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Al borde de la realidad (Serie de TV)

Serie de TV. Terror Serie de TV (2018-Actualidad). 3 temporadas. 12 episodios. Personas corrientes comparten con amigos y familiares horribles historias reales de su pasado, con espeluznantes reconstrucciones que recrean los hechos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
12 de octubre de 2021
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la variopinta selección de exquisiteces de la carta de Netflix, la plataforma digital nos ofrece con esta producción dirigida por el director checo Jan Pavlacky, una especie de menú degustación de historias de terror, como si se tratara de una caja de surtidos “Cuétara”, de galletas para el café o el té. Ya no tanto para alimentar la imaginación y la creatividad de los fans del terror, sinó como una colección de golosinas repartidas en tres temporadas, y con diferentes temáticas, aunque la predominante en todas ellas es la de lo sobrenatural: posesiones y sentimiento de amenaza que experimenta una serie de personas ante demonios y espíritus varios.

En los diferentes episodios, pues, se abordan diversos tópicos narrativos: horror sobrenatural, “slasher”, “road movie” de terror, abducciones alienígenas, y otras variedades emanadas del imaginario colectivo de las atrocidades. Un amplio espectro de temáticas que coloca al espectador ante lo que sería una especie de espectáculo de “varietées” del género, al estilo de los largometrajes recopilatorios de historias episódicas. En esto, recuerda bastante a las secuelas de la saga “The Invoking” (2013 – 2018), en la que, exceptuando la primera entrega, que de todo su metraje se ocupa un solo argumento, el resto son compendios de delirantes historias de fantasmas, algunas más acertadas y/o bién realizadas que otras.

En el caso de “The Haunt” vendría ser lo mismo, sólo que en vez del formato película, nos lo presentan como las tres temporadas de una serie, con seis episodios cada una. El estilo de la producción viene a ser una mezcla del “reality show”, con pretendido verismo en las historias que se cuentan, y el docudrama, como en las series históricas de la BBC, en la que los eventos relatados se interpretan por actores que recrean las experiencias descritas en primera persona por quienes las vivieron.

Así se construye un doble fondo diegético: el de la narración regenerada por lo que en este caso tenemos claro que son actores que interpretan el hilo de la trama de cada caso, en el pasado de los que la explican, figurando que entonces, cuando padecieron los fenómenos que reseñan, eran mucho más jóvenes. De hecho, el parecido en muchos casos, como un huevo a una castaña.

Ello no quita que, con los susodichos protagonistas de cada pieza se pretenda imprimir una buena dosis de supuesto verismo en los sucesos, de manera que si en las secuencias de “reenactment” tenemos todo el dramatismo posible en el asador, en la reunión que conduce el relato, con el afectado(a) de turno y sus allegados, único público in “corpore” presente de la respectiva “confesión dramatizada”, el hacer ante las cámaras es todo lo contrario: lacónico, muy poco expresivo, y forzado hasta tal punto que hace poner en duda el supuesto realismo o veracidad que se le quiera dar. Aunque, todo sea dicho, los anglosajones, en esta clase de encuentros de evocación de eventos, por traumáticos que sean, no suelen ser tan expresivos; tienden a evitar la exageración y a imprimir una naturalidad inusitada en sus presentaciones. Sin embargo, de tan poco, acaba pareciendo postizo.

El montaje, pues, intercala los planos de la reunión (que parece más una sesión de ayuda psicoterapéutica grupal, eso sí, sin psicólogo o psiquiatra) entre el protagonista y sus familiares, que de un modo u otro aparecen como secundarios en las historias, con la visión teatralizada de lo que cuentan. Aquí, el guión comete un fallo de omisión, que resta la credibilidad que se pueda pretender otorgar a lo paranormal o sobrenatural que se expone; en un documental, suelen aparecer injertos de entrevistas a expertos que ofrecen sus opiniones, corroborando, corrigiendo, matizando, parafraseando o, incluso desmintiendo los hechos. Este es un aspecto que le hace falta al “disfraz” de autenticidad que se busca con el “basado en hechos reales”, y que sólo se apoya de forma visualmente poética con un “pass” de cámara por las fotos antiguas de los supuestos afectados reales.

La realización técnica de “The Haunted” es decente. No más. La fotografía está relativamente bien cuidada, y la banda sonora se mantiene discreta para dar el justo refuerzo dramático a las historias. Los diálogos en su mayor parte son intrascendentes, pues la puesta en escena es la que se encarga, sobretodo con cada uno de los protagonistas de cada historia, en el que se centra la cámara, de construir el correspondiente relato, para que nos enteremos de que va, y como se desarrolla.

Los efectos acompañan las partes dramatizadas, sin recaer en exageraciones que diluyan la supuesta “seriedad” del tema, y para ello se cuida mínimamente su calidad.

Uno de los aspectos que llama la atención, y que es denominador común en todos los capítulos, de todas las temporadas, es que no hay un final conclusivo de las historias. El tipo/a de turno cuenta su experiencia, sin que quede resuelto, dejando esa aura de que el mal acechante sigue todavía pendiendo como una espada de Damocles encima de su existencia, y algunos de aquellos que les rodean en su vida cuotidiana, y que comparten la sesión.

