Cómo nos reímos: Gila (TV)
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Documental. Comedia
Especial que repasa actuaciones del cómico y actor Miguel Gila, desde las primeras imágenes que aparecen en el NODO hasta sus últimos años en activo. (FILMAFFINITY)
18 de julio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Visión retrospectiva editada a partir de las intervenciones del humorista Gila en varios programas de televisión a lo largo de los años.
La selección resulta interesante, está realizada con acierto y presenta al artista mientras escenifica sus chistes en ocasiones diferentes de forma que se muestran en pantalla fragmentos del mismo gag contado en diversos momentos.
Así se aprecia la gracia del cómico en el trascurso del tiempo.
Desde el punto de vista cinematográfico el trabajo es convincente y, en cuanto a la actuación del artista, debe señalarse que su dominio de la escena en presencia de la cámara se mantuvo como un valor constante.
La selección resulta interesante, está realizada con acierto y presenta al artista mientras escenifica sus chistes en ocasiones diferentes de forma que se muestran en pantalla fragmentos del mismo gag contado en diversos momentos.
Así se aprecia la gracia del cómico en el trascurso del tiempo.
Desde el punto de vista cinematográfico el trabajo es convincente y, en cuanto a la actuación del artista, debe señalarse que su dominio de la escena en presencia de la cámara se mantuvo como un valor constante.
9 de agosto de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Programa de TV dedicado al famoso humorista Gila.
Para Gila, el modo más frecuente de expresar su humor era mediante diálogos figurados (en realidad monólogos) al teléfono, cuyo costumbrismo ingenuo lindaba a veces con el surrealismo. En sus monólogos, cabe destacar que no utilizaba palabras malsonantes o polémicas. En tales fingidos diálogos telefónicos tenía una muletilla que se ha hecho famosa: tras preguntar por su supuesto interlocutor, Gila decía "¡que se ponga!".
Para Gila, el modo más frecuente de expresar su humor era mediante diálogos figurados (en realidad monólogos) al teléfono, cuyo costumbrismo ingenuo lindaba a veces con el surrealismo. En sus monólogos, cabe destacar que no utilizaba palabras malsonantes o polémicas. En tales fingidos diálogos telefónicos tenía una muletilla que se ha hecho famosa: tras preguntar por su supuesto interlocutor, Gila decía "¡que se ponga!".
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