En nombre de la ley

Tras un exitoso paso por los Estados Unidos donde estuvo trabajando por quince años dando a luz a joyas como El último mohícano o Victory, Maurice Tourneur continuó en Francia su carrera siguiendo los patrones que habían guiado su carrera, no despreciando género alguno, aunque teniendo predilección por algunos, como el criminal, que ya había tocado en los USA con películas como Alias Jimmy Valentine o Victory. No en vano el primer film rodado en Francia tras su vuelta, fue una película procesal, Acusssez levez-vous. Dos años más tarde alumbra este para mí magnifico film policiaco, variante procedimental, en que básicamente sigue el quehacer de un grupo de agentes al servicio de la ley en una lucha contra el crimen, en este caso, traficantes de drogas. Con la ayuda del autor de la novela que servía de base material, Tourneur levantó un film bien armado a nivel estructural, brioso y que se benefició de su aprendizaje del uso de la luz y del montaje en los estudios americanos, para añadir densidad dramática a los planos y agilidad al resultado final. Un film a descubrir.

Maurice Tourneur ofrece una película de cine negro vigorosa y entretenida. Más allá de utilizar casi todos los clichés del género en una trama bien urdida, el estilo es potente y muy medido. El montaje y la posición de la cámara hacen que el lenguaje sea muy diferente a lo que por aquel entonces se estilaba en Hollywood. Con ello, si bien el relato puede ser tópico y la trama es bastante previsible, el director consigue captar nuestra atención desde el primer minuto. Las interpretaciones están a buen nivel en un relato bastante coral. Las iluminaciones expresionistas, basadas en el contraste de claros y oscuros, presentan ya una dimensión diferente, como si el estilo se hubiese sublimado o superado. Las perspectivas oblicuas se muestran de una forma muy natural, nada estridente, pero con planos igualmente audaces, mediante encuadres imaginativos para la época. En mi caso, todo un descubrimiento.