Sin embargo, en relación a la supuesta veracidad de cada una de las situaciones, es curioso observar como en los comentarios que se pueden leer en distintos foros, abunda la discusión sobre la misma. No faltan los usuarios que se centran en la discusión sobre lo creíble o no del asunto, independientemente de la calidad artística de unas historias fictícias, sobre las que, evidentemente, no hay ninguna base científica, por lo menos no se argumenta ninguna “in situ”. Y no deja de ser fascinante como, en una sociedad harto secularizada como la nuestra, la occidental, puede haber tales diatribas; en un mundo en el que impera lo positivo o empírico aparentemente, donde la espiritualidad y la religión están relegadas a lo más recóndito, hay quien defiende a capa y espada la existencia de fenómenos llamados “sobrenaturales”, lo que resulta de una relativa incongruencia.
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Jordirozsa
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27 de octubre de 2018
6 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Netflix nos trae una miniserie de terror en forma de seis capítulos independientes entre sí de entre 20 y 30 minutos de duración. En cada uno de ellos, personas normales y corrientes cuentan a su círculo íntimo, a modo de terapia, una supuesta historia real que los atormenta y de la que no se han atrevido a hablar antes. No faltarán las apariciones, las posesiones demoníacas, los rituales satánicos y todos los tópicos del género. Los episodios en sí son fáciles de ver por su corta duración, y las historias están bastante bien recreadas. Desconocemos si las personas y sus historias son verdaderamente reales, pero es loable el esfuerzo que se produce en la serie para que así lo pensemos, incluidos parecidos físicos entre supuestos familiares que son más que razonables. En spoiler, una breve descripción de cada uno de ellos y su nota individual.
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Bellannan
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9 de diciembre de 2020
4 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
He descubierto esta serie navegando por el catálogo de Netflix. De esas veces que no sabes que ver y decides no recurrir a tu colección de dvds y te sientes aventurero porque compruebas que la nota media es un triste 4.8.
Así que sin miedo pero escéptico empecé a verla, accidentalmente empecé por la segunda temporada y francamente entiendo la nota baja si están basadas en la primera temporada. Hay 2 episodios que son bastante flojos, sin pulso y que dejan un sabor algo amargo. La segunda temporada por lo contrario es muy notable.
Intensita y perfectamente narrada cada uno de los episodios.

Cada historia nos la brindan en un corto formato de 20 min aproximadamente el cual se me hace perfecto para este tipo de historias. No cansa y entretiene mucho.
A parte la temática es de lo más variada. No sólo se enfoca en los monstruos del más allá sino que también nos muestra el lado más miserable del ser humano. Las recreaciones que usan están grabadas con maestría. Hay algunas que podrían ser perfectamente parte de una buena película de terror.
No todos los actores son de nivel pero en términos generales son muy buenos.

Me parece una pequeña joya para gente que le gusten las experiencias intensas de terror sazonadas con drama y un rótulo de basado en hechos reales al principio de cada episodio. Hay algunas historias que te remueven emocionalmente y otras que dan muy mal rollo.

Creo que es una evolución moderna del club de medianoche que yo veía cuando era pequeño pero sin teatralidad... basada en hechos reales y con gente real contando su trauma.
requiemforadream
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18 de noviembre de 2018
3 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recientemente, he visionado los seis capítulos de la nueva serie exclusiva de Netflix "Haunted". No confundir que con la fabulosa serie "La Maldición de Haunted Hill". La que nos ocupa, es una miniserie que junta documental y ficción, para contarnos seis historias de terror bastante particulares.

Lo de "real" (entre comillas") en el título, no es casualidad, ya que la serie nos intenta vender las historias como reales, pero yo sigo teniendo mis dudas. La mecánica por capítulo es bien sencilla. Las personas que lo han vivido "de verdad" se reúnen con familiares y amigos (en plan terapia de grupo) para contarles sus experiencias, que incluyen fantasmas, demonios, asesinos y... alienígenas.

Me anime a ver la serie por su género (terror) y por la premisa que presentaba, pero prácticamente la vi a ciegas, ya que no contaba con mucha más información. Y debo decir que me he encontrado con una serie que, sin ser nada del otro aquel (hay demasiada oferta, y de buena calidad) si que resulta bastante entretenida (y más si cada capítulo dura unos veinte minutos, lo cual se agradece).

Como en todas las series (y más si los episodios tienen un inicio y un final independiente del resto), hay capítulos mejores que otros, pero todos cumplen (aunque quizás el peor sea el de los extraterrestres), y sin llegar a cambiar el panorama televisivo, creo que para pasar el rato no está nada mal.

Por lo tanto, si te gusta el terror, los documentales (aunque tengan pinta de "fake") y pasar un rato de suspense y mal rollo, puedes darle una oportunidad sin problemas. Hay mejores series, pero se deja ver. No me importaría una segunda temporada.

Más críticas: ocioworld.net
Javi McClane
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12 de junio de 2021
1 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Serie que congrega a familiares en torno a una persona con trastorno narcisista de la personalidad en cada capítulo.

Cada capítulo es la misma tortura: "os tengo que decir algo" (oiga, qué casualidad que lo cuente 20 o 30 años después y justo delante de las cámaras...) y el narcisista en cuestión intenta hacerse con una reputación de-lo-que-sea (en este caso de persona sensitiva, especial) a golpe de minutaje televisivo.

El espectador, expuesto, encadenado a su silla netflix se ve obligado a fantasear con un final feliz: un Jason, un Leatherface que aparezca y, de un plumazo ultraviolento y tal, mande a algún agujero negro espacial definitivo a esa caterva de vendedores de humo, inmortalidad, compresas tampax fantasma, etcétera.

Le pongo un 1 y me voy a tomar un vermouth.
merzbild1a
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