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Citizen Dog

Romance. Comedia. Fantástico Pod es un joven de pueblo que decide probar suerte en Bangkok. Después de su agitada experiencia como trabajador en una factoría de conservas, conseguirá un puesto como guarda de seguridad en una compañía en la que también trabaja Jin, una enigmática chica de la limpieza. La relación entre ambos se verá interrumpida por toda suerte de desdichados incidentes en esta surrealista historia de amor. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
20 de septiembre de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wisit Sasanatieng se está especializando en empaquetador de adornos: sus películas cumplen más por envoltorio que por el contenido. Comedia romántica mezclada de iluminadas ráfagas de elementos fantásticos a lo Jean-Pierre Jeunet con el kitsch más visual.
Plagada de subcapítulos como esa paranoia con la pérdida de un dedo “enlatado” y personajes camino del surrealismo más marciano. El director de “Las lágrimas del Tigre Negro” vuelve a demostrar que en Tailandia también se pueden hacer excentricidades dentro de la comedia romántica y que, encima, funcione.

Curiosidad: Pen-Ek Ratanaruang es el narrador de la historia.

Moraleja: “A veces cuando dejas de buscar el amor es cuando lo encuentras.”
Maldito Bastardo
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16 de agosto de 2007
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine tailandés está en boga últimamente. Hace apenas unos años estaba prácticamente muerto. Ahora, con directores como Ratanaruang Pen-Ek, Wisit Sasanatieng y Apichatpong Weerasethakul dicha cinematografía se está abriendo un hueco dentro de los prestigiosos festivales de cine internacionales.
Esta película demuestra tener un presupuesto bastante elevado, pero al servicio de una historia que quiere llegar a ser minimalista pero que se queda solamente en estúpida.
Citizen Dog, una suerte de Amélie tailandesa, no es apta para diabéticos, debido a lo excesivamente edulcorado de su propuesta.
Ciertamente peca de excesos: exceso de azúcar, exceso de tontería y exceso de inocencia; con una gama de personajes a cuál más irritante, una melodía reiterativa hasta el hartazgo y una historia que definitivamente no absorbe ni atrapa, donde la cansina voz en off (el director Pen-Ek) y el surrealismo fácil e infantil juegan un punto en contra.
Ahora hablemos de lo bueno, de por qué justifico ese 6: la estética. Nuevamente la estética vuelve a salvar un film (como ya ocurría con A Bittersweet Life). Pop y kitsch como ninguna, la estética aquí destila originalidad e ingenio.
La puesta en escena es también brillante, rica en variedad de planos y con un planteamiento que demuestra talento, visión y dominio.
Es una lástima que lo que en un principio se nos muestra muy interesante se derrumbe estrepitosamente en un ir y venir de tonterías ñoñas que no le hacen ningún favor a la película ni a su director; y que hacen que uno pierda el interés.
En resumen, el cine tailandés tiene un gran futuro, se abre paso con golpes de genio y con, sobretodo, originalidad y exotismo, que es lo que siempre prima.
Alexei
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27 de julio de 2007
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco cine tailandés he visto hasta la fecha, más bien, todo se limita a Shutter, una interesante y entretenida cinta de terror arquetípica, y a las dos películas más conocidas de Tony Jaa, 'Ong Bak' y 'Thai Dragon', películas cuyo único mérito -y no poco- es tener unas secuencias de acción realmente fantásticas. Dicho esto, me acerqué al cine de Wisit Sasanatieng por recomendación de un amigo y... acertó.

Intentar resumir Citizen Dog es algo bastante complicado. Los que vieron la cinta anterior de este director (Las Lágrimas del Tigre Negro) ya sabrán más o menos las particularidades de su cine, para los que no -como yo- podría decirse que estamos ante una comedia surrealista, fantástica y con un cierto toque manga/anime (por los estrambóticos personajes que hay), influenciada muy, muy ligeramente por películas como Amèlie. No es cosa llevar al engaño: no se parece a la cinta de Jeunet, pero sí es cierto que los protagonistas de ambas películas tienen algún elemento común, principalmente una visión de la vida totalmente infantilizada e inocente.

Dicho esto, el argumento nos presenta a varios personajes totalmente extraños, pero todos ellos tan ricos y divertidos que cada vez que aparecen en pantalla alegran la función. Comenzando por la abuela del protagonista, que deja algunas de las mejores secuencias (la de la lámpara), y continuando por 'Ghost Rider', la joven Jin, el manifestante Peter y su versión planta (genial esa escena de la presentación) e incluso una niña de 8 años vestida como una mujer de 28, fumando, hablando como una adulta, pese a tener alma de una cría, ser igual de frágil e ir siempre con su osito, que habla y está vivo. Y fuma. Hay más, pero es mejor descubrirlos a lo largo de la cinta. Otra cosa no, pero sorpresas... hay decenas.

