Ciudad de hombres

Ciudad de los Hombres sigue la estela de su hermano mayor Ciudad de Dios y relata la vida cotidiana de dos amigos que residen en un barrio marginal de Brasil. La película es sencilla y eso la hace extraordinaria. Una historia de amistad entre dos amigos que ven como la marginalidad y la violencia que les rodea pueden dar al traste con su amistad. Para los amantes del buen cine, para aquellos que crean que las historias sencillas son en ocasiones las mejores, para los seguidores del cine sin grandes presupuestos, para aquellos que quieran conocer algo más sobre el día a día en el infierno brasileño y para todos los que deseen rememorar el verdadero valor de la amistad, CIUDAD DE HOMBRES es vuestra película.

Ciudad de los hombres es una cinta cruda que marca una realidad que se vive día a día en los sectores marginados de las sociedades latinoamericanas. Es una historia que no escapa de nuestro alrededor, la novela es la misma, solo cambian las situaciones y localidades, es la crisis de los pueblos hecha carne. Esta cinta se pretendió vender como la continuacion de ciudad de dios, mas no lo veo así, a pesar que trata la misma problemática son obras incoparables. Las actuaciones magníficas, se ven como gente del barrio, para llegar a esa crudeza se debe tener temple y sangre en la escena. La dirección fue buena pero se hubiese aprovechado mejor, era una cinta digna de explotar en todos los sentidos, se deja hacer. La fotografía y el sonido se la traen, mas no se debe ver pensando en ciudad de dios porque puede que nos quede un sabor distinto en la boca.
Lo mejor fue las actuaciones.

Al igual que "Ciudad de Dios", me cautivó desde el principio. Siempre que ves una película que te gusta, y en el caso de "Ciudad de Dios", siendo de mis favoritas, te pasa lo mismo: Quieres más. El problema es que a esto, y en busca de dinero, los directores encuentran la solución haciendo fallidas secuelas. A este respecto, Moreli y Soarez lo tuvieron claro: El mismo ámbito, parecidos actores, pero una historia totalmente diferente, y no por ello de menor calidad.

En vez de centrarse en contar una historia real, como hicieron en "la primera", esta se centra más en los personajes, en las situaciones familiares, en la miseria, y en la amistad.
Pero nada más lejos de la realidad: También tenemos gánsters, pistolas, metralletas, sexo, puntazos entre medias para reirse, muerte y destrucción.

La favela en la que se desarrolla, es un paisaje impresionante (chabolas a lo largo de una montaña), y claro, hace que la fotografía gane un punto por cada vista a lo lejos que reproducen. Luego tiene pequeños detalles de cámara en los que me he fijado que reflejan una gran calidad, por ejemplo: matan a alguien, los asesinos se van, pero se quedan enfocando el cadáver con una panorámica brutal, o Laranjinha camina entre puntos de luz cual reflex desenfocada, y esos puntos se convierten en la favela de noche con una vista increíble... Parecen chorradas pero queda de lujo.

Otro punto a destacar, es la poca popularidad que ha cogido: Ciudad de Dios, se la han visto todos mis colegas y conocidos, y ésta me enteré de que existía hace un mes, y eso que parece ser tiene una serie de televisión con 4 o 5 temporadas (las cuales tendré que ver después de esto).
Todo ello hace que no esté ni doblada al castellano. Esto no se si es bueno o es malo, y me explico:
Los rodajes en español, en este tipo de pelis, tergiversan las conversaciones, meten palique de más u omiten la jerga, cambiándotela por los de una de negratas de hollywood. Además, en los doblajes, los personajes meten voces y hablan cuando en realidad ni hay voces, y en algunas secuencias ni hablan, pero lo hacen así para asemejar el comportamiento de un brasileño, con el de un español, y quede más natural (contradictoriamente). Con las películas japonesas ocurre exactamente lo mismo.
Pero por contra, no sé si sólo me pasa a mi lo les ocurre a todos, pero los gags de las pelis en versión original no me hacen ni la mitad de gracia que adaptados al doblaje en español, y se pierde bastante (no es lo mismo leer un chiste de chiquito que cómo te lo contaba el paisano, por ejemplo).

En resumen, muy buena, muy recomendada, si alguien de una productora española me lee (cuánta fé, jajaja), doblenla y comercialícenla al igual que hicieron con "Ciudad de Dios", el éxito estará asegurado.

Ahora sólo me queda ver la serie, cosa que desgraciadamente, tendré que hacer doblada al español latino (única manera que he encontrado), de modo que Acerola habla como Scooby Doo y Laranjinha cual oso Yogui.

No, no es Ciudad de Dios. Pero las favelas son las mismas, y la película nace de una realidad que está ahi, en Brasil. Cautiva ver una historia lejos de los platós de Hollywood, donde podemos penetrar en un barrio al que nunca iremos y pocas veces se retrata en las noticias; en un mundo que no es ficción, que exite, y tenemos que conocer, aunque sea desde nuestro cómodo sillón. Aún desde éste, logran que sintamos ese calor bochornoso desde el primer minuto, el abandono de sus calles, la pobreza de sus habitantes y el riesgo que todos corren en el día a día.

Dentro de todo este contexto, se nos narra la historia de una amistad pura, donde dos chavales tienes que hacerse hombres y afrontar sus propios problemas mientras el mundo a su alrededor se va desmoronando.

Ciudad de los Hombres carece de la crudeza de Ciudad de Dios, así como de su espléndida dirección y montaje entre otras muchas cosas; pero porque aquella es, personalmente, una obra de arte, y ésta es, sencillamente, una buena película que da gusto ver, con su sencillez y su retrato de esa vergonzosa realidad a la que todos volvemos la cabeza.

Siempre llama la atención en este tipo de películas el tipo de subvenciones de grandes multinacionales como bancos o empresas petrolíferas para que sea posible grabar algo tan contrario como la vida en una favela, donde las calles son de las más estrechas y de las más sucias, pero donde los chavales tienen sus sentimientos o limitaciones, donde suceden desastres a diario que poco importan, incluso dentro de cada cerro la expresión es "uno menos", ni más ni menos.

Pero si hay algo que destacar de verdad son unos chicos, que no son actores, pero que lo bordan simplemente porque es el papel de sus vidas, son los hombres de la ciudad cuando apenas han cumplido los dieciocho, y que consiguen unas escenas de acción de una realidad aplastante, sus movimientos de muñeca al disparar un arma sólo se pueden explicar porque alguna vez ya lo han hecho, alguna vez les ha temblado el pulso porque sus vidas están en juego.

Luego la cinta tiene un buen guión sobre la amistad, que termina siendo demasiado exprimido para que todo cuadre, pero tiene lagunas, no resuelve la historia de todos sus personajes, no llega a completar el entramado que propone, aún así deja claro que algunos tienen una mínima elección que posiblemente sólo pase una vez ante sus vidas, luego el hecho de que se la compare a "Ciudad de Dios" termina por ponerla en segunda fila, sino existiese la obra maestra de Meirelles (de la que ahora es también uno de los productores), quizás esta estaría mejor considerada.