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Su hermano

Drama Thomas (Todeschini) se está muriendo y lo acepta con serenidad. Pero quiere esperar la muerte en la casa de la costa donde pasó su infancia. A su hermano Luc (Eric Caravaca), que lo acompaña, la dramática situación lo lleva a examinar su propia vida. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
30 de mayo de 2006
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Patrice Chéreau realizara “Su hermano” después de “Intimidad”, pudo hacer pensar a algunos que se había instalado en una cómoda estrategia promocional basada en el “escándalo” o la “provocación”: así, la explicitud sexual en un caso, y la mostración detallada de la degradación corporal a causa de la enfermedad, en el otro.

Sin embargo, pienso que nada más lejos de la realidad. Por lo que respecta a “Su hermano” es, en efecto, una obra descarnada, que se aproxima a la agonía y a la muerte sin tapujos. Temática ésta, sin duda tabú en la sociedad actual. Evidentemente, todas aquellas personas que no son capaces de estar ante un cadáver en un velatorio (donde, recordemos, los cuerpos ya están “presentables”), encontrarán esta película insoportable y repugnante, truculenta y excesiva. Pero, podemos preguntarnos, ¿lo es? ¿Acaso exagera Chéreau? ¿Nos muestra algo que sólo es fruto de una imaginación enfermiza, que no podría ser real? Creo, sinceramente, que cualquier persona que haya vivido el derrumbe físico o cognitivo de algún ser querido podrá garantizar que en absoluto es así.

Entonces, que un artista opte por representar una situación dura en clave hiperrealista, ¿es menos válido que si lo hace en clave elíptica o metafórica? Pienso que todas las opciones son legítimas, y serán pertinentes según lo que se quiere transmitir. Así me lo parece en el caso de “Su hermano”, y justamente a causa de uno de sus puntos fundamentales (y también más criticados) como es la falta de asideros emocionales con los cuales sublimar lo que contemplamos. En “La pasión de Cristo”, por ejemplo, al menos el público cristiano puede pensar que todo el horror que inunda la pantalla se convierte en un gesto redentor de contenido salvífico. En cambio, Chéreau se limita a mostrarnos una situación y la reacción ante ella de unos personajes, pero no nos dice nada más. Ni aplaude ni condena las decisiones de los protagonistas. Simplemente las muestra. No hay alivio. No hay una fácil invitación a la catarsis.

Este “vacío” ha llevado a algunos a hablar de nihilismo y gratuidad, en tanto que perciben que en la película hay dolor y nada más. Sin embargo, la apuesta de Chéreau, tal como yo la entiendo, es otra. Nos expone unos hechos —que aunque queramos hacer ver que no existen, son reales—, nos obliga a presenciarlos sin trampa ni cartón, ni dulcificaciones de ningún tipo —de ahí la justificación y hasta la exigencia del puntilloso realismo— y, cuando ha conseguido desgarrarnos las entrañas y hacernos sentir una empatía casi fisiológica con el dolorido, nos “deja tirados”. Entonces, ya no es la película, somos nosotros, los espectadores, quienes nos vemos interpelados a dotar de un sentido lo que hemos visto.

En la medida que esta película nos incita a enfrentarnos con el significado de la enfermedad, del dolor, de la muerte, reconozco que es una auténtica provocación.
Quim Casals
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2 de junio de 2007
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
... de alguien cercano.

Sientate, y mirame morir, y aceptalo. Sin fingir... sin bellas palabras que adornen. Un tu a tú que acerca fisicamente a dos personas ante la evidencia de un final, un final latente en cada suspiro, que puede aparecer con cada pestañeo.
¿Pero donde esta el afecto? ¿Dónde quedan todos los años que los separaron?

Consigue el dramatismo y la crudeza de una forma genial, muy subjetiva, pausada... la historia estremece y enternece, las relacciones a flor de piel por el devenir de una vida que se esfuma... del encirro en un cuerpo que se destruye de una mente lucida...
Se ve con un nudo en el estómago, muy real, incluso con esa luz azulada fría, gris...

