El gato que vino del espacio

“El gato que vino del espacio” es una película que por su simplicidad podría parecer, a primera vista, una película algo anticuada y ridícula, pero no es así. Sorprende agradablemente descubrir que, pese a que actualmente vivimos en la era de los efectos especiales digitales y el tiempo transcurrido desde que se realizó años atrás, la película mantiene su capacidad de entretener y hacerlo bien. No trata de ser una obra maestra ni pretende transmitir ningún mensaje profundo, pero la historia, aunque simple (y previsible), está bien construida y, en su sencillez, encandila. Es, ante todo, una película familiar sencilla, sin pretensiones, con unos personajes bastante estereotipados y planos, pero que, sin embargo, en todo su conjunto, cumple muy bien con su cometido básico: ENTRETENER.

Se trata de un clásico del cine de la Disney en imagen real. Es una comedia "para toda la familia", con momentos muy divertidos, y que en cierto modo parodia, utiliza y homenajea las invasiones extraterrestres de la ciencia-ficción cinematográfica estadounidense de los años 50. Por consiguiente, no faltan los militares, que son bastante torpes -estamos en los años 70, hasta la conservadora Disney se ríe del estamento militar- ni tampoco los científicos.

A quien le gusten mucho las películas con animales inteligentes y/o parlantes, que la vea; se dará cuenta de que los gatos tipo "Garfield" son mucho más antiguos de lo que pueda creer. Además, la comedia con elementos fantásticos, en el cine estadounidense, es más vieja que el tebeo.