Mentiras inocentes

La película es un thriller normalito pero su protagonista femenina (Gabrielle Anwar) es una actriz con cara de niña y un cuerpo angelical que despide sensualidad durante toda la pelicula. Su interpretación es exquisita, sus miradas son muy expresivas y absorbe todo el protagonismo de la película y aunque no sea un film para tenerlo entre los pilares de la historia del cine es interesante verlo y disfrutar de su belleza. Entretida y previsible.

He empezado a ver El diario de Noa, pero no he querido meterme en ese jardín, es una película sobre el amor verdadero y es un tema que prefiero no tocar, por lo menos hasta que tenga la edad de James Garner.

En su lugar una historia de una mujer inocente, como un torrezno, solo que de inocente no tiene NADA.
Gabrielle Anwar (Esencia de mujer) con veinticinco años se convierte en el objeto de deseo de los interpretes masculinos de la película, del director y de cualquiera que vea este film veintitrés años después.
No es una buena película, supongo que falta peso en el papel del policía, protagonista de la trama y que quizás con algún actor famoso de los años 90 habría ganado mucho.

Una trama familiar sin mucho sentido, el guión da la sensación de ser un collage de otras películas. Lo que si tiene es morbo, las escenas de sexo, sin enseñar nada tienen a Gabrielle Anwar interpretando muy bien lo que es follar de verdad, con pasión y con locura.

Aquí tenemos una película un poco rara del año 1995 que no sé si llegó a estrenarse en los cines o salió para VHS. De hecho, tiene un aspecto televisivo evidente pero al mismo tiempo la presencia de Stephen Dorff y Gabrielle Anwar le da un caché por encima de esta clase de trabajos. Y siguiendo con el reparto, ojo a una Keira Knightley niña, tendría unos nueve años, que me resultó irreconocible hasta que mostró su sonrisa y ahí era inconfundible. Pero siguiendo con "Mentiras inocentes" lo peculiar es que es un thriller con mucho de cine negro, ambientado en el sur de Francia hacia septiembre de 1938.

El largometraje se muestra muy prototípico en su puesta de escena, trama y desarrollo, siguiendo sin pestañear los cánones del género. El ambiente sofisticado de la época gusta, la trama comienza con misterio con un asesinato y en general parece que estamos en una novela de Agatha Christie. Sin embargo a la media hora intuía que la cosa era demasiado confusa para que Patrick Dewolf pudiera sacar nada claro. Y efectivamente es así. Las escenas se suceden sin mucha lógica, los personajes pierden la cabeza incomprensiblemente y las muertes se acumulan sin sentido. Al final, todo es una pamema.