El metraje de la película es la longitud de un aliento, el aliento mismo es el vehículo que nos lleva. Por fin nos saltamos el tabú de la muerte... una valentía o una provocacion.
Mylady
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22 de abril de 2009
13 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes había una sana costumbre en los cines que desgraciadamente se ha perdido; irse a la primera de cambio cuando la película nos aburría o por cualquier otra razón que pudiera tener cada espectador. La última vez que ví este prodigioso hecho fue en un cine de Madrid: ponían “Pulp Fiction”. En honor a la verdad no seguí en su huida a mis compañeros de butaca, quizás por pereza, pues la película tenia sobrados meritos para irse.“Pulp Fiction”, junto con “El príncipe de las mareas” y “El Club de los poetas muertos” son para mi películas-test; si alguien me dice que le gusta el cine mido su mayor o menor proximidad a mis gustos según su opinión sobre tales películas. A mayor grado de desafección más posibilidad de afinidad cinéfila.

Viene esto a cuento, porque hacia tiempo que no abandonaba una película a mitad de proyección (al menos en este caso la vi en TV y me ahorre los 6 eurazos que ya vale el cine). “Su hermano” me ha reconciliado con la gozosa sensación de dejar a medias una película para dedicar nuestro tiempo a otras cosas mas productivas

Y por si algún incauto quiere fiarse de la crítica como hice yo y se anima a ver “esto” en el spoiler pongo algunas escenas "memorables"
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro3
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7 de agosto de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desgarradora hasta la exasperación, esta gran película nos muestra, no sólo la relación entre dos hermanos, con sus distancias y su proximidad ante la muerte, sino el cómo sentir la enfermedad de forma terrorífica. Es agobiante en muchos momentos pero también magnética, y esa atracción la cosigue su director en una realización tremendamente eficaz, huyendo del sentimentalismo y ofreciendo una obra seca, áspera y necesaria.
enyel
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15 de junio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace tiempo que Luc huyó del núcleo familiar y se refugió en París para poder vivir libre, sin ataduras, sin tener que dar explicaciones de nada a nadie. Pero el pasado llama un día a la puerta de su apartamento. Su hermano mayor Thomas, el mismo que no aceptó la homosexualidad de Luc, se está muriendo. Tiene una enfermedad sanguínea: su nivel de plaquetas es tan bajo que cualquier golpe o herida puede acabar en hemorragia. La lógica sería que Luc tuviese una dolencia venérea, pero no: el inválido resulta ser el otro hermano que apenas conoce. La sangre es curiosamente lo que les une y lo que les separa. Tanto Luc como Thomas viven una segunda oportunidad para echarse en cara todo lo que nunca expresaron, también para sincerarse y verbalizar un amor que nunca se esfumó. De esta forma ambos se convertirán casi en amantes. Uno necesita del otro. Y el otro, al ver el cuerpo de Thomas menguar y casi desaparecer, se convierte en espectador íntimo de la decrepitud de su semejante.

Una historia rodada con tonos oscuros, totalmente desnuda y sórdida, en la que al espectador sólo le queda huir o hundirse con los personajes. Chéreau filma la enfermedad del hermano con un tono marcadamente feísta y nos sitúa en una tesitura incomodísima: como el hermano callado al fondo de la sala, nosotros vemos cómo las enfermeras, con su particular frialdad y parsimonia, depilan la silueta escuálida de Thomas. Chéreau no tiene ningún miedo a resultar decrépito e insoportable: a diferencia de Coixet y su Mi vida sin mí, la lírica de Su hermano emana de la muerte y no de la vida. Por eso el film requiere de espectadores fuertes y comprometidos que sepan ver que, detrás de una superficie totalmente negra, hay una historia preciosa de reencuentro, aceptación, renuncias y cariños. Una película lánguida, escueta y explícita. Como ocurre con el cine potente, logra que sintamos empatía por casos que en la televisión o en los periódicos resultan asépticos, rutinarios, impersonales. Un via crucis que culmina con la canción Sleep de Marianne Faithfull. Justo en el momento en el que salimos de la sala totalmente molidos con ganas de hablar con esos hermanos que hace tiempo no vemos.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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