Un malheur n'arrive jamais seul (C)

Una broma pesada se convierte en el argumento de una filmación divertida, y muy aclamada por el público, en la que las desagracias del protagonista son el motivo inspirador de la película.
La acción trascurre rápida, los momentos de confusión se suceden sin descanso y la mano de G. Méliès, se advierte en cada lance de humor.
En 1903 el cineasta francés ya poseía un estilo definido que le caracterizaba.

Hay que destacar la fragilidad del decorado -apenas madera, papel y cartón- ya que cuando el agua se derrama sobre él, toda la estructura amenaza con venirse abajo. Menos mal que los esfuerzos por reemplazar las partes más delicadas dieron su fruto.

Por esto de completar la filmografía de algunos directores, una de las cosas que suelo hacer en la web de Filmaffinity es pinchar en el nombre del director para que me aparezcan todas sus obras. Está bastante bien; las ves en orden cronológico y te aparece la puntuación media y la que le has dado tú. Cuando hoy he hecho clic sobre el nombre de Georges Méliès me ha aparecido el listado, efectivamente, pero también la foto en primer plano de un tío elegantemente vestido y barba a lo hipster. Luego ha cambiado la imagen y ha salido una cafetera de éxito de una multinacional, luego el baloncestista Felipe Reyes, etc. Lo malo de esta publicidad agresiva en nuestra web es que no la puedes eliminar, es como una maldita mancha de aceite, imposible de eliminar. Mala decisión estratégica, por tanto, la de los responsables de esta web que sacrifican la utilidad para el usuario en aras de ganarse unas pelillas.

En cuanto al corto que nos ocupa, pues como muchos otros de Méliès de esta época. Una broma desencadena una serie de consecuencias catastróficas que acaban con la intervención de la pasma. Todo muy movido y dinámico, con lo que el entretenimiento está asegurado.