Su humor es algo retorcido pero igualmente efectivo, y a nivel técnico o de realización es absolutamente genial: tonos pastel, como sacados de un cuento muy chillón, escenas más extrañas rodadas en plan onírico, planos alejados con retoques made in Photoshop... es un humor muy personal, pero igualmente llega bien. En definitiva, tenéis que ver 'Citizen Dog' no sólo para presumir de que veis cine tailandés (que ahora parece ser la moda, después del chino, honkonés y japonés), sino para disfrutar de 90 minutos de entretenimiento puro y duro, del bueno.
Caith_Sith
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13 de agosto de 2007
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al toque exótico que supone ver una película tailandesa se le suma que es una película de Wisit Sasanatieng y esa es su virtud y a la vez su defecto, porque sabes que vas a ver algo que no es “normal” y quizás esa previsión mía es la que ha hecho que "Citizen Dog", no es que no me sorprenda, sino que no me chocase tanto, (ojo, no me decepciona en ningún momento) por supuesto quien no haya visto su anterior film “Las lagrimas del tigre negro”, si quedara gratamente (o no) sorprendido por sus toques surrealistas y coloridos de anuncio de Barbie.
Dejando de lado el factor sorpresa y centrándose en la película, Citizen Dog, cuenta con una historia/romance bastante simple con el que mas de uno a buen seguro se sentirá identificado, sin ser para nada empalagosa, lo cual siempre es un punto a favor para todos aquellos que quieran ver si la historia termina igual que la de ellos, aunque en la vida real las cosas casi siempre acaben peor.
También hay que decir que en este film el director ha decidido hacer una cinta más desenfadada que su obra antecesora, la cual tenía todos los toques de un culebrón, apostando ahora claramente por la comedia, por lo demás, su colorido y vistuosidad
pieza clave en el cine de Sasantieng cuenta con el tono justo, mas agradable a la vista que “Las lagrimas del tigre negro” y no sobrecargando como otras películas como el caso de “Memories of Matsuko”.

La historia cuenta con originalidad (dentro de la simpleza del guión) y con mucho entretenimiento, que son de las dos cosas que valoro a la hora de puntuar, pero dos son las cosas que me han parecido excesivas, el comienzo con la historia de los dedos es un poco rebuscada y lo del oso algo bastante estúpido, quizás el director se hubiese podido estrujar un poco mas el cerebro y sustituirlo por algo que no pareciese que nos trate de tontainas, tanto surrealismo no es bueno, y es por eso que le pongo un 6 y no un 7, aun así a todo aquel que me pregunte si le recomendaría ver la película mi respuesta seria si y porque confío en este director, porque creo que aun va a dar mucho más que hablar y porque a buen seguro su mejor película aún esta por llegar.
Arakiri
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23 de julio de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy fácil escribir que la película va de la vida de un tailandés de origen campesino que decide desplazarse a la capital para mejorar sus condiciones. De este punto de partida podría nacer una de las tantas y tantas películas aburridas y sin ritmo del sudeste asiático que con tanta frecuencia es posible toparse. Cambia todo al decir por ejemplo que el espectador no sabe si el protagonista va a Bangkok teniendo cola o no, si va a encontrar a alguien especial de quien enamorarse porque tenga cola, si la abuela transmutada en lagartija después de un largo viaje tras morir tiene razón o no y ya ves, uno se pregunta qué habrá sido de ese personaje que lo lame todo de forma compulsiva y se sube al taxi de nuestro protagonista.

Rarezas y rarezas. Y se agradece, porque es viento fresco. La máxima virtud es su impacto visual: su estética la hace extraordinaria. Y digo eso sabiendo que me quedo corto poniendo por las nubes el impacto que produce un derroche de ingenio tan grande mezclado con imágenes tan poderosas... y sin embargo se queda a un par de pasos de alcanzar la gloria. ¿Por qué?; en mi opinión la densidad de personajes, de subcapítulos y de idas y venidas caóticas acaba perjudicando mucho el resultado final. Hubiera sido mejor acortar, seleccionar un poco el contenido. Puede que sea excesivo (y digo que puede, al menos un poco) y encontraría muy lógico que más de uno saliera corriendo.

Especialmente lo del libro blanco del occidental es de lo mejor. Mientras, el peluche y la niña vieja que fuma me parece bastante lamentable. En definitiva hay donde elegir, eso es evidente, y me parece que por una vez he acertado con Tailandia, el realismo mágico o directamente surrelismo de "Citizen Dog" me convence. Habrá que seguir buscando por aquí.
Luisito
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