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Una historia para los Modlin (C)

7,3
548
Documental. Drama Hace unos años, cientos de fotografías y objetos íntimos de una familia norteamericana aparecieron tirados cerca del cubo de basura en una calle del centro de Madrid. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
20 de abril de 2013
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de dirigir el documental sobre la figura de Al Lewis en “Goodbye, America” e innumerables cortos, en su mayoría documentales, Sergio Oksman se encontró con una historia sacada de la basura. No es que se trate de un acto de periodismo del corazón habitual en nuestros días… no. “Una historia para los Modlin” es pura osadía cinematográfica

Elmer Modlin ‘(des)apareció’ en “La Semilla del Diablo” y acabó huyendo a la oscuridad que le propició un piso en Madrid. El triángulo familiar, su visión apocalíptica religiosa y la búsqueda de la fama y la grandeza son pilares y herramientas que el cineasta utiliza para revelar una historia oculta.

“Una historia para los Modlin” fue una de las piezas más interesantes y brillantes de la Muestra ofrecida en la Semana del Cortometraje de la Comunidad de Madrid 2012, consiguiendo el Goya al Mejor cortometraje documental y numerosos premios internacionales. Pero más que brillo nos enseña oscuridad, que no hay diablo al que vender el alma si no hay alma que vender. Los Modlin esperaban a que alguien escribiera su historia… aunque, coherentemente con su vida, solamente ha dado para un (C)orto… pero un gran, remarcable e inolvidable (C)orto.
Maldito Bastardo
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18 de febrero de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por difícil que sea de creer, casi todo recurso utilizado en la confección mimosa del documental provienen de un encuentro casual en la basura, en la céntrica calle del Pez madrileña, donde fueron arrojados como con ira cientos de fotografías, documentos y retazos de una vida cuanto menos, diferente.
El hijo de los Modlin para evitar ser alistado para Vietnam marcha de EE.UU. a España. Poco después, su padre, actor fracasado que intervino como figurante en pocas pelis, entre ellas en la maldita "La semilla del diablo" y la madre, pintora a reivindicar y muy influyente en los años venideros, se trasladan a vivir a la capital española con su hijo, prácticamente aislados del resto del mundo y convencidos de que en el futuro serían muy, muy famosos.
El hijo se convirtió en la voz del aeropuerto de Barajas e hizo algún anuncio como el de Punto Blanco calcetines allá por los 80, el padre intervino en alguna peli y la madre siguió pintando, convencida de ser una elegida por la inteligencia suprema para expresar su sabiduría. El matrimonio rodó también un extraño corto, El tiovivo. Entre el 98 y el 2001 murieron los tres, y con ellos una vida que pasó directamente al olvido.
Hasta que Oksman, como un títere de esa voluntad por la fama de la familia y tras llevar años enfrascado en el proyecto, estrena Una historia para los Modlin y gana en la noche de hoy un merecidísimo Goya.
Misterios como la relación del padre con Miller, supuestamente romántica, o la influencia de la película de Polanski en el matrimonio quedan en el aire, pero gracias al director los Modlin han tenido al menos sus quince minutos de fama.
Bravo.
javieritos
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13 de diciembre de 2013
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La historia estremece, impacta, lo que ayuda a que el espectador se mantenga en vilo, buscando y escudriñando información. La puesta en escena austera destaca el material del que se dispone, que puede parecer escaso, pero se logra un efecto contrario, recalcar, subrayar cada una de las imágenes, dramatizando los giros de la historia, impactando al televidente. Lograda la atención, la dosificación en la narración aumenta la tensión, que es la base del documental.
Bolseiro
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5 de enero de 2017
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Al documentalista Sergio Oksman le llegó azarosamente un paquete de lo que alguien consideró que era un paquete de porquería antigua y, verdaderamente, era un caudal de vivencias esperando a ser contadas tras una demasiado-larga espera.

Los Modlin era una afanosa de fama, sedienta de que su nombre fuera recordado por miles de americanos, tal vez millones, luego por cientos de españoles y que acabó siendo valorada por las manos de un suertudo montador.
La información es servida al espectador en cuentagotas, narrada sin prisas y dosificándola por un autor ávido con una voz en off pausada casi celestial que, a mi entender, sabe captar la atención de un espectador estableciendo las bases de un documental lineal pese a jugar con un mapa inconexo de retratos.

Las fotografías son mayormente en color, pero el fondo es siempre o blanco o negro debido a las telas que usa el director para centrar bien la atención del público.

El montaje es tan sencillo que engancha, con ilusión de plano-secuencia, con una sola pieza musical repetitiva que enrarece unas fotos que cuentan la historia por sí solas, de hecho, sólo hay un momento del corto en el que vemos imágenes en movimiento, y ése es el momento en el que debemos despedirnos de los Modlin.
De la sencillez nace la emoción, del siempre funcional “menos es más”.

Los tres integrantes de la familia Modlin, aislados de la sociedad, encerrados en su ambición por el protagonismo, tan centrados en un futuro de éxitos que nunca llegó, acabaron muriendo uno tras otro en un corto lapso de tiempo, dejando una casa vacía en una calle de Madrid y no de Hollywood Boulevard.

Finalmente, gracias a las manos y voz de Sergio Oksman, los Modlin sí consiguieron sus ansiados veinte minutos de fama tras fallecer.
SergiMerchan
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15 de febrero de 2023
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Es un corto muy sutil, con mucho espacio a la intuición del espectador. No te lo narra todo, no te lo da todo masticado, no te dice lo que tienes que pensar. Es un cortometraje que invita a la reflexión sobre la vida, el paso del tiempo y a lo que será de nosotros después de la vida.

¿Dónde quedan las ilusiones cuando muramos? ¿Qué será de nuestro arte y de nuestros objetos valiosos cuando ya no estemos aquí?

Este corto es precioso en ese sentido, en la forma de plantear preguntas, en la forma en la que se escarba en el pasado y se contrasta con el presente. Es un corto que lo tiene todo y no me extraña el éxito que tuvo.
Federico Pérez
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