La oportunidad de mi vida

El cine francés está por encima del americano....sin artificios y sin "estrellas" logra el doble de satisfacción en el espectador.
Al entrar en la sala de cine, mi marido y yo nos dimos cuenta que la media de edad de los allí presentes era de más de cincuenta años.....nos asustamos. Pensamos:¡hemos elegido ver una peli para viejos!. Luego nos dimos cuenta que no estuvo bien "etiquetar" a este film porque enseguida nos pareció muy divertida, pasamos un buen rato y no cesamos de reír.
La actriz protagonista tiene un encanto especial, los títulos del final son muy originales y la escena del perro es totalmente genial.
Reír es sano, así que recomiendo verla. :)

Saludos

Comedia como tan bien saben hacerlas los franceses. Cómico de situación.
No es nada de otro mundo, no es excepcional y tampoco original. Es muy sencilla, y la actuación aceptable (la de los niños horrible) pero tiene un punto fuerte que es esencial en las películas, y es que no aburre y hace reír por momentos.

El amor visto como fealdad del destino y la intemperie del prófugo mal. Es cruel amar y recibir volteretas suculentas y viles del objeto del vivir. Pero parece que en todo fin se justifica el medio. Siempre es el lema del romanticismo: guiarnos mediante los pasos de los amantes en clímax y anti-clímax hacia un gran clímax romántico final con beso. ¡Cuánto clímax para tan poco clímax! Apriétense la lengua porque puede que les sangre: da lo mismo el fin y el medio porque la mala suerte acaba siendo simplemente mala.

No empieza mal con ese gafe en el terreno romántico que actúa como un gato negro con sus parejas. Como le dice su mejor amigo, un cirujano, van a cambiar el nombre del hospital por el suyo por los casos que lleva. La racha de mala suerte de toda mujer que se acerca al protagonista es proporcional a la atracción que sufre por la fémina en cuestión. Ese amor / odio podría resultar inicialmente interesante: amo a pareja pero odio que eso la provoque desgracias.

Intenta la vía original por el foto-montaje o foto-novela como secuencia de montaje del álbum romántico. Unas pestañas y unos cuantos chistes no valen para una historia de amor, se lo dice una compañera de trabajo a la protagonista. Pero ese mismo diálogo es transcribible a la propuesta de Nicolas Cuche. La energía negativa se multiplica pero la originalidad disminuye a cada minuto.
Todo el mundo se merece una segunda oportunidad pero este tipo de películas van por la cuatrillonésima vez. “La oportunidad de mi vida” es una serie de catastróficas desgracias con consecuencias mucho más elevadas de lo que inicialmente se puede percibir. La mala suerte puede ser buena suerte, tan sólo hay que mirarla con otros ojos y otra perspectiva. Porque claro, ¿qué pasaría si a usted, con su desgraciada vida, le tocasen 50 millones de euros en la lotería? Pues que sería un desgraciado con 50 millones. La desgracia, por supuesto, siempre está presente.

Desde, al menos, una década o más la etiqueta de: "comedia romántica" viene siendo sinónimo de un producto banal, de final previsible y fácilmente olvidable, que juega la baza del carisma de sus protagonistas. Por supuesto que existen y existirán honrosas excepciones.

No es el caso. A pesar de que Cuche parte con el potencial que puede dar lo de que una de las partes sea gafe, la cosa no levanta cabeza y acaba en el saco del montón. Es cierto que se ve con agrado, los interpretes cumplen y uno lamenta no haber esperado al DVD.

Es una comedia romántica y, como tal, adolece de los clichés de ella visto en repetidas ocasiones, pero ese no es su problema. Adolece de una repetición de gags que una vez vale pero cuándo basas la película en todos esos gags repetidos (el gafé en sus diferentes formas, el diseño del coche, etc.) acaba siendo cansino.
La pareja protagonista hace lo que puede y hay que reconocer que los títulos de crédito del final son originales, pero nada más, lo mismo de siempre en francés.