Los Caballeros del Zodiaco: La batalla de los dioses

La película de Asgard es una película notable en algunos aspectos de las 4 películas de Saint Seiyaa es la que tiene mejor ambientación, y la que tiene mejor música, pero Saint Seiya fue o es una serie que siempre destaco por una buena ambientación, animación y música, pero dista mucho de ser la mejor película, ya que no nos muestra tantas situaciones interesantes como la de Abel.

Me remito a la crítica que le hice a La Manzana de Oro, en que la trama es poco original y muy predecible, y lo único diferente es el villano de turno es un sujeto llamado Dolvar, y que la historia está ahora ambientada en Asgard, fuera de eso es lo mismo de antes. Si les parece repetitiva mi crítica, pues bueno, la película también lo es.

Al analizar las 4 películas sabemos muy bien que en todas se repite el mismo patrón veamos:

Primero: aparece el malo malísimo que quiere conquistar o destruir a la humanidad y nuestros caballeros especialmente (el Pegaso) trataran de impedirlo con la ayuda de Athena.

Segundo: Athena como siempre es la típica dama en apuros que no puede valerse nada por si misma sino que la atrapan y ya va Gritando como una puta ¡¡¡¡SEIYA SEIYA AYUDAME!!!!!

Tercero: Los esbirros del malo aparecen a empiezan a darles palizas a cada uno de nuestros héroes a Seiya como siempre le preparan el caminito para lucirse de niño lindo.

Cuarto: Shun una vez mas demuestra que es un completo inutil y se lo destrozan a la primera y utiliza su ataque mas poderoso ¡¡¡¡HERMANO!!!! aparece Ikki al que todos queremos y hace su trabajo.

Quinto: La batalla final Seiya contra el malo, el malo se lo carga (como siempre) aparece la armadura de Sagitario, tira la flecha, salva a Athena y fin de la peli a ver los créditos.

Se preguntaran por que con tantos clichés igual le pongo buena nota para saberlo observad el spoiler

Ver un capítulo de los Caballeros del zodiaco es siempre un gran placer, siempre esperando a que salgan capítulos nuevos, gracias que tenemos la primera saga de 114 capítulos y estas películas que nos siguen entreteniendo y haciéndonos sentir como jóvenes de doce años.

En este casa la película se centra en una batalla que sorprenderá a los caballeros después de su lucha en el santuario, en el reino de Asgard, un lugar en el norte, regreso a los caballeros del norte.

En este caso la película se narra demasiado rápido y los combates se suceden sin fuerza y sin alma, no es lo mismo que la saga del santuario, todo se desarrolla con demasiadas prisas.

La verdad que me entretiene pero al mismo tiempo no me deja totalmente satisfecho, me quedo con más ganas, con ganas de seguir viendo más.

Pero eso siempre me pasará.

La música sigue siendo inolvidable.

En la segunda película de los Santos de Bronce podemos apreciar una gran cantidad de adrenalina y emoción con esta muy bien contada historia sobre la contienda de los Caballeros contra el representante del dios Odín de Asgard, junto con otros enemigos letales. La calidad gráfica ha mejorado desde su antecesora, "La leyenda de la Manzana de Oro". Y la originalidad de la trama es mejor: Hay mucho más misterio, los oponentes presentan una personalidad convincente (Loki, por ejemplo, pasa de ser un misterioso personaje que presenta una amenaza latente, para convertirse en un extremadamente furioso luchador), y tenemos a dos personajes, Frey y Freya, que le dan más riqueza a la trama y más variedad de personajes del bien. La película alcanza así momentos gloriosos y épicos de gran magnitud dignos de la serie de la cual surgió.

Sobre la música:

A mi parecer, la banda sonora de "La gran Batalla de los Dioses" es la mejor de todas las películas de Saint Seiya. Ni bien comienza, donde Hyoga encuentra a un soldado de Asgard herido que le informa del peligro creciente en su país, llega a nuestros oídos una melodía triste y oscura, majestuosa, que nos impregna de incertidumbre. Ya mas adelante, en la batalla contra Loki y Dolbar, suena una explosiva composición de notas muy variadas que suben el tono de la acción. Y en el final podemos escuchar un piano que precede una melodía única, tal vez la mejor del mundo de Saint Seiya, que se une a un coro que eleva el clímax a su máximo, llevándonos a la cumbre de la gloria, de un dramatismo nunca visto en un dibujo animado.