Battlestar Galactica: Razor (TV)

Razor es una magnífica película, que bien podríamos definir como un capítulo doble de Battlestar Galáctica. El filme cuenta la historia de la tripulación de Pegasus, la nave de combate que sobrevivió al ataque Cylon lanzado sobre las 12 Colonias. Transcurre a caballo entre el presente, con Lee Adama al mando de la nave, y el pasado a modo de flashback, con la brutal y despiadada Almirante Cain. El nexo de unión entre ambas historias es un nuevo personaje: Kendra Shaw (Stephanie Jacobsen), una oficial dura y muy eficiente en su trabajo. Para mí lo mejor del filme es ella, su odio interior hacia sí misma por lo que hizo y su búsqueda de la redención. Aparte, esta mujer es lindísima, a mí me sedujo desde la primera vez que la ví en la serie Terminator: Las crónicas de Sarah Connor. Su belleza es hipnótica.

Sobre el aspecto técnico, decir que os encontraréis prácticamente con lo mismo que en la serie: buenos efectos especiales, la música acompañando perfectamente a los momentos de tensión, magníficas batallitas de naves, mismos decorados, casi los mismos personajes, etc. El desenlace es exquisitamente maravilloso. Para mí, es uno de los mejores capítulos de la serie. La recomiendo a todos para su visionado. Imprescindible sobre todo para los fans.

Está claro que es una película por y para la gente que ha visto la serie, complementaria a la misma y que uno puede pasar sin verla y no pasa nada. Aún así para los que disfrutamos de la serie es un capítulo interesante, indaga en el personaje de la odiosa Almirante Cain y nos presenta a un nuevo personaje, su mano derecha que es el protagonista, que solo sale en está película y que es ciertamente interesante.
Tiene las virtudes y defectos de la serie, apología de la insubordinación, tendencia a buscar tensión dramática a base de matar personajes, pero sigue siendo reflexiva, ambigua y apasionante.
Si entras en el universo Battlestar seguramente no podrás abandonarlo, y esta es una pieza mas del puzzle tan prescindible como notable.

Realmente no era necesario explicar el pasado o el porqué de los hechos de la vida de la Almirante Caine, pero como todo en esta saga, nada sobra.
Los perfectos noventa minutos de explicación y de charnela entre temporadas se agradecen y, en absoluto, ensombrecen el historial de la serie.

Además, este tipo de experiencias sirven para dos cosas: precuelar la resolución del conflicto cylon en un largometraje, y reforzar la posición de "amo del cotarro" de Edward James Olmos (y no me refieró a la de su personaje).

«Uno nace, vive y muere. Sucede sólo una vez. No hay segundas oportunidades para arreglar las cosas que se hicieron mal. Al menos no en esta vida»

Si algo ha sabido hacer “Battlestar Galactica” ha sido crear una perfecta armonía entre sus materiales extras a modo de películas independientes y webisodios. Perfectos para generar nuevos puntos de vista y huecos en la narración, mostrados para dotar de mayor amplitud al conjunto sin olvidar el equilibrio independiente de cada uno de ellos. No sólo de aquí nació “Battlestar Galactica: Razor Flashback” sino que se dota de hondura al personaje de La Almirante Helena Cain a través de los ojos de un nuevo personaje, Kendra Shaw. Pasado y presente se fusionan estrechamente para que formen ese extraño y complejo triángulo que forman Número Seis (Gina), Cain y Shaw. Manos derechas e insinuaciones y relaciones ¿sexuales? entre el poder, la amistad y la jerarquía militar.

Lo interesante es que esa historia fragmentada entre un flashback y acontecimientos ‘actuales’ hace que el divertimento complemente tanto el final de la segunda temporada como el de la tercera, con Lee Adama al mando de la nave Pegasus. Algunos podrán criticar que el retrato femenino aquí resulta algo extremista con la moralidad puesta a prueba y su respuesta de dureza e imbatibilidad. Esa difícil prueba de fuego lleva a paralelismos entre las naves Pegasus y Galactica y su recorrido de supervivencia por la galaxia. Los civiles serán un nuevo punto sobre un gobierno militar donde las opciones para superar los obstáculos conllevan decisiones peliagudas y peligrosas. Obviamente “Battlestar Galactica: Razor” solamente está recomendada para fans y seguidores de la serie que agradecerán el homenaje a la vieja serie de finales de los setenta.

«Si puede ser una navaja durante el tiempo en que debe serlo, entonces será imbatible. Esta guerra nos obliga a convertirnos en imbatibles para poder sobrevivir. Y no podemos darnos el lujo de convertirnos en humanos otra vez»

Curioso su estreno ‘gratuito’ en cines por una sola noche (¡y con anuncios del patrocinador!). No es que se pensase para cines pero sí como un capítulo independiente alargado sobre la duración natural. Se mantiene esa estética de cámara al hombro (y al hombre) e inestable con esos marcados zooms y se añade ese carácter de dotar de amplitud a personajes secundarios y aparentemente menores que no dejan de tener ese elemento común de tortura interior. Lo inteligente es que Pegasus también podría generar un completo spin-off y universo propio, aunque la propia historia delimita esa posibilidad. Realmente no es su serie pero “Battlestar Galactica: Razor” es un homenaje a dicha posibilidad.

Si bien verla es innecesario para comprender y disfrutar totalmente de la ya de por si compleja e inspirada trama de la serie Battlestar Galactica, "Razor" es una chuchería entre temporadas que ofrece al insaciable apetito de los fans el punto de vista de los que faltaban, es decir, de la tripulación perdida de la otra vieja dama, la Pegasus.

Siendo así su existencia totalmente casual, en lugar de llenar un hueco sin más que podría haber permanecido sin ningún problema sin cubrir, nos ofrece la buena historia de una tripulación llevada al extremo y una visión muy diferente de la "fácil vida" civil que ha llevado la flota colonial al mando de Adama, la toma de difíciles decisiones, y el deseo de la muerte antes que la rendición.

Lo mejor es sin duda la Almirante Caine, una magnética líder armada con una navaja y una personalidad brutal y decidida, que no dudará en llevar la guerra contra las máquinas a sus útlimas consecuencias aunque sea a costa del perjuicio de su ya de por si minada especie.

En cuanto a todo lo demás, no solo está perfectamente a la altura del resto de la serie si no que constituye uno de sus mejores capítulos, a modo de lo que podría ser un doble episodio. A mi particularmente me fascinó la gélida brutalidad de la Almirante Caine, y no pude evitar asociarla con un personaje muy parecido que quien haya leído algunas de las novelas de Star Wars recordará también sin duda: la Almirante Daala.

"Dígales que matarán a las familias de los reclutados que no acepten la órden"