The Second Coming

Como podéis ver ya en la sinopsis, The Second Coming 3D tiende al exceso, a disparar a todos los frentes posibles para, con suerte, acertar con algún tiro. Pero ni en broma acierta.

El principal problema de esta película china es su tono: pretende ser terror, hace el ridículo, y se convierte en comedia.
Y es que, probablemente, sea uno de los peores guiones de horror jamás escritos. Tiene momentos hilarantes que rozan el absurdo y que hacen uso de una suspensión de la credibilidad a niveles estratosféricos. Da la sensación de que es un trabajo de encargo, hecho con pereza, casi por compromiso, y que cada escena está resuelta con la primera idea que se le puede ocurrir a cualquier quinceañero que ha hecho un ciclo de cine de terror asiático de un tirón.

A medida que avanzaba la película, todo el público decidió disfrutar y empezar a reír, la última media hora fue un verdadero festival del humor con momentos épicos. Varias muestras de ello a continuación (son spoilers pero, qué coño, a quién le importa):
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Es difícil adivinar porqué alguien concibe y realiza un producto tan deslabazado, y de argumento tan chirriante como este. Estamos vistiendo de película de género a un film que si no fuera por lo desagradable de algunas de sus secuencias y algún que otro susto, debería de ocupar espacio en la sobremesa de alguna cadena de televisión en forma de culebrón venezolano, o en el mejor de los casos, ser un telefilm de los que Antena 3 da los fines de semana después de comer.

Se trata de una historia cuyo tremendismo acaba provocando el ridículo, donde su supuesto dramatismo acaba haciéndote reir, y donde el argumento acaba arrastrado en una espiral de despropósitos y lagunas pesimamente resueltas.

Es una película de terror, que presenta como un corta y pega elementos y lugares comunes de este tipo de películas, pero de una manera tan artificiosa y poco talentosa que a un prometedor inicio, le acaba siguiendo cierto sopor que culmina en la hilaridad.

No obstante, lo más sorprendente de todo, es que hasta la fecha es el único film en 3D que he visto, que en ningún momento lo precisa. Unas películas sacan mayor provecho de esta técnica que otras, pero que no recuerde ninguna escena en 3D de una película de 3D, no me había ocurrido nunca (sólo tenía presente que eran 3D porque llevaba unas gafas más encima de las que ya llevo habitualmente).

Muy floja.