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Lo squartatore di New York

Terror. Intriga. Thriller Un asesino que habla como un pato, ronda por Nueva York asesinando mujeres en forma grotesca. El detective Jack Headly se empleará a fondo para intentar cazarlo.
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
30 de diciembre de 2008
40 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quiso Lucio Fulci hacer una parodia del cine giallo con esta película? No lo sé, pero está claro que lo consiguió, aunque fuera de forma involuntaria.
Los giallos siempre se caracterizaron por lo endeble de sus guiones: giros de argumento inverosímiles, diálogos anodinos, asesinos con traumas ridículos, finales tramposos... Pero “El Descuartizador de Nueva York” eleva estos defectos hasta tan altos niveles, que provoca la continua carcajada en el espectador.

Para ocultar la identidad y género del asesino, en estas películas se solía usar un recurso bastante cuestionable. Tanto en las escenas de asesinatos como en las conversaciones telefónicas que mantenía con los protagonistas o con la policía, el asesino hablaba con la voz distorsionada, poniendo voz de pito o hablando entre susurros casi incomprensibles.* Pero en la delirante “El Descuartizador de Nueva York”, el asesino tiene la voz de… ¡el pato Donald! Cuando pillándonos desprevenidos, asistimos al primer asesinato, el nivel de descojone que se puede alcanzar es mayúsculo.
Las conversaciones telefónicas que el psicópata asesino mantiene con el descerebrado policía Williams, también provocan la carcajada. Lean el título de esta crítica para hacerse una idea.

El elenco de personajes no tiene desperdicio: un viejo policía atolondrado y putero, un petulante científico que psicoanaliza al asesino mientras ayuda a darle caza, una madurita ninfómana que frecuenta espectáculos porno, un musculoso violador feo y lisiado, un físico que dice investigar sobre física nuclear “porque es la moda”, y la bellísima novia de éste, única superviviente de las victimas del asesino.

Con este cúmulo de excentricidades, los diálogos bochornosos y los giros inverosímiles de la trama, no desentonan en absoluto. Y cuando nos meten la solución final con calzador, dando unas explicaciones psicológicas tan sumamente absurdas, uno no puede evitar pensar si se están burlando de films como “El Pájaro de las Plumas de Cristal”, o si se están autoparodiando.

Pero lo curioso, es que a pesar de sus indudables momentos cómicos, “El Descuartizador de Nueva York” también contiene algunas secuencias bastante terroríficas, una vez nos conseguimos sobreponer al hecho de que los crímenes son perpetrados por un imitador del pato Donald. Esta vez Fulci, en lugar de mostrar un gore exagerado, filma asesinatos más realistas no exentos de crueldad e intensidad. Especialmente destacaría el último, con diferencia el más visceral y despiadado de todos.

Si a esto añadimos una dirección mucho más ágil de lo que este director nos tenía acostumbrados, una suculenta carga erótica y una banda sonora ochentera bastante resultona (aunque a años luz de las magníficas piezas musicales de Fabio Frizzi), terminamos encontrándonos con uno de los films más entretenidos, divertidos y disfrutables de la filmografía de Lucio Fulci.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Hajime Saito
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29 de julio de 2010
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta sorprendente que una de las pelis más polémicas de Fulci sea, precisamente, un giallo. Un subgénero cuya dotación visceral y hemoglobínica no alcanza -ni de lejos- la desmedida cuota repulsiva que sí contienen otras obras del italiano como, por ejemplo, “Nueva York bajo el terror de los zombies” o “Miedo en la ciudad de los muertos vivientes”.

Deduzco, por consiguiente, que el revuelo que supuso en su época la peli de Fulci no atiende a estos parámetros. Y eso me impulsa a considerar -por ende- que el pollo que montó el italiano con “El descuartizador de Nueva York” se debe, exclusivamente, a una cuestión de índole erótica o sexual. Porque sí, obviamente la peli de marras tiene numerosas secuencias de desnudos y sexo explícito. Escenas que incluso podríamos catalogar como Softcore, Sexploitation o sencillamente S. Algunas tan lascivas y malsanas como la de la masturbación podal de Alexandra Delli Colli en la sala de billares. Y recalco lo de malsana porque es en esta secuencia, precisamente, en la que ese fuerte hedor misógino del que tanto se habla cuando se menciona esta peli alcanza aquí su máximo apogeo.

Aún así, no acabo de entender (y en eso coincido con Nachete) el por qué del escándalo suscitado por esta peli. Máxime cuando ninguna de sus violentas escenas (porque sí, violentas lo son un montón) pueden considerarse realmente como imposibles de digerir para cualquier amante del género.

“El descuartizador de Nueva York” me parece, en cualquier caso, uno de los trabajos más flojos de Don Lucio. Quizás porque parodiar un subgénero tan defenestrado como el giallo contiene implícito un riesgo ineludible: que todo el mundo crea que los ostensibles despropósitos argumentales de la peli sean producto de un mal guión o una mala dirección en lugar de proceder de un plan estratégicamente predeterminado.
Taylor
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24 de septiembre de 2009
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Lo squartatore di New York", que podría definirse como un "giallo crepuscular" en toda regla, es una de las piezas más magistrales, morbosas, grotescas y terriblemente bellas del gran Lucio Fulci.

Tomando su estructura como una mezcla entre el clásico "giallo" y ciertas piezas setenteras del cine americano (en primera instancia me vino "Dirty Harry" a la cabeza) la cinta es todo un ejercicio de estilo, con una atmósfera muy descriptiva en las escenas diurnas (convierte a Nueva York en un personaje más) y otra tremendamente sofocante y tenebrosa en las secuencias que ocurren durante la noche.

