Dracula 0.9

La película tiene una fotografía excelente, es evidente que Emilio Schargorodsky es un profesional de esa rama.
La trama argumental es la historia que todos conocemos, aportando como novedad que se desarrolla en nuestros días, que Drácula y su novia "se conocen" (o reconocen) en una discoteca y que en ella, tras las lunas y décadas transcurridas, despierta la sed y el amor.

Lo mejor de la película, las imágenes tomadas en las calles del centro de Málaga y el paisaje donde se sitúa el castillo de Drácula: El Parque Natural de El Torcal (Antequera), zona excepcional de extrañas formaciones en roca kárstica. Hay 1700 Hect. formadas por torcas o dolinas (depresiones con fondo de arcilla), lapiaz (surcos acanalados en la roca), poljés (depresiones de gran tamaño), pasillos, descansos y desfiladeros. Marco especial para ubicar el hogar del Conde y al que recomiendo visitar.

Por otro lado, la película tiene una imagen rara en pantalla: no parece estar filmada para cine sino que da la impresión de estar grabada en video.
La música acompaña casi todo el metraje. Grabada por la Orquesta Filarmónica de Málaga estaría bien si no fuera tan estridente en algunos momentos.
En los escasos diálogos de los personajes se mezcla el castellano de la madre de la novia y los científicos, el francés de la novia y el rumano? del Conde.

Es un tributo a la historia de Bram Stoker, un poema de Poe y los paisajes de Málaga.
No te defraudará si acudes a la sala esperando ver un video clip.

Cometí el error de fiarme de la estadística antes de ir a ver esta película a un festival local hace unos días. Hasta antes de valorarla yo mismo, la puntuación que aquí se ofrecía era de cinco estrellitas y pensé que, bueno, si a eso le sumábamos que la habían programado para la inauguración de ese festival muy terrible no podía ser la cosa.
¡Madre del amor hermoso! No sabría ni por dónde empezar a opinar sobre la naturaleza de este engendro. Es todo tan espantoso, tan abrumadoramente ridículo. Ni técnica ni artísticamente la película alcanza el nivel de una serie Z. Habría que añadir unas cuantas letras más al alfabeto para poder buscarle ubicación. La puntúo con una estrellita porque no es posible puntuarla con menos.

Gracias a mis contactos, me invitaron a mí y a mi familia a disfrutar de esta película, es verdad que los efectos de cámara no son muy buenos, al contrario, parece que ha sido grabado con una cámara casera. Que las actuaciones son pésimas, sobre todo la de Van Helsing que creo que es Paul Lapidus, pero lo bueno son las fotografías, y sobre todo la música, le deben mucho a la orquesta de Málaga. Emilio sabe que casi nadie va a ir al cine a ver la película, y que la historia lo que es a mí, no me gusta, no soy vampiriano. Pero es que la película se hizo con 15.000 euros, esta película se hizo solo para el festival de Málaga, y para que los "ojeadores" se fije sobre todo en un director que hasta ahora, solo ha hecho cortometrajes y un anuncio de Telerosa bastante gracioso, en fin le pongo a esta película un 6 por la música, fotografía, y que con el mínimo se puede hacer una película para que se fijen en una persona que creo que con dinero, sabría hacer una gran película.

Muchas veces olvidamos, y lo digo por experiencia, que las grandes películas están ahí, pero a simple vista no nos damos cuenta de ello. En toda obra del celuloide hay mil maneras criticables de instigar un sinsentido a un espectáculo entretenido y disfrutable. Drácula 0.9 no es sólo eso, sino que además es placentero. Reto a cualquier especialista en el género a que mencione alguna versión de Stoker adaptada a cines que se parezca a la presente. Encontrará, seguro, raras piezas de terror gótico underground más propias de la Factoría, que algo que se parezca de cerca a esta película dirigida por el simpar Emilio Schargorodsky.

Personalmente, no pretendo dejar constancia aquí de quién la tiene más larga, eso me importa poco, pero me enerva bastante el hecho de que se la considere un videoclip como si se tratase del Domino de Tony Scott o semejantes. A riesgo de parecer pedante, diré que el radicalismo en Drácula 0.9, y lo no visto como sintomático de su ocultismo, son lo que la hacen brillante y excepcional. No sólo por el trabajo de Schargorodsky, sino por el de la exquisita Nathalie Legosles. A decir verdad jamás he visto una Lucy como ella.

Es en este estudio de la obra de Stoker hermanada con Poe en que vemos una disección mortal de una de las obras de terror más leídas de todos los tiempos en manos de su director. Más que un videoclip bizarro, o pobre, como muchos la clasificarán sin entenderla, Dracula 0.9 es un pionero estudio sobre lo maldito, un canto máximo del horror sentimental.

Muchas veces, se echan a la hoguera los trabajos más arriesgados, más nuevos, para, tiempo después, encumbrarlos. Desde aquí os pido que le deis por favor una nueva oportunidad, porque a los verdaderos cinéfilos y adoradores de la literatura vampírica os va a gustar. No es el típico exploit de colmillos o cuerpos luminiscentes embadurnados con cuero y maquillaje.

Es, como digo, un estudio sobre su impacto, sobre lo desconocido. Una obra que no deja indiferente por mucho que opinen lo contrario, y que degustándola, uno comprende que no suele verse. Tomadla como una manera distinta, un nuevo enfoque, porque merece la pena.

Y no será Hollywood, pero es más original que nada. Un aire fresco al cine español y del chupasangre, auténtico y sin amaneramientos. Es la respiración histérica de Dios, a medias quieta y a medias galopante como un infarto.

Drácula 0.9 es la brisa al último no-muerto, su sintético capítulo final. O si lo preferís, el que anuncia una nueva era en su conocimiento, en su comprensión. Y eso sólo lo ha conseguido Schargorodsky, innegablemente en este país, y en un más amplio sentido, a nivel internacional. Y todo esto puede parecer exagerado, pero muchos pensamos así.