Mientras nieva sobre los cedros

Hacía años que iba detrás de esta película por estar basada en una maravillosa novela, preciosa, de las más bonitas que he leído últimamente y que, sobre todo, es muy especial para mí por ser un regalo de una persona todavía más especial, así que quizás mi crítica esté algo condicionada por todo esto. Coincido plenamente con uno de los usuarios en que la fotografía es impresionante y le da a la cinta un toque muy especial, los paisajes son abrumadores, tanto como la niebla que acompaña a los marineros, y la música de Newton Howard es una maravilla que le va a cada escena como anillo al dedo. No es una película redonda, ni mucho menos, puede hacerse algo lenta y liosa en ciertos momentos por el abuso de flashbacks, pero a mí me ha gustado por lo dicho anteriormente y porque tiene un conjunto de actores que cumplen más que bien con sus papeles, empezando por Ethan Hawke, que se está conviertiendo en uno de los actores más interesantes de su generación, así como los veteranos Von Sydow y Cronwell, más que correctos, y una bellisima Youki Kudoh, una actriz muy a tener en cuenta, por lo menos para mí. Sam Shephard vuelve a tener un papel muy pequeño, que como le pasara en El diario de Noah, no nos deja disfrutar de este maravilloso actor como debiéramos.

Lo que valoro más en una película es que sea capaz de transmitirme emociones. Quiero acabar de verla sin tener la sensación de haber perdido 2 horas de mi tiempo en algo que a los 2 minutos habré olvidado. Necesito remover mis sentidos, empaparme de sensaciones, intentar llegar al mundo màgico de la sensualidad de los sentimientos a flor de piel. En mientras nieva sobre los cedros he encontrado un poco de esta magia, que no es cursileria ni ñoñeria ni flojera, tan solo sensibilidad.

Con un misterioso asesinato, y el consiguiente proceso judicial, al fondo, esta película es un melodrama bonito y bien narrado, dónde la intriga es la excusa y la línea que traza una historia de amor apasionado, en el pasado, que requiere de una resucitación ligera, apenas de un abrazo sentido, para que las almas logren la paz consigo mismas. Entre líneas, se adivina también una reflexión acerca del valor universal del ser humano frente a la distinción por razas y otras nimiedades.

Mientras nieva sobre los cedros, es un largometraje dirigido por Scott Hicks en 1999, tras la magnífica Shine de 1996. Me encantó Shine, gran, gran película y me maravilló la genial interpretación de Geoffrey Rush, oscar al mejor actor por esta cinta. Mientras nieva sobre los cedros está basada en la novela del mismo nombre de David Guterson, ganadora del premio Pen/Faulkner y que además de gustar a la crítica tuvo una gran acogida entre el público. Partir de una buena novela no garantiza para nada hacer una buena película y en este caso Scott Hicks, que firma el guión junto con Ronald Bass, hace un trabajo magnífico y no era tarea fácil.

La película nos sitúa en una pequeña isla del noroeste de Estados Unidos a punto de cumplirse diez años desde el ataque japonés a Pearl Harbor y narra el juicio al que es sometido el americano de origen japonés Kazuo Miyamoto, acusado del asesinato de un pescador, antiguo amigo de la infancia y con el que mantenía una disputa por unas tierras. A pesar de que el film prácticamente empieza con el juicio y acaba con el veredicto final no estamos ante la típica película de ambiente judicial. Ni mucho menos. El director mediante flashbacks nos introduce en el momento histórico previo a los hechos, nos explica como afectó la Segunda Guerra Mundial a la comunidad de la isla y nos cuenta la psicosis que se produjo con los japoneses americanos, cómo el Gobierno de EEUU los confinó en campos de internamiento para tenerlos controlados.

Más adelante veremos el por qué de la historia pero a mí me importa mucho el cómo, la estética de la película. Las imágenes retrospectivas y en general toda la cinta están dotadas de una gran belleza, quizás sea por esos melancólicos bosques sobre los que no deja de nevar durante todo el metraje, no sé. La fotografía es fantástica, la verdad, y combinada con la preciosa música de James Newton Howard que tiene una base orquestal y una preponderancia de los instrumentos de cuerda, incluyendo instrumentos étnicos japoneses y unos brillantes solos de violín, hace que la película sea magnífica desde un punto de vista estético. Ah, no me pienso olvidar del trabajo de los actores. Y es que Scott Hicks acostumbra a elegir magistralmente bien a los intérpretes para sus películas. En esta ocasión no es una excepción, Ethan Hawke está correctísimo, aunque me gustó más en Training day, sublime, y en Gattaca, genial. Max Von Sydow está bestial y actuando como secundarios de auténtico lujo, pesos pesados como James Cromwell, Richard Jenkins y Sam Shepard. Este reparto le da una dimensión de verosimilitud tremenda a la película. Gran cásting y buen director de actores Scott Hicks.

El cine cuando emociona ya me ha ganado, y es lo que ha pasado con esta película." Mientras nieva sobre los cedros" creo que tiene esa capacidad para gentes sensibles con temas tan injustos y crueles como las deportaciones, con los desarraigos familiares que originan, además de las condiciones infrahumanas que padecen y por ende, las muertes prematuras. Da igual de que parte vayan y hacia quien, si los americanos a los japoneses, si los alemanes a los judíos, o si éstos a los palestinos.

En este caso nos ponemos delante de un film con una fotografía maravillosa y unas intervenciones más que aceptables de los dos protagonistas, Ethan Hawke, genial, y Youki Kudoh, ésta más por su indiscutible belleza, pero quien me ha robado el corazón y me ha puesto los pelos como escarpias es el viejo Max von Sydow, recientemente fallecido, en un papel de abogado defensor tan pequeño como excepcional.

Película de las que te dejan huella, y no le doy la máxima puntuación porque, a mitad de ella, se hace algo tediosa, pero esa fabulosa historia de amor, iniciada en la infancia es maravillosa, aunque no tanto la lección de humanidad del periodista, del hijo que emuló a su padre. Un 9 como una casa.