Vuelve el texano

El mismo año que Alfredo B. Crevenna estrenaba "El pueblo fantasma" lo hacía también con "Vuelve el texano". Es esta última la continuación de una serie en la que Manuel Zaldívar (Guerra en esta entrega) está decidido a limpiar el apellido que ensució su propio padre de igual nombre. Adopta para ello el sobrenombre de Texano, pero el corrido que canta los robos y asesinatos de su progenitor, para su desgracia, va siempre por delante en la carrera.
Reconocer de entrada que nada tiene que ver la calidad cinematográfica de la cinta del fantasma, muy notable, con la floja secuela que ahora nos ocupa.
En esta vuelta del Texano la acción se sitúa en la ciudad mexicana de Santa Fe (Nueva California), donde persigue a un malvado capitán Garfio que siembra la muerte y la ruina allá donde va. Sí, el mismo nombre del personaje peterpanesco creado por J.M. Barrie, pero de mucha peor catadura.
E infantiles hasta el extremo de la puerilidad resultan muchas escenas de la vuelta de este Texano. Como la del "robo" del dinero del papá de Laurita (Delia) en pleno tiroteo, el secuestro cutre del caballo "Pegaso", el juego a las cuatro esquinas que se traen los pistoleros escondiéndose tras los pilares del patio. O la triste carrera urbana de caballos que se organiza, en las antípodas de la vibrante que Ford nos ofrece en "El hombre tranquilo". En fin, que la malicia que vemos en "El Texano" está a la altura de la del cuento de los "Tres cerditos".
Guion muy simple, lo mismo que la dirección. La acostumbrada sobreactuación de los protagonistas, si bien en esta ocasión están más comedidos en el machotismo. Mejor los actores de reparto con escenas interesantes en la cantina durante la fiesta con canciones y bailes.
El doctor cura un balazo superficial conteniendo la hemorragia y recomendado un reposo que nunca se cumple en el cine.
Como en otras cintas de la época, se divide esta en tres partes. Una primera sin título y en las dos restantes los de "Carrera con la muerte" y "La coartada". No alcanzamos a comprender el motivo.
Película floja, recomendable solo para estudiosos del western mexicano.