Inside No. 9: Misdirection (TV)

46/02(02/03/20) Notable cuarto episodio de la antológica quinta temporada de la serie de culto creada por los también actores Reece Shearsmith y Steve Pemberton para la BBC, dirigido por el barcelonés Guillen Morales (uno de los realizadores fetiche de los creadores, pues ha realizado 10). Capítulo con muchos paralelismos con otro de la serie, “El enigma de la esfinge” (de la tercera temporada), en este versaba sobre los crucigramas y aquí sobre la prestidigitación, donde el juego de inteligencias es la constante, donde hay envidias, celos, asesinatos, secretos, venganzas, mentiras, y sobre todo mucho humor negro. Todo esto enmarcado en el mundillo de los magos y sus trucos, y donde como es norma en la serie está coronada por un final sorpresa. Media hora electrizante en su desarrollo alambicado, donde como en la magia se intenta desviar la atención de lo que realmente es importante, teniendo similitudes argumentales con la cinta de C. Nolan “The prestige” (2006) mezclado con elementos de la obra teatral “Sleuth” de Anthony Shaffer, donde se puede traducir como un canto al arte de la Magia, donde nada es lo que parece. Reece Shearsmith siempre ha tenido fascinación por la Magia, desde el amante de la magia (y vagamente autobiográfico) Dean Tavolouris de “The League Of Gentlemen” hasta trucos de magia para niños realizados por Mr Jelly en Psychoville. Mientras Steve Pemberton, amante del fútbol, escribió la mayor parte del primer capítulo de esta temporada, “The Referee's AW *** er”, Shearsmith toma la iniciativa aquí, además de en el libreto, lo hace tomando el protagonismo con su sibilino Willy Wando, con gran naturalidad en los ententes que tiene, y cuando en el tramo final expone solo el temor a ser ‘destapado’ con gran versatilidad expresiva.

Tiene un comienzo maravilloso con el duelo actoral entre los dos creadores, acabando en un patético asesinato, embestido de un humor oscuro de claros efluvios de trucos de magos, con esa cuerda de mago, o la guillotina. El bloque central lo conlleva una entrevista a Neville Griffin por parte de Gabriel (Fionn Whitehead), aspirante a mago, estableciéndose un duelo de ingenios en in crescendo, empezando en un juego de tarot, en una evolución con múltiples giros, hasta que en el zenit se destapa algo que se huele sobre una identidad, donde la arrogancia (el comentario sobre la magia de la calle es notoria en este sentido) de uno de ellos será su peor enemigo. Para pasar a un tramo con Reece a solas donde sus peores temores eclosionan con medidas drásticas ante sus recelos (potenciados por una video-llamada de su esposa Jennie, encarnada por Jill Halfpenny), para acabar en un final mordaz, en el que encuentro un elemento estridente (spoiler). Y todo surcado por lenguaje y referencias al modus operandi de los magos. Dando brillo cabe destacar la música de Christian Henson (“El doble de diablo”).

"La mala dirección es la narrativa elaborada que permite ocultar un simple truco a simple vista"