Hustle & Flow

A pesar de coquetear con el aire de telefilm, de que su leitv motiv sea la ya resobada historia de superación personal, hay que reconocer que esta película es una pequeña joya, con encanto, para mí es cine comercial de calidad: entretiene, emociona pero sin tirar de lo facilón de manera gratuita, sin infravalorar al espectador. Gran parte del éxito de este film recae en los hombros de Terrence Howard, que está inmneso, deslumbrante, consigue convencer a pesar de las complejidades de su personaje y ponerte de su parte a pesar de representar a un proxoneta, pero con su corazoncito, claro está. Además de su interpretación, también hay que decir que hasta da el turrón como MC, lo cual no es poco decir.

Además el resto de la película me pareció bastante correcto. Incluso Anthony Anderson y Dj Qualls, habituales de la comedia tontuna, consiguen cumplir con buena nota. Una ambientación turbia, necesaria para que nos creamos su historia, la cual comprobamos que al final no es tan tópica como pudieramos pensar a mitad de la película. El final consigue sorprender y aunque no puede ser calificado como happy end por lo menos si que te deja la sensación de que has visto una buena película. Y de eso se trata no? No será una obra trascendental ni nada de eso, pero la verdad es que ni falta que hace, la película no busca eso. No séais gruñones/cascarrabias y miradlas desde el desenfado y véreis que es una de las mejores películas sobre el hip hop.

Hartos de que se asocie al hip hop con diamantes, zorras y prepotentes crecidos por la fama. Hartos de oir críticas contra la calidad musical, las letras y los artistas. Hartos de ver por la tele coches brillantes con amortiguadores que saltan al ritmo del bombo. Pero, sobre todo, hartos de ver como algunos se llenan los bolsillos con este boom, despojando al hip hop de sus rasgos más positivos. Entre toda la violencia, los malos modos, el mal gusto y el borreguismo, hay miles de personas, generalmente con poca educación musical y pocos medios, que encuentran en el rap una vía de escape a una vida gris. Es cierto que en el rap se dicen muchas tonterías y se oyen muchas cosas musicalmente muertas, paja, más de lo mismo... Es el precio que hay que pagar por ser la música más democrática que existe. Cualquiera lo puede hacer. No necesitas instrumentos, ni material, ni si quiera un grupo. Hoy en día puedes escribir lo que quieras en un cuaderno, bajarte una instrumental de internet, grabar en el pc de tu casa y colgarlo para que millones de personas puedan acceder a tu pequeña obra, por muy infumable que sea. El simple hecho de escribir una letra y cantarla con tus amigos en un parque da vida a montones de chavales que, a lo mejor, no han tenido la suerte de tener unos padres que les hayan llevado a clases de piano o de guitarra. Toda esa gente tiene un sueño, sea salir en la mtv, sea tener una maquetilla grabada, y día a día entrenan, escriben, andan por la calle con rimas en la cabeza, que les ayudan a comprender lo que tienen ante sus ojos. Son artistas por necesidad.
Por cierto, la película habla de todo esto, lo demás es secundario.

Joder, me esperaba otra cosa. Es cierto que no huye de los comercialismos pero en general los lleva bien y está claro que la peli, sin ser una obra maestra, tiene algo, no sé, algo que se pega, en el hip hop lo llaman Flow. Es como el casete, que bueno... no es nada del otro mundo pero tiene encanto.

Sin duda es la mejor película sobre el mundo del rap que he visto. No es igual que otras, no va sobre chavales que quieren ser alguien sino de un chulo en plena crisis de los cuarenta que quiere dar un giro a su vida, cumplir las metas que se marcó cuando aún soñaba. Que no nos quieran vender lo mismo de siempre es de agradecer.

La escena de la iglesia es excelente y a los que les guste este mundo les encantará la escena del montaje del primer tema que graban. Sin embargo, hay algunos tramos en los que se suele caer demasiado en lo comercial, lo que hace que se devalue el total.

Pero vamos, pese a todo, esto está a ocho mil millones de millas de "8 millas".

Al principio de la película nos da la sensación de que vamos a ver una peli del tipo “voy a intentar grabar un disco, que guay, como mola, a rapear”. Luego nos damos cuenta de que no es así. La película nos muestra lo difícil que pueden ser los comienzos de un rapero, con todo su entorno social, etc. DJay, a partir de que un tío desesperado por conseguir algo de dinero le vendiera ese pequeño teclado para niños recuerda viejos tiempos en los que él solía rapear… Y decide intentar dar un nuevo rumbo a su vida y dejar de ser un chulo y un traficante, no sólo por él sino también por las personas que quiere. Puede parecer típico, pero de eso se trata, de intentar reflejar por lo que pasa un rapero en sus comienzos. La película funciona, está bien realizada, y nos metemos en la historia, nos importan DJay y su gente, y nos implicamos en la grabación de la maqueta, incluso aunque no nos guste demasiado ese tipo de música. En el momento crucial de la historia estamos tan nerviosos como DJay, son los mejores minutos del film, y hay un momento realmente bueno… Los actores están muy bien todos (aunque especialmente Terrence Howard), te importan y te crees sus personajes. Una muy buena película, con una buena historia, buenas interpretaciones y muy entretenida por si fuera poco.

De la desesperación nace la inspiración, así se puede definir esta buena película que refleja de una manera bastante fiel la vida de un chulo de putas que toca fondo, que quiere cambiar de aires y como se refugia en el hip-hop... toda una historia con una actuación brillante de Howard, mantiene la mayor parte del peso de la cinta, de modo que aunque sea un cabrón de la vida me pongo de su lado, intentaría echarle un cable; es un gran actor y a ver si no se lo cargan... y con un buen guión trabajado de modo que los sentimientos de todos los personajes llegan bien hondo y un final sorprendente aunque propio del mundillo de la música en general... te la aconsejo sobre todo si te gusta el rap, puesto que aquí no se muestra la imagen del dinero, los coches y las guarras... esto es hip-hop y no la mierda de ahora.