El buen hijo

Aunque está película no es el colmo de la originalidad, lo cierto es que posee algunos factores que la hacen bastante visible.

En primer lugar la miga de la cinta es el duelo que se produce entre el ángel bueno y el malo; por un lado encontramos al apacible Elijah Wood y sus expresivos ojos (resulta muy curioso verle tan pequeño antes de ser un ídolo de masas, gracias a su papel de Frodo Bolsom), un chaval desgraciado y desamparado en una casa extraña, que descubre que su compañero de juegos es algo más que un chico travieso e inquieto. Por otro, tenemos a Henry (Macaulay Culkin) un niño que tiene engañados a sus padres, que disfruta con juegos maquiavélicos y que oculta bastantes secretos (para olvidarse del travieso "Kevin!!!" de "Solo en casa").
La verdad es que los chavales lo hacen muy bien para ser tan jóvenes y se disfruta bastante viendo lo bien que se dan la réplica.

La película se centra en muy pocos personajes, aparte de Culkin y Wood, encontramos a 3 o 4 actores para encarnar a la familia, todos ellos con poco protagonismo, a excepción de la madre de Henry. Como curiosidad comentar que la verdadera hermana de Macaulay en la vida real (Quinn Culkin) interpreta también este rol en la ficción.

Otro de los alicientes de la cinta es el bello paraje en el que se desarrolla y al cual se saca bastante provecho en toda la película, su tono invernal aporta ese toque frío, acorde con la personalidad de Henry. La secuencia final fue grabada en un impresionante acantilado con una caída de 40 metros, lo cual aporta bastante al climax final.

Un correcto entretenimiento, de bastante éxito en su momento (reacudó alrededor de 50 millones $ sólo en USA) y que ha aguantado bien el paso del tiempo. Su corta duración, protagonismo de jóvenes promesas y algunas dosis de suspense, son unos ingredientes que nos permiten verla sin ninguna dificultad.

Lo mejor: Culkin y Wood
Lo peor: su estructura de telefilm

Es una película buenísima e impactante donde la grán actuación de Macaulay Culkin, se le hace ver el grandísimo actor que era, en uno de sus papeles cinematográficos mas alucinantes haciendo de psicópata.
Película basada en la mente de un loco y un criminal, en el cuerpo de un niño; donde la sangre fría y la maldad le recorre por dentro. Para los que aún no la han visto y se la recomiendo, es una película tremenda que no olvidarán.
peliculón en todos los sentidos (incluido en la música); en mi opinión le daría un 9.

Una muy buena pelicula, sobretodo fuera de lo comun, la maldad jamas se sospecha en un niño, y esta pelicula te hace ver la realidad, como un niño de 9 años puede ser malvado y tener una mente criminal. Excelente actuacion de Macaulay Culkin y con un final inesperado y tenebroso al mismo tiempo, no creo que es recomendable para niños, solo para personas con criterio formado.

Curioso thriller con apariencia televisiva y una cierta perversión, seguramente gracias al guión del grandísimo escritor Ian McEwan.
Lo más interesante es el tour de force interpretativo que nos ofrecen dos estrellas infantiles, por un lado el emergente Elijah Wood, en el rol del pobre Mark, que ha perdido a su madre, y que, como consecuencia de ello, le enchufan a pasar unos días en casa de sus tíos, donde se encontrará con el otro protagonista, Henry, al que encarna un Macauley Culkin al que le restará un año para su ocaso como superestrella. Desde el principio, acentuado por la música de Elmer Bernstein, vemos que la estancia del chavalín no va a ser muy placentera al lado de su primito, al que se le vislumbra una vena sádica en su fría mirada azul.
La trama es de lo más truculenta, pero tiene la duración justa, apenas hora y media, para ventilar la cosa, que no da más de sí, y el conjunto resulta bastante entretenido; además, el final es sumamente original, dentro de lo desmesurado de lo que nos están contando, aprovechando muy bien la fría belleza de los acantilados de Paradise Head en la costa de Minnesota del lago Superior.
Lo mejor: la interpretación de los dos chicos, que lo hacen realmente bien.
Lo peor: la historia es demasiado débil para considerarse algo más que una perversa anécdota.

Creo que con la palabra miedo definimos lo que esta película produce en el espectador durante casi la totalidad de la trama. La maldad en estado puro es lo que nos da una especie de miedo atávico que nos mantiene en vilo sin poder despegarnos de la pantalla. Una muy buena dirección y mejor fotografía nos ofrece planos y secuencias excelentes. Las actuaciones de los dos chicos están muy a la altura de este buen guión.

Una película altamente recomendable para mayores de 15 años. Niños y jovencitos no deberían ver esta película.