La película es violenta, muy violenta, para muchos demasiado. Pero Fulci sabe como utilizar la violencia como una manera bruta pero efectiva de conectar con el público, de hacerle sentir lo que las víctimas puedan padecer logrando que la simbiosis entre lo mostrado en la pantalla y la música logren una unidad que no hace más que embellecer la cinta, llevando el "giallo" a lo extremo. Todo un ejercicio de terror, con una buena combinación de la trama policiaca y los tremendos asesinatos.

La comparación con "Non si sevizia un paperino" ("Angustia de Silencio") es obligada. Si en aquella se respetaban las bases del "giallo" pero llevadas a un terreno rural, en "Lo squartatore di New York" se acentúan esos cimientos dotándolos de un morbo que roza la caricatura pero que influye muy positivamente en el resultado final.
Reverendo Wilson
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4 de marzo de 2013
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras leer las otras críticas en FilmAffinity de esta película, he tenido mis dudas. ¿Es realmente "New York Ripper" una parodia autocrítica del "giallo" italiano? ¿Pretendía Lucio Fulci de veras hacer reír al espectador incorporando elementos tan demenciales como un psicópata que hace "cuac, cuac" mientras acuchilla salvajemente a sus víctimas? ¿Excusa ese supuesto tono autoparódico todos los defectos del film, empezando por la simplicidad esquemática de trama y personajes?

Más allá de ese punto de vista -que me parece tan interesante como cuando documentos tan insólitos como "Grizzly Man" son interpretados como falsos documentales-, considero que "New York Ripper" es un ejercicio a cargo de un director con personalidad propia, más que una parodia, gusten o no los resultados.

Fulci -que muestra aquí un saber hacer marcadamente superior a la espantosa "Nueva York bajo el terror de los zombies"- entrega un filme repleto de sadismo y violencia, sórdido, torpe, con personajes de una sola pieza que enuncian diálogos ridículos y tópicos. La premisa argumental es presentada sin grandes rodeos: la aparición del cadáver mutilado de una mujer pone en alerta al teniente de policía Williams, que, con la aparición de nuevos cadáveres, caerá en la cuenta de que se trata de un asesino en serie con un patrón fijo. Contará con la colaboración de un experto profesor universitario. Veremos aparecer también al turbio principal sospechoso de los crímenes, a una víctima superviviente y su novio, así como a una burguesa entregada a los placeres sexuales más oscuros bajo el amparo de una relación abierta con su marido.

El sello de Fulci se hace notar en el tratamiento de los crímenes, siempre contra mujeres hermosas en cuya belleza el director italiano se recreará tanto como en los posteriores efectos de las armas blancas sobre sus cuerpos. La ecuación cuerpo deseable-cuerpo masacrado se hace especialmente patente en la desagradable escena en la que el psicópata mutila y asesina a la prostituta que frecuentaba Williams. El asesinato como castigo por suscitar el deseo. También a este respecto, resulta ejemplar la escena en que el destripador mata a una mujer clavándole una botella rota en la entrepierna después de que la hayamos visto mantener relaciones sexuales en un espectáculo público.
Por otro lado, el momento en que un macarra masturba a la burguesa con el pie es digna de los instantes previos al sexo explícito en un filme porno.

Surge entonces un segundo interrogante. ¿Es "New York Ripper" un filme misógino?

El cine de terror es uno de los géneros más sinceros, si no el que más, a la hora de reflejar fantasmas individuales y colectivos. Es obvio que Fulci no es un narrador fluido, un creador de personajes complejos ni un buen director de actores. Pero deja su impronta personal al poner en escena semejantes actos de violencia contra las mujeres. Más que misoginia, el director italiano parece hablarnos de la impotencia masculina frente a la habilidad de las mujeres para escoger y encandilar con su belleza a los hombres. No por ello deja de ser "New York Ripper" una película sensacionalista, que avanza generando en el espectador la constante expectativa de ver nuevos crímenes o la ejecución final del psicópata en manos de la policía. Pero la mirada de Fulci merece ser tenida en cuenta. A destacar el sueño del cine de la víctima superviviente, repleto de connotaciones sexuales.

No se le puede negar al filme una cierta capacidad para sorprender con algún giro final respecto a la identidad del asesino, aunque la justificación de sus crímenes y la elección del pato como alter ego no hay por dónde cogerlas. Asimismo, algunos instantes asociados al acoso y ataque del destripador generan cierta angustia.
En definitiva, "New York Ripper" está lejos de ser una buena película. Pero resulta más interesante que cualquier otro producto gore de décadas pasadas que pueda recuperarse gracias a internet.
JC KNY
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20 de octubre de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un particular homenaje del señor Fulci, al de tan de moda, en esa época giallo italiano, con abundancia de sangrientos asesinatos, incorreción política y sangre y sexo a punta pala, la coherencia en el guion, brilla por su ausencia, el policía y el supuesto experto psiquiatra que persigen al asesino de marras,mas incompetentes no pueden ser, parecen politicos españoles,dejando que las cosas pasen y a ver si se solucionan solas, se encadenan asesinatos crueles y explicitos, situaciones sórdidas y una explicación final tontorrona y incoherente.Lo mejor esa imagen de New York ochentero, sucio y decadente y su falta de pretensiones, que ni falta que le hace.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
zuriman
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