La última tarde

La sinopsis resulta demasiado amable. Podemos incluso compararla con un versión latinoamericana de Before Sunset en donde dos antiguos amantes se reúnen después de muchos años para descubrir como el tiempo ha pasado para cada uno de ellos. El paseo cambia los barrios parisinos por la geografía limeña, aunque con una versión mas desenfocada y menos turística del paisaje. Sin embargo lo que la sinopsis esconde es que tras las alegres intenciones se esconde entre ambos el germen de una relación que quedo trunca y que no finalizo de la mejor manera.

Laura y Ramón se reencuentran tras 19 años para firmar el divorcio que nunca llevaron a cabo debido a que ella abandono el país de manera repentina. Ambos eran jóvenes militantes de Sendero Luminoso y la lucha armada termino distanciando dos personalidades opuestas. Lo que comienza como una charla simple y amistosa deviene lentamente en una serie amarga de reproches de dos personas que no pueden, o no quieren, ni perdonar ni olvidar. Ambos han madurado y crecido en caminos tan opuestos que no reconocen a la persona que solían amar y sienten que hablan con un extraño al que no comprenden. Tras pasar los primeros choques "amables" entre los personajes el guion (sobre lo que se basa gran parte de la película) comienza a tomar ritmo y volverse cortante y áspero. Ambos dejan de lado las amabilidades y lanzan certeros puñales para destruir a su "contrincante". A través de una charla informal en Lima, La ultima tarde propone hablar de una generación que intento cambiar un país y de un país que no cambio lo suficiente. De unos hombres y mujeres desesperanzados por la Revolución que no llego pero también de una revolución que nunca fue esperada. De utopías imperfectas, de terrorismo, de guerra sucia y de violencia pero también de lo dañinos y violentos que podemos ser con nuestras palabras, incluso a quienes solíamos amar.

Las actuaciones son solidas considerando que son el 100% de la película y que los planos suelen ser muy cerrados (generando que podamos observar de cerca cualquier detalle gestual) Es una lastima que esta película no goze de mas criticas o votos porque aunque el cine peruano no es tan regular como sus vecinos chilenos o colombianos suele sorprender con cintas maduras y bien construidas como esta.

Entramos a la sala, empieza la película, todos silenciados, atentos esperando comprobar que tanto de Linklater había en la película, y de pronto ocurrió sin darnos cuenta, enganchados cual niños sin soltar el chupetín, no tenía defectos, todo encajaba bien; la actuación de D'onofrio aunque empieza nerviosa luego se sumerge en su personaje con tanta naturalidad, digno de una gran actuación; Lucho Cáceres sorprende, con ese temple y esa ecuanimidad me hizo creer que de verdad era él, a excepción de los pestañeos al final en la escena sexual que contrastan mucho con el papel que venía haciendo; diálogos originales con soltura que arrancan una sonrisa al más exigente, buena realización con el sumo cuidado de los ambientes por donde se rodaba, se podría percibir en la sala que todos ya estaban pensando salir para decir que habían visto la mejor película peruana (si es que no la mejor) después de "la ciudad y los perros" o "no se lo digas a nadie"; y mientras rogaba que por favor esta película tenga el final para consagrarse, tenía que suceder lo inevitable, lo que me venía temiendo; un final de esa forma es un balde de agua fría, un mal pase en la pichanga, un "no" de la chica que te gusta; ¿cómo diablos nadie en el juzgado va a escuchar los gritos de D'onofrio en el baño? la lógica no se puede perder, no puedes subestimar al espectador de esa manera; y el hecho que termine en un "remenber" sexual francamente carece de todo sentido por más profunda que se haya querido mostrar esa escena, un batacazo a todo lo que venía transmitiendo esta película; en fin, pudo haber sido, pero no fue, se quedó en un tal vez, en un quizás, en una promesa, en un remenber peruano; tiene momentos de gran cine, vale la pena verla sin duda, pero me quedé con la ganas de haber dicho: "Esta es la película peruana", Calero la pudo haber hecho, pero ojo que no es su "última película"

Pareciera que el cine independiente peruano no puede olvidar su pasado y repite la misma fórmula de siempre: El terrorismo. Aquella temática está presente en todas las películas peruanas “serias” de alguna u otra manera y en esta oportunidad no podía faltar.

El visceral relato nos presenta a una pareja que no se ven luego de diecinueve años, con el motivo de firmar el divorcio de mutuo acuerdo. Conocemos desde el principio el pasado de estos y la relación que los unían: ambos eran terroristas. Mientras Laura era una universitaria de clase alta en búsqueda de sus ideales; Ramón era un cusqueño pobre radical.

La película si bien es cierto se desarrolla a través de las duras confesiones de ambos y sus puntos de vistas sobre la sociedad y las diferencias que existen, también guardan secretos sobre la relación amorosa de ambos y la traición que hubo por una de las partes.

Es probable que esta película sea fácilmente olvidada y quizá sea inferior a Ella & El (película también de este país) pero su visionado es obligatorio al menos para todo aquel cinéfilo peruano que quiera descubrir su pasado y reflexionar sobre el presente. En líneas generales, lo mejor: la pareja protagonista (Katerina D’onofrio y Lucho Cáceres) y lo peor: el desenlace.

Hay que celebrar el guión de "La Última Tarde", pues se desprende de él una sensación de profundidad ambigua y sincera, dejando de lado cualquier tipo de pretensiones. Así mismo es una película que explota temas universales, usando sutilmente y sin contaminarse, una temática manoseada un sin fin de veces en el cine nacional.

Los diálogos por momentos son geniales, en otros, muy pocos, artificiosos. La puesta en escena mejora, avanzado el metraje. Las actuaciones tienen también momentos brillantes, siendo mucho más constante a mi parecer la actuación de Lucho Cáceres (cuyo semblante y expresiones demuestran una evolución actoral asombrosa) que la de Katerina D'Onofrio, la cual mejora los últimos 30 minutos.

Sobre el final, es perfecto, pues respeta la esencia de toda la historia. Y literalmente hizo que toda la sala de cine aplauda, incluyéndome.

En la universidad me han enseñado ese viejo dicho que dice :primero lo nuestro luego lo del resto y precisamente esto ocurre para mi con el cine ,he disfrutado peliculas europeas,americanas,asiaticas,arabes,latinoamericanas y sobre todo peruanas.

Desde hace buen tiempo atras me doy el lujo de decir que el buen cine peruano esta a la altura de un cine de festival independiente y esto es lo que demuestra La ultima tarde,

La historia de amor de dos subversivos es algo que a primera vista se puede tomar como algo mas que ya se ha visto pero es la profundidad de sus dialogos que van desde un simple ,que tal como estas? pasando por ideas políticas hasta llegar a las intimidades mas profundas del ser como la pasión,,la soledad y la traición.

Una simple caminata por las calles de Barranco es suficiente para lograr que la dramaturgia combinada junta con la comedia humana logre un material de primera,un material no que entretiene sino que trastoca cada fibra del pasado de ese pasado que creemos olvidar pero vuelve y ya no podemos dejarlo pasar

La ultima tarde no se vende como una cinta común sino como una pelicula profunda,compleja que explora las dificultades del ser humano ante el sendero de la vida