Patinazo a la gloria

Otro de esos ejemplos de como reinventarse a si mismo en un terreno donde parecía que ya habías jugado diversas de tus bazas.

Los debutantes Josh Gordon y Will Speck hacen de "Patinazo a la gloria" otro de esos films repletos de mala leche (en ocasiones), ironía y sarcasmo hacía el medio que se dirigen, y buena prueba de ello son algunos de sus puntos: El fan de MacElroy que roza lo puramente enfermizo, las tretas del equipo formado por Stranz y Fairchild (totalmente delirante) o el influjo bajo el que cae Chazz Michael Michaels tras ser expulsado del patinaje artístico (brutal tramo, por cierto).

De todos modos, lo mejor de "Patinazo a la gloria", es que es una cinta de esas que en ningún momento dan un sólo minuto de descanso, y trasladan al espectador a su historia con una maña verdaderamente increible, en línea recta y sin descenso de la velocidad, tanto que al final terminas preguntándote que harán para rellenar la trama llegados a cierto punto. Y como la rellenan, por cierto, porque puntazos como el de la habitación con MacElroy berreando "¡You sex demon! ¡sex thing!", no tienen precio.

Tampoco habría que perder la oportunidad, si se puede, de echarle un vistazo en versión original, pues ambos actores están descomunales. A Ferrell ya le conocía de otras pelis, con lo que no me sorprende, aunque aquí encauce una de sus mejores actuaciones hasta el momento, pero lo realmente sorpresivo llega con la interpretación de Heder, que está colosal, tiene momentos de total despiporre, llevados con una gracia y un patetismo (a nivel de personaje, se entiende) geniales.

Así que, si quieren divertirse con momentos de lo más inverosímiles, con una colección de instantes paródicos que alcanzan su auge en esa persecución donde hasta se ríen del cine de acción y aventuras, y observar dos grandes actuaciones de dos cracks en alza, esta es su película, no lo duden, no defrauda.

La verdad, Will Ferrell es uno de esos actores a los que tengo cariño por los personajes que hace y los buenos momentos que te ofrece, pero cuando vi esta película anunciada en el cine no me atrajo absolutamente nada . Al final, una tarde lluviosa me atreví a verla temiendo me lo peor y al salir del cine todos nos lo habiamos pasado en grande. No busqueis grandes pretensiones, pero la película es simpática a más no poder, los personajes son surrealistas y hay momentos tremendos (Lo del final y la canción que suena es impresionante)

Lo mejor: Risas, personajes entrañables y frikis a más no poder, los caretos de Will Ferrell (Aunque los dos protagonistas se salen), momentos de descacharre, frases antológicas y los números de patinaje.

Lo peor: Si no os gusta Will Ferrell o el humor tipo zoolander no se os ocurra ir a verla.

Me he reído, como hacía mucho tiempo. No me suele gustar el actor Will Ferrell sobre todo a raiz de su papel en "Embrujada", sin embargo aquí desborda frescura, arrogancia y diversión en cada gesto. El guión me parece muy gracioso y las escenas de baile muy entretenidas. Sorpresa también por el desconocido Heder que está francamente genial. Muy recomendable comedia para pasar un buen rato y olvidarte de todo. Con mensaje de sueños por cumplir, grandes interpretaciones, buena música y decorados y todo listo para reirse durante una genial hora y media. No lo dude es la comedia del año.

Viendo al personaje de Michael Michaels (Will Ferrell); su físico (corpulento, pelo no muy corto, cabeza grande), su vida (adicto al sexo, ultra ligón), y su estilo en el deporte (sobreactuaciones, uso de pirotecnia, constantes provocaciones de índole sexual)...
¿No es da una retirada a Gene Simmons, el bajista de los KISS?
La película, simpática, sin pretensiones más allá que las de hacerte parasr una tarde entretenidad. El que crea que va a ver una película para pensar, o una trama argumental compleja, o unos personajes profundos, tendrá que buscar otras opciones.

Magos y robots aparte, "Patinazo a la gloria" una sorpresa de lo más refrescante en la lamentable cartelera que nos suele acompañar por estas fechas.
Will Ferrell se acopla a Jon Heder (el freak protagonista de "Napoleon Dynamite") para repetir el esquema de "Zoolander" y "Cuestión de pelotas" con irregulares resultados. La cachonda premisa inicial -un dueto de patinadores artísticos rivales que, por azares de la vida, acaban aliándose para competir en la categoría de dobles como primera pareja hombre-hombre de la historia- da lugar a una serie de grandes momentos cómicos (esos trajes y mallas horterísimas) sobre un guión deslavazado y una débil subtrama romántica. Para el que aprecie este tipo de humor, puro Saturday Night Live, se garantizan risas y sonrisas durante el 100% de la película. Lo mejor: el apoteósico final y la canción que lo acompaña.