada" que rompe con todo; la tercera, un pendón ninfómano incapaz de controlar minimamente su vida y libido. Hay diálogos muy de Etxeberría - atrevidos, obsesión por el sexo - y un universo muy femenino y casi feminista, digno catálogo desprejuiciado de los actuales problemas de la nueva mujer emancipada, desarraigada y firme de la urbe actual - sobre todo, claro está-.

Adaptación de la obra de Lucía Etxeberría, no hay mucho que decir en mi opinión, así que siendo claro tenemos un intento de llevar el libro y toda su esencia a la pantalla tal cual, el problema con que se encuentra es que no ves un hilo entre escena y escena, así que estamos ante una colección de flash, o sketch o como quieras llamarlo, y aún así me resultó interesante, y es que los diálogos de Etxeberría están aquí y con eso puedes salvar una tarde de película.

El reparto de actores es a priori interesante aunque en mi opinión fallido, aunque haber apostado por gente desconocida y más joven pudiera haber resultado un riesgo para la productora creo que, como todo el mundo, es mejor buscar a alguien que encaje en el papel a malintentar que un papel encaje en alguien.

Y a pesar de todo me resultó interesante.

Adaptación de la conocida novela de Lucia Extebarria por parte del realizador Miguel Santesmases, de cuyo guión se encargó la propia escritora, lo que, a priori, da cierta esperanza a los fans de la novela sobre su correcta adaptación a la gran pantalla.
Siguiendo la trama del libro, la historia trata sobre las dispares vidas de tres hermanas de diferentes edades (interpretadas por Pilar Punzano, Rosa Mariscal, Silvia Masó), centrándose en su vida personal, sus relaciones, sus frustraciones, etc.

El director intenta trasplantar a la gran pantalla el mismo aire fresco y moderno que respira la novela, aunque en resúmen se queda en un catálogo de situaciones personales, mezclada con música, ambiente nocturno y algo de sustancias químicas, y a pesar de la presencia de caras conocidas (e internacionales) como Guillaume Depardieu, Guillermo Toledo o Nancho Novo, el film no puede desprenderse de esa distancia que marca al principio al espectador, haciendo que éste acabe desentendíendose de una historia realizada con excesivas pretenciones pero cuyos resultados no llegan a los objetivos marcados de atraerse al público joven con una pretendida estética y planteamientos modernos, pero que no llega a sincronizar con el público al que va dirigido este film totalmente fallido.

Drama sobre la vida cotidiana y las interrelaciones de tres hermanas de vidas y caracteres completamente opuestos. No he leído la novela y desconozco las intenciones del director. Tras ver la cinta me quedo sin saber si el pilar fundamental de la película son las relaciones de las hermanas entre sí o el retrato de cada una de sus respectivas vidas y formas de ser. No hay un comienzo, un desarrollo y un final, el argumento se limita a desarrollar una historia carente de interés que puede acabar en un punto cualquiera.

Exceptuando la de Silvia Marsó, que realiza un trabajo muy competente como ama de casa despechada y completamente agotada de su vida, el resto de las interpretaciones son muy poco creíbles. Tenemos a un Willy Toledo en un papel forzadísimo de marido y padre de familia estricto que no le pega ni con cola.

Como puntos positivos destacar el mencionado trabajo de Silvia Marsó y el desnudo de la exhuberante Pilar Punzano.

Conclusión: La película transmite desazón al basarse en personajes patéticos, con crisis de identidad, vacíos existenciales, sueños rotos o directamente que no sabe ni lo que quiere; pero ni las interpretaciones ni el desarrollo permiten al espectador meterse en la piel de los personajes con lo que todo queda en una película un tanto irritante.