El Divo (Serie de TV)

Empezamos bien: se respeta su formato genérico de 20 minutos y no se ‘prostituye’ el mismo con meros intereses de share y publicitarios como hemos visto con “Aida”. Para acabar, se quiere realizar un refrito mediante el mockumentary a lo “The Office”, la friquez por la vía de la grosería y el alegato soez de “The IT Crowd” y manteniendo impoluto el lado tradicionalmente spanish mediante la referencia introcultural. Semejante combinación depende del talento de actores, guionistas, gags y comedia de situación en general ¿Lo tendrá “El Divo”?
Va a ser que no. Sus resultados y datos pueden ser más desesperanzadores pese a las declaraciones de su protagonista: ‘el exitazo de la temporada’. No conozco su audiencia pero su nota en filmaffinity y el número de escasos seguidores en facebook hacen que la coherencia empape la divinidad… de lágrimas. Confirmado, ni tres episodios después de ver “El Divo” ya puedo decir (con mucho respeto) ¡Fracaso!, ¡Fracaso! y ¡Fracaso! Menos todavía uno entiende que, “Covadonga”, primer episodio, fue estrenado el 18 de Febrero y el segundo, “Cuarenta y diez”, el 11 de Marzo… el tercero… ¿para el 1 de Julio? Sí, para ver si San Divo ejerce un poder auténticamente divino en la audiencia y en la carcajada perdida.
¿Pero esto es una serie de la Paramount Comedy o de Calle 13 y/o Sy-fy?

¿Por dónde sigo? Para finiquitar, voy a dejar de ver “El Divo” y eso que sentía cierta atracción a la carcajada gracias al personaje de Carlos Areces y algún afortunado chiste suelto. El humor se ha disipado en el segundo episodio de la serie y únicamente parece levantar el ánimo con Areces sobando ante ese otro narcolépsico llamado cine español.
El formato a lo mockumentary en esa Telealcobendas de cartón piedra anuncia que la crisis de edad de la comedia española televisiva necesita una originalidad y nuevos aires que no llegan ni por lo divino ni lo falsamente peligroso. “El divo” no parece una serie de culto porque parece ahondar en esquemas y situaciones re-vividas bajo la españolización de éxitos anteriores. A Don Phernando, ese prehistórico resacoso del éxito metiendo la pata en tiempos modernos y con divinidad perdida, nos lo conocemos y mucho más a Carlos Areces en su enésimo papel sin doblez que valga.

¿Pero qué falta aquí? ¡Falta un buen logo! Esta serie ni lo tiene ni se conoce. Ese falso documental cutrecillo con música que no enganchará ni a una rana moribunda no es para lanzar cohetes y ni esa presentación de personajes ayuda. Véase “The IT Crowd” y “El divo” no es más que un fanfilm para una escuela de audiovisuales si comparamos títulos de crédito, música, etc. Esta serie no quiere ser original sino epatar mediante la carcajada burra y eficaz. En su primer episodio parece que hay poco que escarbar aunque podría resultar funcional. Con su segundo la divinidad queda desnuda y perdida, siguiendo con la Regla de las tres emes: comer morcilla, manteca y mierda pa’ tu boca.

El Divo me ha parecido una serie original y divertida que trata de hacer pasar un buen rato. Con unos personajes memorables, en especial Agustín Jiménez, el conocido Macho Español, mologuista de la Sexta y de tantos programas, y un Carlos Areces en estado de gracia permanente. La serie cuenta el día a día de una cadena de televisión local, de las cutres cutres, y como su presentador, que ha sido famoso y que ahora las pasa canutas, trabaja y sale adelante con la vida que le ha tocado.
La serie tiene un humor surrealista que a lo mejor no es para todos, y también suelta algunos puyazos, como uno de Penelope Cruz del primer capítulo. Es muy entretenida de ver y se divierte uno mucho porque además salen algunos de los cracks del canal Paramount.

Me ha gustado esta serie. Te echas un buen rato de risas antes de ir a dormir. Como muchas otras sitcoms no creo que pretenda nada especial (yo es que ando un poco cansada de "la televisión de culto", porque a mí siempre me han gustado las series, desde los tiempos de "Arriba y Abajo"), y pienso que nos venden muchas cosas diciendo que ahora el cine de autor está en las teles. Para empezar, autores personales hay cuatro (Fellini y pocos más), los demás son señores que hacen películas siguiendo los códigos de un género.

Hay en EL DIVO un tono anárquico que me encantó, un tipo de comedia que no quiere moralizar (la comedia con lección moral: suele ser esa que gusta a la crítica porque trae un mensaje, tipo sed buenos). Pero aquí, como en el tsunami, no hay cuentos morales.

En EL DIVO se reparten palos a diestro y siniestro, algo que molestará a más de uno, preguntándose: "¿Estos de que van?". Pero el humor por el humor es así, reparte estopa y ataca.


Como Padre de Familia o Los Simpsoms, busca ese espíritu. En mi opinión, es una serie plenamente española, con una mirada ácida de su cultura pop y de los usos de la televisión. En la realización es realista, sin esas carreras y esos gritos que tanto gustan en las comedias nacionales. Sus personajes pueden ser tan reconocibles como los de AIDA, y es en cierta forma una disección algo loca de la cultura española, con ese freak de los ordenadores algo neurótico (Carlos Areces), con un productor interesado solo en la pasta y con un don Juan trasnochado que quiere acostarse con todo lo que se menea.

La serie no intenta ser moderna: los créditos de inicio y salida son tan discretos como en una cinta de Woody Allen y creo que obtiene lo que pretende: dar risas como hacen tantas comedias americanas que pueblan los canales de pago.

Por último quería añadir que Agustín Jiménez como don Phernando me ha sorprendido gratamente: logra darle un tono patético y cercano, risible y humano. La serie coincide con otras apuestas como "Eastbownd and down", "Qué fue de Jorge Sanz" o "Todos contra Juan", pero su piloto se filmó en 2008 y aún puede verse en las madrugadas del canal.

A mi madre y a mí nos ha gustado.

Agustín Jiménez es uno de los genios del humor nacional. Le acompañan un montón de cómicos famosos que entonces empezaban sus carreras. La serie es una “rara avis” en el panorama de la ficción española. Es sorprendente. En el ejército un compañero se la trajo en el disco duro y la veíamos en la base. Nos partíamos el culo.

Una comedia dadaista sobre un personaje machista y endiosado. ¡La serie se adelanta al movimiento Me Too casi once años! Y se atreve a hacer humor con una masculinidad tóxica. Excelentes interpretaciones, en especial de Agustín Jímenez, África Luca de Tena y Carlos Areces.

El precedente de “Paquita Salas”.