«Uno nace, vive y muere. Sucede sólo una vez. No hay segundas oportunidades para arreglar las cosas que se hicieron mal. Al menos no en esta vida»

Si algo ha sabido hacer “Battlestar Galactica” ha sido crear una perfecta armonía entre sus materiales extras a modo de películas independientes y webisodios. Perfectos para generar nuevos puntos de vista y huecos en la narración, mostrados para dotar de mayor amplitud al conjunto sin olvidar el equilibrio independiente de cada uno de ellos. No sólo de aquí nació “Battlestar Galactica: Razor Flashback” sino que se dota de hondura al personaje de La Almirante Helena Cain a través de los ojos de un nuevo personaje, Kendra Shaw. Pasado y presente se fusionan estrechamente para que formen ese extraño y complejo triángulo que forman Número Seis (Gina), Cain y Shaw. Manos derechas e insinuaciones y relaciones ¿sexuales? entre el poder, la amistad y la jerarquía militar.

Lo interesante es que esa historia fragmentada entre un flashback y acontecimientos ‘actuales’ hace que el divertimento complemente tanto el final de la segunda temporada como el de la tercera, con Lee Adama al mando de la nave Pegasus. Algunos podrán criticar que el retrato femenino aquí resulta algo extremista con la moralidad puesta a prueba y su respuesta de dureza e imbatibilidad. Esa difícil prueba de fuego lleva a paralelismos entre las naves Pegasus y Galactica y su recorrido de supervivencia por la galaxia. Los civiles serán un nuevo punto sobre un gobierno militar donde las opciones para superar los obstáculos conllevan decisiones peliagudas y peligrosas. Obviamente “Battlestar Galactica: Razor” solamente está recomendada para fans y seguidores de la serie que agradecerán el homenaje a la vieja serie de finales de los setenta.

«Si puede ser una navaja durante el tiempo en que debe serlo, entonces será imbatible. Esta guerra nos obliga a convertirnos en imbatibles para poder sobrevivir. Y no podemos darnos el lujo de convertirnos en humanos otra vez»

Curioso su estreno ‘gratuito’ en cines por una sola noche (¡y con anuncios del patrocinador!). No es que se pensase para cines pero sí como un capítulo independiente alargado sobre la duración natural. Se mantiene esa estética de cámara al hombro (y al hombre) e inestable con esos marcados zooms y se añade ese carácter de dotar de amplitud a personajes secundarios y aparentemente menores que no dejan de tener ese elemento común de tortura interior. Lo inteligente es que Pegasus también podría generar un completo spin-off y universo propio, aunque la propia historia delimita esa posibilidad. Realmente no es su serie pero “Battlestar Galactica: Razor” es un homenaje a dicha posibilidad.