The Curiosity of Chance

Tenemos ante nosotros una verdadera sorpresa, no me esperaba que me fuera a reír tanto pero la verdad es que es bastante graciosa. Igual no te terminas de identificar con el personaje principal pero algunas de las situaciones son bastante divertidas. Creo que el que más me hacía gracia era el chico de la maleta, igual era el acento pero era el que más me gustaba, o uno de los que más.

Si eres amplio de miras o si no te aconsejo que acudas a un espectáculo de transformismo porque te vas a mear de la risa. Ahora que RuPaul lo ha dignificado con su «RuPaul's Drag Race» creo que es el momento de que le des una oportunidad. Lo digo porque en esta película el personaje actúa como drag en un espectáculo, pero aunque es algo puntual es importante para la trama.

Creo también que el mensaje que manda la película es de tolerancia hacia otras formas de vivir y también que hay sitio para todos en este mundo. Me ha parecido muy interesante también que otras películas del estilo parece que sí, que quieren hacer ver que son muy guays pero que luego no aparece ni un beso casto —sí, me refiero a «Prom Queen: The Marc Hall Story»—, en esta hay hasta un striptease —una de las mejores escenas— y un besaco entre dos tíos.

Total, me parece interesante pero tampoco es la mejor película que he visto. Como nota personal decir que al principio el vecino pensaba que era Kieran Culkin pero no, es otro, o eso creo. También sale Chris Mulkey un actor bastante conocido, no sé si famoso, pero que no sé qué película famoso ha hecho. Me encantó también que la hermana hablara con acento británico.

Por sin no fueran demasiado los petulantes y enrevesados diálogos, que solo mediante un guión previo un joven seria capaz de repetir, la película añade una insoportable voz en off del protagonista, haciendo estúpidas disquisiciones sobre todo, que a los pocos segundos el espectador ya ha olvidado. Y una vez más hay un exceso de citas de personajes que son desconocidos para la mayoría de los espectadores y eso hace que el chiste que se pretende, carezca de gracia. El concepto que tengo de “cine” es algo con más imagen, y menos diálogo, para contar una historia y/o exponer alguna teoría o pensamiento. Llega un momento en que la voz en off se calla y el espectador da gracias a Dios por ser liberado de tanta tortura. Pero, desengáñense, al final vuelve para contarles que es lo que en realidad ocurrió. La fotografía, llena de colorido, podría ser lo mejor, pero está en función de nada, salvo las escenas de las drag queens. Y la música es la típica banda sonora que si la película tiene algún éxito puede vender algunos CDs. Los planos de la entrada a la “Hig School” se repiten de forma obsesiva, pero el colmo llega cuando después de los títulos de crédito, al final, vuelve a aparece y una vez más sin sentido. Por cierto, si se trata de un instituto de estudios norteamericanos ¿Cómo es que no aparece la bandera en ningún momento? ¡Ah, ya se! Se trata de copiar la estupidez de tanta película estadounidense sobre estudiantes pero dándole un supuesto sentido progre y crítico.